Sombras del Deseo
Camino por las calles tranquilas y mi corazón se acelera por la emoción que me resulta extraña durante el día.
Y que al llegar la noche me hace sentir vulnerable y empoderada. —Por favor… ayúdame a entenderte —susurro al aire vacío a mi alrededor, sintiéndome atraído por una figura misteriosa parada en las sombras proyectadas por las farolas. En la oscuridad, no puedo distinguir sus rasgos ni su género; Él irradia malicia y deseo como nunca antes había conocido a nadie. Sin embargo, hay algo en ellos… ¿En él? ¿Su? - me lleva a un nivel primario; haciéndome anhelar su contacto a pesar de saber que está mal según todo lo que considero sagrado como devoto siervo de Cristo. —Muéstrate —exijo, y siento que me mojo entre las piernas al pensar en los que se esconden en estas sombras, negándose a mostrarse a mí.