Hoy tu cielo pierde una estrella. Hoy la flor de tu jardín se marchita. La lluvia tardía ya no cae sobre tu campo, y de bellos colores radiantes, el arcoíris ya no se pinta.
Sin darte cuenta, me iré despacito de tu vida. Lentamente y disimuladamente, como lagrima que cae bajo la llovizna.
Me apartaste de ti sin pensártelo dos veces, lo hiciste tan rápido que ni siquiera mi perdón te mereces.
Dejaste morir tantas cosas, tantos sueños e ilusiones, y solo en cuestión de unos pocos meses... ¿Tan poca cosa te parece?
A la basura se van hoy nuestros planes, nuestras locas metas y todos esos anhelados viajes.
¿Y qué vas a hacer ahora? No podemos volver el tiempo atrás, ya no hay forma.
Así que dile adiós a mi recuerdo, dile adiós a nuestro cuento.
Despídete de todas esas tardes, de mis cartas, regalos y todos los bellos lugares, que conmigo visitaste.
Despídete de aquellos garabatos y dibujitos, que en esos sobres de té, yo te regalaba. Despídete de todas nuestras canciones, aquellas que yo te dedicaba.
Despídete de todo eso, pues me voy sin darte un último adiós, o un último abrazo y beso.
No quiero remordimientos, no quiero arrepentimientos. Si ya tan decidida estabas, mi partida para ti no ha de ser tan amarga.