Año 2115
Los manifestantes estaban pidiendo de forma pacífica la liberación de los presos de conciencia y de gente que no están o estaban de acuerdo con la presencia de tropas alienígenas en la tierra. Sin que nadie se lo esperase las siniestras figuras de las Tropas de Combate Intergalácticas se fueron acercando hasta los manifestantes, un gran contingente de Tropas de Combate, aparte por el cielo había cuatro HIGH SPACESHIP, muy parecidos a los antiquísimos helicópteros de ataque tigre HAD salvo por que no tiene ni los rotores trasero ni el de ascenso, en la parte superior de la cabina estaba el proyector del campo de fuerza, una de las armas para la guerra más poderosas que los nodosianos habían desarrollado, y, además, por los dos frentes, seis naves de asalto en tierra modelo HG-K548, equipados igualmente con los susodichos campos de fuerza para la guerra.
Voz: "Están rodeados no tienen escapatoria. Un último deseo idiotas..."
Un hombre mayor, ya anciano se adelantó hasta que tuvo enfrente al ejército que le iba a ejecutar.
Anciano: "Ya puedes empezar a matar, gilipollas..."
Dentro de las naves la tensión era palpable, mientras los soldados humanos intentaban, de la mejor forma que podían resistirse a la orden de ejecución de aquellas personas que sólo pedían información sobre sus seres queridos, los oficiales, que eran los alienígenas, al mando de cada una de las máquinas de guerra discutían entre ellos que táctica debían usar.
Oficial: "Señor, creo que lo mejor sería usar las armas ligeras para acabar con esta insubordinación..."
Comandante: "¡NO! Lo haremos de forma clara, concisa y que a nadie se le puede olvidar que desafiar al Imperio es sinónimo de muerte. Usad los escudos de fuerza, las naves de asalto terrestre se colocarán a un kilómetro y medio, mientras que las naves de combate espacial se situarán a sobre ciento diez pies de altura. Proyectarán sus campos de fuerza de tal manera que nadie, repito nadie pue..."
En aquel instante dos figuras aparecieron de la nada, y con los brazos apuntando a las máquinas de guerra y estallando en seguida.
Año 2108
Nerea
Ya estoy aburrida del Instituto allí solo pierdo el tiempo, aunque mi madre me diga que es lo mejor que puedo hacer, yo me gustaría ser igual que mi padre, soldado de las Tropas de Asalto Interestelar, su armadura, el mejor regalo que me hizo fue el de una pulsera que moviendo la combinación correspondiente se convertía en una armadura de Tropa de Asalto Interestelar, aunque se correspondía con un modelo ya en desuso. Cuando entré en mi casa, se inició mi pesadilla, sé que el imbécil del novio de mi madre me ha puesto varias guardaespaldas, aunque hasta ahora he logrado darles esquinazo, nunca regreso por el mismo camino dos veces. Mi madre me había dejado una nota en la que me pedía que recogiera una de las bolsas de viaje que tenía. Así que me cogí la escalera y subí hasta poder coger las bolsas de viaje que estaban en el altillo del armario y sin querer se cayó una caja que tenía mi madre oculta. Al impactar contra el suelo su contenido se desparramó, la mayoría eran recuerdos de mi padre y también dos sobres grandes, con el logotipo de las Tropas de Asalto Interestelar, saqué el contenido de los dos sobres, en el primero se indicaba que las pruebas preliminares se determinaba que era apta para el formar parte de las Tropas, la fecha de la resolución era de siete años atrás, justo al año de que murió mi padre, en el otro era la petición, de mi madre, de renunciar a realizar las siguientes pruebas para comprobar si lo que las pruebas preliminares habían detectado.
Una rabia incontenible me llenó todo cogí varios papeles y solo le escribí:
"GRACIAS POR JODERME LA VIDA. No me busques porque no me vais a encontrar. Sabías cual era mi ilusión y te has encargado de joderme, por mí te puedes ir a la puta mierda.Se despide tu desconocida Nerea"
Firmé como su desconocida y no como su hija para que se diera cuenta del daño que me había hecho, me llevé todos los recuerdos de mi padre, los que tenía ella y los míos, que nadie sabía que los tenía. Lo que más quería era una pulsera, que el gilipollas del novio de mi madre quería que me deshiciera a toda costa, pues decía que una señorita como yo no podía llevar esas baratijas. Me regaló varias joyas que valdrían un montón de dinero, pero no lo hice, recogí varias cosas mías, bastante dinero que tenía oculto y los recuerdos de mi padre y desaparecí del mapa.
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Editado: 06.10.2018