Herley despertó en la oscuridad del sótano, con un dolor punzante en la cabeza. La figura encapuchada había desaparecido, y él estaba solo en un lugar que parecía más allá del tiempo. Con esfuerzo, logró ponerse de pie y encender su linterna nuevamente. La luz débil reveló las paredes de piedra y los símbolos extraños que cubrían el suelo.
Trató de recordar cómo había llegado hasta allí, y de repente, las palabras del diario del director regresaron a su mente: "Algo oscuro se ha despertado y se alimenta del miedo de los niños." Herley comprendió que estaba en el epicentro de un mal antiguo y poderoso.
Decidido a encontrar respuestas, comenzó a explorar el sótano. Cada paso resonaba con un eco inquietante. Finalmente, llegó a una puerta de madera maciza que parecía llevar a una parte aún más profunda de la escuela. Abrió la puerta con cautela y descendió por una escalera de piedra.
Al llegar al final de la escalera, se encontró en una sala amplia y fría, iluminada por la luz parpadeante de antorchas. En el centro de la sala, había un altar antiguo rodeado de esqueletos y objetos rituales. Herley sintió un escalofrío al darse cuenta de que estaba en el lugar donde se realizaban los rituales oscuros mencionados en el diario.
Mientras examinaba el altar, escuchó un murmullo que parecía provenir de todas direcciones a la vez. Las voces hablaban en un idioma desconocido, pero el tono era claro: estaban advirtiéndole que se fuera. Herley levantó su cámara y comenzó a filmar la escena, sabiendo que necesitaba pruebas para desenmascarar lo que sucedía en la escuela.
De repente, la temperatura de la sala descendió varios grados, y un viento gélido sopló a través del espacio. Las antorchas parpadearon y se apagaron una por una, sumiendo a Herley en la oscuridad total. Sintió una presencia cerca de él, una sombra que parecía moverse con vida propia.
La linterna empezó a parpadear nuevamente, y en ese breve instante de luz, vio una figura espectral de pie junto al altar. Era una mujer vestida con ropas antiguas, con una expresión de dolor y desesperación. Herley intentó hablar, pero la voz se le quedó atrapada en la garganta.
La figura levantó una mano y señaló una puerta al otro lado de la sala. "Debes detenerlos," susurró, antes de desaparecer en la oscuridad. Herley, temblando, se dirigió a la puerta indicada. Al abrirla, encontró un pasillo estrecho que parecía no tener fin. Decidido a seguir las indicaciones del espíritu, avanzó con cautela.
A medida que caminaba, las paredes del pasillo parecían cerrarse sobre él, y los susurros se hacían más fuertes. Finalmente, llegó a una habitación que parecía una oficina. En el escritorio, encontró más documentos y fotografías de los estudiantes desaparecidos. Sus rostros mostraban expresiones de miedo y desesperación.
En una de las fotografías, reconoció a un joven periodista que había desaparecido hace años mientras investigaba la escuela. Herley sintió un nudo en el estómago al darse cuenta de que el periodista era su propio hermano menor. La revelación lo dejó atónito y le dio una nueva determinación para descubrir la verdad.
De repente, la puerta de la oficina se cerró de golpe, y las luces parpadearon violentamente. La habitación se llenó de un olor fétido, y una figura oscura emergió de las sombras. "No escaparás," murmuró la figura con una voz gutural.
El capítulo termina con Herley atrapado en la oficina, enfrentando una presencia maligna que amenaza con destruirlo. ¿Podrá escapar y seguir investigando las desapariciones? ¿O se convertirá en la siguiente víctima del oscuro secreto de la escuela?