Las dudas corroen mi interior, al no creerla capaz de lo que mis informes dicen y, termino por considerarla merecedora de explicarse. Saco unas esposas de mi bolsillo, y se las lanzo.
Póntelas y hablaremos al respecto, la otra alternativa, es intentar matarnos —le digo.
La mujer observa, de reojo, la opción que le ofrezco con reticencia. Implicaba el quedar a mi merced, pero, tampoco le apetecía, comprobar mi mayor experiencia.
De acuerdo, tú ganas. Tiraré mi arma y me esposaré —expuso al dejarla caer al suelo.
Intento ponérselas al frente, y la interrumpí, al querer cerrarla en su segunda muñeca.
Las manos a la espalda, si no te importa —le indico.
Dusica no se opuso y obedeció, con cierta reticencia en su rostro.
Siento tener que tomar mis precauciones. Pese a que trabajamos juntos en el pasado, no sé si ahora puedo confiar en ti —me excuso.
Lo entiendo, y agradezco que me des una oportunidad de explicarme —replico.
Solo, entonces, guardo mi arma, y le indico que se acercara.
Enséñame lo que estabas haciendo —le pido al estar a mi lado.
Todos los datos están en el ordenador, vamos a examinarlos —explico.
Introduzco la clave y contraseña que me indico, en efecto, era como había dicho. Mi jefe, se mezclo en asuntos turbios y, hubiera asesinado a una inocente.
Perdona que dudase de tu lealtad, pero debía de estar del todo seguro —comento disgustado.
No pasa nada, y me alegro de que me dieras la oportunidad de exponerte las pruebas de mi inocencia. Ahora quítame estos grilletes, si no te importa.
La despojo de ellos, y planeamos el modo de fingir su muerte, para engañar al corrupto de mi superior.
Un mes después, esa información se cobro su puesto y fue detenido al instante, y nos observo enfurecido al vernos a ambos compinchados a la hora de llevárselo la policía.
FIN