El Misterio De las Desapariciones

El periodista Herley llegó al pequeño pueblo de Kennedy en una noche lluviosa. Había estado siguiendo una serie de desapariciones que parecían tener un patrón inquietante: todos los desaparecidos eran estudiantes de la antigua Escuela San Ángel, ahora abandonada. La escuela había cerrado sus puertas hace más de una década, después de un trágico incendio que cobró la vida de varios estudiantes y maestros. Desde entonces, el lugar había sido objeto de rumores y leyendas urbanas.

Herley, un hombre de unos cuarenta años con una trayectoria destacada en el periodismo de investigación, estaba decidido a descubrir la verdad. Con su linterna en mano y una cámara colgada al cuello, se dirigió a la escuela abandonada, un imponente edificio de ladrillo rojo que se alzaba como una sombra amenazante en medio de la oscuridad.

Al cruzar la verja oxidada, sintió un escalofrío recorrerle la espalda. El viento soplaba a través de los pasillos vacíos, produciendo un susurro inquietante. A medida que avanzaba, la linterna iluminaba las paredes cubiertas de grafitis y los restos carbonizados de lo que alguna vez fueron aulas llenas de vida.

Decidió comenzar su investigación en la biblioteca de la escuela, donde había escuchado que se guardaban antiguos registros y documentos. Al entrar, el crujido de las puertas resonó como un lamento en la quietud de la noche. Herley empezó a revisar los estantes polvorientos, buscando alguna pista que pudiera arrojar luz sobre las desapariciones recientes.

De repente, un libro cayó al suelo con un estruendo que rompió el silencio. Al recogerlo, notó que era un diario encuadernado en cuero. Al abrirlo, encontró las notas del director de la escuela, fechadas poco antes del incendio. Los escritos hablaban de comportamientos extraños entre los estudiantes, de visiones y voces que los atormentaban. "La escuela está maldita", escribió en una de las últimas páginas. "Algo oscuro se ha despertado y se alimenta del miedo de los niños. Si alguien encuentra este diario, por favor, deténganlo antes de que sea demasiado tarde."

El corazón de Herley latía con fuerza mientras leía esas palabras. De repente, escuchó un ruido detrás de él. Giró rápidamente, apuntando con la linterna, pero no vio a nadie. Sin embargo, el aire se sentía más frío, y un susurro suave parecía resonar en el silencio: "No deberías estar aquí..."

Herley decidió no dejarse intimidar y continuó con su investigación. Encontró más documentos que hablaban de rituales oscuros y de una entidad malévola que había sido invocada accidentalmente por un grupo de estudiantes. La entidad, al parecer, se había quedado atrapada en la escuela y ahora reclamaba nuevas víctimas para saciar su sed de venganza.

La linterna empezó a parpadear, y Herley sintió que algo lo observaba. De repente, una sombra pasó velozmente por el pasillo. Herley la siguió, llegando hasta el aula de música, donde encontró una puerta oculta detrás de un viejo piano. Con esfuerzo, la abrió y descendió por una escalera que llevaba a un sótano.

El sótano estaba lleno de velas apagadas y símbolos extraños dibujados en el suelo. En el centro, una figura encapuchada se giró lentamente hacia él. Los ojos de la figura brillaban con un odio indescriptible. "Has venido a liberar lo que no entiendes, periodista", dijo con una voz que parecía provenir de las profundidades del infierno.

Antes de que pudiera reaccionar, la figura desapareció, dejando a Herley solo en la oscuridad. De repente, sintió que algo lo agarraba del tobillo y lo arrastraba hacia el centro del círculo de símbolos. Luchando por liberarse, su linterna cayó al suelo y se apagó, sumiéndolo en una oscuridad absoluta.

El capítulo termina con Herley atrapado en el sótano, enfrentando una amenaza desconocida. ¿Podrá escapar y descubrir la verdad detrás de las desapariciones? ¿O se convertirá en una nueva víctima de la entidad que habita la escuela?