Julio 4 del 2018.
Recuerdo haber llegado tarde (unos cuantos minutos tardes) para tener como excusa la falta de asientos y al menos poder pararme junto a ti. Pero esa tarde no llegaste hasta la parada.
Hace mucho tiempo atrás un muchacho recorrió infinidades de rutas pero entre ellas una hermosa doncella se encontraba esperando el mismo tren que él abordaba. La ruta se hallaba muchas veces desierta a pesar de encontrarse con mucha gente entre ellos dos.
El muchacho solo tomaba aquel transporte para verla y memorisaba cada detalle de su fiel motivación que la mayoría de las veces se sentaba enfrente de él.
Me sentía identificado con el micro relato, esperar una estación solo para marchar al compás de la denominada desconocida.
Pasaron dos semanas y seguí esperándote, presentía que en cualquier momento llegarías caminando con tu paso firme, con el libro que tanto envidiaba y te sentarias tan delicada como siempre, pero en realidad no apareciste.