La vida es breve para perderse entre escondites, es corta para olvidar la belleza del corazón. Pero cuando se convierte en un continuo secreto, cuando sientes que no eres libre de mostrar tu verdad, o que tus sentimientos quedan oprimidos en un pozo oscuro, la huida debería ser inmediata. Todos tenemos la decisión de mantener nuestro modo de ser hasta las últimas consecuencias, pero jamás deberíamos permitir que nadie pudiera ahogar, un buen corazón.
La vida es nuestra escuela, la que nos moldea con cada uno de los exámenes a los que nos obliga a enfrentarnos. No cabe la posibilidad de disculparnos con una falta de asistencia, porque tarde o temprano, recibiremos la nota; suspenso o aprobado. Podremos seguir adelante, o nos quedará una prueba pendiente que sin duda, con el tiempo, deberemos recuperar hasta superarla. Si no es así, quedaremos estancados. Ante esto, no nos queda más remedio que estar constantemente atentos a las lecciones, año tras año, y siempre con el espíritu de querer seguir aprendiendo. Esa debería ser la actitud de todos nosotros a lo largo de toda nuestra existencia, pero como es lógico, el ánimo o el abatimiento, acabarán siendo determinantes en nuestras decisiones y comportamientos.
Todos tenemos luces y sombras, momentos altos y bajos, todos somos personas con necesidad de reír y también de llorar… todos dentro de nuestra vulnerabilidad, tenemos una vida para soñar e intentar ser felices. No deberíamos perderla aferrándonos a quienes no valoran nuestras emociones, a quienes no entienden la importancia de una lágrima que cae con amargura y gran dolor. Porque unir dos almas tan opuestas, es un imposible.
La vida es un regalo, quizás una casualidad o un capricho del destino, y por ello, hay que mimarla con el máximo de ternura y alejarse de aquellos que por egoísmo, jamás podrán ver la bondad que anida en tu corazón.
A veces hay que cumplir y superar terribles pruebas, para comprender el valor que hay en tu interior, debemos aprender a escuchar la voz de nuestra alma, para que pueda mostrarnos esa luz que hay más allá de nuestras sombras.
A medida que nos sumergimos en las revelaciones de nuestro propio pasado, nos encontraremos inmersos en una experiencia conmovedora que despertará nuestra empatía y encenderá la chispa de la esperanza.
Fragmento de la obra: “Voces del Alma. Sombras de Luz”
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Editado: 26.02.2024