Escritos de la tercera semana de febrero del 2024

LA PRUEBA DE ZEUS Por Arturo Martínez Molina

Stesanor se adentró en la cueva con la vara de madera, al igual que a todos, le tocaba hacerla tal y como vino al mundo. Ignoraba que le esperaba, tan solo sabia que si salía vivo, formaría parte de los guardias del Olimpo y obtendría la inmortalidad.

La estancia resultó ser un espacio cerrado con un pequeño agujero en el centro para ella, así que sin dudarlo introdujo el palo. Al instante la estancia cambió, a un espacio con bloques de piedra y al otro lado vio a un minotauro que hacía presión contra la punta de su vara. Este se encontraba en un entorno cubierto de nubes y lo miraba desafiante.

Stesanor no estaba dispuesto a ceder al igual que aquella bestia, y ambos no tardaron en acabar cubiertos de sudor al no querer rendirse ante el otro. La cueva retornó a su normalidad y en la entrada tenía el uniforme de guardián del Olimpo, junto a una tela que al emplearla le dejo limpio y aseado.

 

Al salir al aire libre, se colocó al lado de los escogidos y esperó a que los demás terminaran la prueba para montar en el vehículo que los llevaría al hogar de los dioses.

 

A su llegada un minotauro fue a su encuentro y le dio un fuerte apretón de manos.

- Me llamo Rasus, ¡y espero que aceptes ser mi amigo!

El hombre se sorprendió de encontrar al ser con el que compitió y contestó sin pensarlo mucho.

- Será un placer, Rasus.

No era el único de su especie allí, como pudo comprobar después el humano, aunque en muy pocos casos había un empate entre ambos candidatos y ofrecían esa amistad incondicional.

FIN

La siguiente obra esta registrada bajo licencia de Safe Creative, prohibida su difusión sin mi permiso:

https://www.safecreative.org/work/2402156940298-la-prueba-de-zeus




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