El saber que te sientes inseguro, solitario. No puedes hacer nada: rascas las paredes de la habitación oscura, gritas en el silencio, te mueves en la nada misma. Aún así, no puedes hacer nada. Nadie te escucha, nadie te ve... Nadie te detiene. No sabes qué hacer dentro de aquella habitación oscura, en la cual está vacía y no puedes ver absolutamente nada: ni lo que está dentro. Te sientes perdido, solo, sin nadie que pueda entenderte. Odias saber que sigues así, pero ¿en qué puedes cambiar si nadie te oye o si nadie te ayuda? Nos sentimos así: que nadie nos brinde una mano, diciéndonos con una sola mirada que tenemos que ayudarnos sin pedir ayuda, que tenemos que tratar nosotros mismos de no esfumarnos de la faz de la Tierra. El problema es... ¿Cómo lo hacemos? ¿Cómo podemos recuperar nuestra compostura si ni siquiera solos podemos salir de esta tristeza, de este dolor que nos consume por dentro lentamente hasta que nada quede en nuestro interior? ¿Cómo haremos para ser felices si la propia humanidad quiere que caigamos poco a poco al punto límite que hace que nuestro destino termine aquí? Hay veces en donde el ser humano no ve la ayuda que necesitan otros seres de su especie, sólo lo empeora para que este tipo de personas vayan esfumándose de a poco, y así dejen de existir de una vez por todas. Una persona común y corriente, o la mayoría de personas así, piensan que, echarle la mano a alguien que lo necesita, es como colocarle demasiado peso a su espalda. Por eso, prefieren que vayan disminuyendo poco a poco antes que ayudar a su propia especie. Lo que sentimos nosotros es más que el peso detrás de tu espalda: nosotros cargamos el doble de aquel peso, pero en todo nuestro cuerpo. Esa masa hará que nos caigamos más rápido al punto límite si la comenzamos a rellenar, y no siempre la rellena aquella persona que carga sus propias pesas. También colabora el ser humano; no todas las personas de la especie colaboran, pero aún así lo hacen. Al sentir que las bolsas de masa colgadas por todo nuestro cuerpo empiezan a pesar más que el día anterior, vamos cayendo en un pozo oscuro que parece no tener fin. Cuando las bolsas se llenan más de lo debido, es ahí donde llegammos al fin de aquel pozo sin salida. Miramos hacia arriba, y hay una luz que siempre apunta hacia ese agujero, pero... Su profundidad siempre será oscura, mucho más negra que el color del cielo cuando es de noche. En esos momentos, es cuando odiamos habernos matado internamente con tanto dolor y no podemos parar de llorar y lastimarnos con aquellas paredes de rocas muy rasposas, que parecen sacadas de otro mundo. Lloramos y lloramos, pensando que somos la mierda absoluta y deseando morir, ya que sentimos que el planeta Tierra estaría muchísimo mejor si nosotros no estamos con ella. Sentimos el silencio recorriendo por nuestros oídos, sabiendo que, esas personas que nos han lastimado en los últimos largos años, por fin no están. Aunque ahora, lo que nos atormenta, son los malditos pensamientos negativos que rondan dentro de nuestra mente a cada minuto, haciendo que se vuelvan años o, tal vez, siglos. Y pensamos que darnos esperanzas es un error demasiado grande, prefiriendo agarrar aquellas rocas rasposas que hay en las paredes para cortarnos y dejarnos grandes heridas por todo el cuerpo, así recordamos cada error que hemos cometido a lo largo de nuestra existencia miserable en la Tierra. Comienzas a sentir también que los días son mucho más largos de los que imaginabas, y, poco a poco, se tiñen del mismo negro que pinta el ambiente del pozo al que te has caído. Es en ese momento donde ya no puedes más, tantas cosas cargando en todo tu cuerpo dentro de aquellas bolsas que están rellenas de ladrillos, y están más rellenas que una bolsa normal. De pronto, cuando te quitas aquellos ladrillos demasiado pesados, decides acostarte y cerrar los ojos, para luego hundirte bajo el agua podrida del pozo y dejar de respirar poco a poco. Después de despejarte de todo pensamiento negativo, sientes que te has liberado de todos tus pecados.
Algunos, como yo, tenemos miedo a morir: tenemos muchísimo miedo a desaparecer de nuestro entorno, de la faz del planeta en donde vivimos. Así que, por eso, decidimos hacer cosas como ésta para liberarnos y contar nuestras experiencias. Es una forma en la cual te aleja lo más posible del suicidio o la auto-destrucción, y te libera mucho más que tener que cortarte o pensar que vas a estar mejor en otra vida. Sientes demasiada libertad, puedes expresarte libremente porque sabes que nadie te va a criticar, como lo hacen siempre por la calle, en el colegio o, incluso, en el trabajo o zona en la que quieras realizar tus sueños. Sientes demasiadas cosas, para decir verdad. Y escribir, escuchar música, bailar o hasta cantar te ayuda a liberarte de todos aquellos pensamientos negativos y penas que comprimes durante largos años de tu vida, que han pasado como siglos. Un diario también ayuda a expresar tus penas para sentirte más libre, ya que nadie podrá criticarte por eso porque es un objeto en el cual tú solamente sabrás lo que colocas dentro. La sensación de liberarse por completo las penas cuando necesitas sacarlas mediante el arte es maravillosa, el arte ayuda más que una persona tratando de ayudarte o tratando de echarte una mano. Es algo que... Otro tipo de actividades o cualquier tipo de persona no podrá realizar, ya que te sientes más libre de aquella manera.