Allá por el año 2002 en la pequeña comunidad conocida como Villa La Reina nació en la mente de quien les habla la idea de crear un equipo de fútbol compuesto únicamente por promesas de 12 a 15 años con el objetivo de fomentar el deporte, alejar a los chicos de las drogas y las pandillas para reducir la violencia.
Era un dieciséis de abril, se jugaba la final del torneo de verano, con esfuerzo y dedicación habíamos logrado superar cualquier imprevisto clasificándonos a la siguiente fase como los líderes de nuestro grupo.
No es por alardear, pero la gente acudía a la cancha municipal por ver jugar a mi equipo, decían ellos que era como ver el Tiki Taka que por ese tiempo llamaba mucho la atención al otro lado del charco, en Europa, porque acá en América Central los aficionados al fútbol seguimos de cerca el fútbol español.
La etapa de cuartos de final habíamos superado con facilidad con un tres a cero, así como la semifinal.
Ese día teníamos grandes expectativas de coronarnos como campeones del torneo y así poder demostrar que no importa el lugar, sino el esfuerzo y la dedicación para forjar grandes estrellas en el deporte rey.
Ya quisiera yo que esta historia tuviera un final feliz lastimosamente y aunque sigo fiel a esas palabras el resultado no fue el que esperábamos no porque no luciéramos en la cancha ni porque no nos esforzáramos ni nos entregáramos por dar el máximo de nosotros sino porque la corrupción existe en todas partes.
Nos robaron, es lo último que diré.
Fin
Nelson Pérez, El Salvador