Escritos de la segunda semana de febrero del 2024

El adiós que no llegó por Nelson Isaí Pérez

El adiós que no llegó

El aire de la noche era frío, pero los corazones ardían cuando Alex y Lizzy encontraron consuelo abrazándose en la cima verde de la colina bajo un lienzo de estrellas brillantes.

Su amor, como las innumerables constelaciones esparcidas por el cielo,

parecía eterno e inquebrantable.

Eran jóvenes, salvajes y perseguían juntos sus sueños sin miedo en medio del esplendor de la naturaleza. Con cada respiración profunda que compartían surgían promesas y aspiraciones susurradas que los unían más de lo que cualquier vínculo mortal podría jamás alcanzar.

Las lágrimas brillaban en sus ojos, pero no eran derramadas de tristeza, más bien de alegría, del tipo que sólo nace al reconocer al alma gemela entre el mar de caras sin rostro que llenan el viaje de la humanidad.

Cuando los primeros rayos del amanecer empezaron a pintar el horizonte de rojo, señalando la llegada de otro día, el cruel destino intervino. A lo lejos, el sonido de pasos que se acercaban llamó su atención. El terror se desató cuando hombres armados aparecieron en lo alto de la colina, blandiendo armas que brillaban a la luz del amanecer.

Antes de que pudieran reaccionar o escapar, Alex fue derribado ante los propios ojos de su amada.

Sus gritos resonaron por todo el valle mientras agarraba con fuerza su cuerpo sin vida, sollozando bajo el cielo iluminado por las estrellas que alguna vez había sido tan prometedor.

Ahora sola, con el corazón destrozado por la pérdida, Lizzy luchaba por encontrar significado o consuelo en medio de la tragedia que les había sucedido a ambos.

Fin




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