Escritos de un Alma

Mi corazón de acero

Mi corazón sentía, que cada palabra que decías, era un cuchillo, un cuchillo que enterrabas en el despiadadamente, no podía seguir escuchándote porque sentía que iba a morir si lo hacía, mis manos temblaban tratando de tocarte mas no podían, quería pensar que esto solo era un sueño, que las palabras que me decías eran solo elementos de una horrible pesadilla. Corrí a abrazarte, cuando estaba a punto de hacerlo, te alejaste de mí y me lanzaste una mirada fría, ahí fue cuando me dije que no, esto no era una pesadilla, era tan real como el amor que sentía por ti, entonces me dijiste: -¡No quiero ni siquiera que me toques, nunca fuiste nada para mí; ahora si estoy con alguien a quien verdaderamente amo!

Al escuchar eso, mis pies me fallaron y caí al suelo, pensé que ibas a hacer algo para levantarme, pero cuando extendí la mano para que me ayudaras, lo único que hiciste fue mirarme, dar la vuelta e irte por donde viniste. Ahí fue cuando mis ojos no aguantaron más y entonces salieron aquellas lágrimas que desde que iniciaste a hablar querían salir más yo no las dejaba.

Grite tu nombre y volteaste a verme, tenía muchas cosas que decirte pero no tenía fuerzas ni siquiera para hablar, solo me salía un “¿Por qué lo hiciste?”, te detuviste y me dijiste:
-Simplemente no te amo, eres pasado. Cuando te escuche decir eso, me llene de impotencia y esta me ayudo a reunir las fuerzas suficientes para decirte a una voz calmada:

-Tú fuiste mi primer amor, en algún momento fuiste lo único que me mantenía con vida, pero lo que más me duele es que fuiste el único que logro hacer que mi Corazón de Acero se fusionara y volviera a latir, Por favor no me hagas esto- Te rogaba e imploraba que no te vayas pero solo conseguía una cara de asco de tu parte.

Cuando ya te habías cansado de escucharme simplemente me dijiste: -Adiós.- Te marchaste y me dejaste sola, allí y tirada en el suelo. En ese instante sentí como mi era cubierto por una frio enorme, un frio tan intenso, que tuvo el poder de que ese acero que en ese momento no era nada más que solo un líquido, volviera a su estado, hizo que mi corazón volviera a ser de Acero solido, para que ningún ser humano sea capaz de lastimarlo, por eso esta vez no habría nadie que pudiera deshacerlo. Esta vez sería Un Corazón de Acero para siempre.

Mi corazón sentía, que cada palabra que decías, era un cuchillo, un cuchillo que enterrabas en el despiadadamente, no podía seguir escuchándote porque sentía que iba a morir si lo hacía, mis manos temblaban tratando de tocarte mas no podían, quería pensar que esto solo era un sueño, que las palabras que me decías eran solo elementos de una horrible pesadilla. Corrí a abrazarte, cuando estaba a punto de hacerlo, te alejaste de mí y me lanzaste una mirada fría, ahí fue cuando me dije que no, esto no era una pesadilla, era tan real como el amor que sentía por ti, entonces me dijiste: -¡No quiero ni siquiera que me toques, nunca fuiste nada para mí; ahora si estoy con alguien a quien verdaderamente amo!

Al escuchar eso, mis pies me fallaron y caí al suelo, pensé que ibas a hacer algo para levantarme, pero cuando extendí la mano para que me ayudaras, lo único que hiciste fue mirarme, dar la vuelta e irte por donde viniste. Ahí fue cuando mis ojos no aguantaron más y entonces salieron aquellas lágrimas que desde que iniciaste a hablar querían salir más yo no las dejaba.

Grite tu nombre y volteaste a verme, tenía muchas cosas que decirte pero no tenía fuerzas ni siquiera para hablar, solo me salía un “¿Por qué lo hiciste?”, te detuviste y me dijiste:
-Simplemente no te amo, eres pasado. Cuando te escuche decir eso, me llene de impotencia y esta me ayudo a reunir las fuerzas suficientes para decirte a una voz calmada:

-Tú fuiste mi primer amor, en algún momento fuiste lo único que me mantenía con vida, pero lo que más me duele es que fuiste el único que logro hacer que mi Corazón de Acero se fusionara y volviera a latir, Por favor no me hagas esto- Te rogaba e imploraba que no te vayas pero solo conseguía una cara de asco de tu parte.

Cuando ya te habías cansado de escucharme simplemente me dijiste: -Adiós.- Te marchaste y me dejaste sola, allí y tirada en el suelo. En ese instante sentí como mi era cubierto por una frio enorme, un frio tan intenso, que tuvo el poder de que ese acero que en ese momento no era nada más que solo un líquido, volviera a su estado, hizo que mi corazón volviera a ser de Acero solido, para que ningún ser humano sea capaz de lastimarlo, por eso esta vez no habría nadie que pudiera deshacerlo. Esta vez sería Un Corazón de Acero para siempre.

 



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En el texto hay: desamor, corazones rotos, depresión

Editado: 15.04.2019

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