Sus ojos son la ventana de su alma, la cual es la más pura...
Ellos reflejan su manera de sentir, su manera de ser y de querer, tan solo con mirarlos puedes saber qué es lo que piensa. Cuando se enoja, todo parece un infierno, pues tiene fuego en ellos, y puede matarte cruelmente dedicandote una mirada cargada de furia que quema.
Mi momento favorito es cuando balbucea acerca de sus sueños, pues sus ojos empiezan a brillar como los de un niño emocionado.
Puede desnudarte con ellos, realmente puede saber qué es lo que está sucediendo dentro de ti.
Te brindan cariño, amor, lealtad, comprensión y cuando es necesario, te reprenden al hacer algo mal.
Quisiera conservarlos para siempre, quisiera que su atención estuviese posada en mí, son tan hermosos que hasta creo cruzarmelos en sueños... El día que me hagan falta, algo habrá muerto, ellos me levantan cuando caigo, me dan ánimos, la energía y las fuerzas que necesito para seguir, por eso, son únicos para mí.
No son unos simples y mundanos ojos, ellos pueden llevarme a lugares increíbles, me transportan al fondo de sus emociones. Entre todos, ellos son los que llegaron a hechizarme y ahora no me puedo detener.
Me siento protegida al tenerlos cerca, podrán decirme lo que quieran, pero son cálidos como un abrazo y por eso me fascinan tanto, porque transmiten demasiado.
En las noches más oscuras se convierten en la luz que me guía por el camino de vuelta a casa, ellos también son mi hogar a veces. Ojos, mis ojos, que afortunada soy al tenerlos cerca, por eso hoy les dedico estas palabras, porque en verdad me encanta todo lo que pueden llegar a provocar en mí...