Cuando te sientes completamente libre, deseas estar a solas por unos momentos. Observas a tus alrededores, sientes la brisa del viento recorrer todo tu cuerpo y rostro. Sonries y extiendes los brazos hacia cada costado, pero en ciertas ocasiones comienzas a cuestionarte: ¿por qué me merezco esta libertad? No encontramos razón para necesitarla, extrañamos aquella pesadez que nos acompañó a lo largo de nuestra vida. Como estamos viviendo algo nuevo, algo que no sentimos desde hace bastantes años, tenemos miedo de que la humanidad nos falle nuevamente y nos meta en ese pozo donde vivimos la mayor parte de nuestras vidas. Al empezar a pensar sobre tu libertad y tratar de saber si extrañas tu dolor o no, sueles sentarte en el césped de aquella pradera en donde se ubica el pozo. Suspiras con profundidad, te cruzas las piernas y después los brazos: le diriges una mirada detenida al lugar donde te has encerrado durante todos estos años. Te preguntas si vale la pena seguir allí dentro, viendo que tienes la oportunidad de tener libertad y una nueva vida por vivir. Luego observar a la persona que te ha ayudado a salir de todo esto, para notar que siempre sonreirás a su lado. ¿Cómo se sentirá aquéllo? Se siente hermoso tener esa felicidad dentro, dejar todas las bolsas de ladrillos y rocas que lastiman para poder dedicarte a contruir una nueva vida y ser libre por fin. Pero comienzas a notar algo: por cada mes que pasa, sientes que te alejas aún más de aquella persona que es demasiado importante dentro de tu vida. Eso te preocupa muchísimo, aunque no te dejes engañar. No es que aquella persona quiera alejarse de ti, sólo son obstáculos que van a superar juntos si aún se siguen amando. Porque... El amor es algo sumamente bello y hermoso, te hace sentir cosas que nunca has sentido antes. Te sientes bien, hay mucha satisfacción dentro de tu ser. Quieres fumar más de esa droga, no importa cuánto duela ya que, si sigue sirviendo, durará para toda la eternidad. En todo momento querrás estar con esa persona que tanto amas, para recordarle cuánto la amas y la deseas. Obviamente vas a sentir celos porque habla con otras chicas, por ejemplo, o se cruza a su ex en la calle y charlan. Aún así ustedes se seguirán amando porque, si su relación les importa demasiado, tratarán de hacer lo posible para durar hasta que la muerte los separe.
¿Saben? Desde que encontré a mi media naranja, mi vida ha comenzado a mejorar poco a poco -algo lento, pero mejoró-. Él trató de hacer lo posible para hacer que me sienta mejor, para verme feliz y hacerme sentir que soy la reina del mundo. Ha hecho muchísimas cosas por mí, y, al notarlo, me he dado cuenta que el amor es hermoso. Compartes demasiados momentos con alguien importante en tu vida, y esos momentos siempre quedarán grabados en tu memoria porque has conseguido unirte con el amor verdadero. Cuando entras y conoces al amor, te hundes en un mar de felicidad, emoción y satisfacción. Son muchas cosas las que sientes, que ni un libro completo podrá expresarlas por completo. Y el amor es algo hermoso, es un obsequio: un regalo de la vida que solamente tendrás una vez, y tienes que aprovecharlo al máximo. Después verás que aquella persona tan importante dentro de tu vida, va dejándote de abrazar y se desvanecerá completamente, hasta que ya no puedas verla. Cuando pase eso, sabrás que no has podido disfrutar el suficiente tiempo como para tener una buena marca en tu interior. Te llevará a la culpa, al dolor, y te arrastrará otra vez a aquel pozo con bolsas de ladrillo que tanto odias y tanto te lastiman. Lo que el amor me ha enseñado es que hay que aprovechar cada momento con la persona que más amas y que más te importa, porque, de un instante a otro, surge un problema y ya no podrás verla nuevamente. Y te tengo una pregunta para ti: ¿qué pasará cuando ya no puedas sentirla, amarla y vivir con ella?