No sabes si es fría como la noche invernal o si estalla como tarde de verano. No sabes si corta o si sofoca, pero así es ella, tan hermosamente indescriptible...
A veces te sorprende, como si fuese una flor en el desierto. Días en los que no te quiere dejar ir y piensas "me gusta cuando me ama así, tan inesperadamente", pero hay de esos días en los que prefiere quererte a su manera, sin emociones exageradas, casi como un "use con moderación". Entonces no sabes si te duele o si la comprendes...
Podría observarla todo el día, aunque las horas se me pasasen como arena entre las manos. Es extrovertida, pero sabe cuál es su posición, también sabe muy bien cuando estás errado y si debe recordarte quién eres, lo hará.
Algo tan insignificante como observarla dormir, es tan alucinante para mí... Porque ahí está ella, sumida en sueños y su rostro destila paz, un verdadero remanso de paz; continúo mirándola y sus facciones me parecen delicadamente bellas, y entonces caigo en que es tan maravillosa que me dan ganas de saber qué es lo que piensa, qué siente...
Una vez que encuentras a alguien así, se convierte en una sana adicción, tan así que hasta te vuelves egoísta y no sientes deseos de "compartirla", aunque no sea un objeto, porque si así fuese, sería un diamante, pues ella brilla por si misma y lo hace de tal forma que la oscuridad huye de ella...