El sol de media tarde se filtraba por las persianas del departamento de Pamela, iluminando la sala que se había convertido en aula improvisada de la “Escuela para ladronas”. Sobre la mesa del comedor había vasos de jugo, galletas y, por supuesto, un arsenal de celulares listos para la práctica del día.
Pamela los miraba uno a uno, esbozando una gran sonrisa, mientras sostenía su celular como si fuera una varita mágica.
—Señoritas, hoy aprenderán el verdadero poder de las redes sociales —anunció, levantando el móvil con solemnidad.
Clarisa, que estaba encorvada en el sofá con una almohada abrazada al pecho, resopló.
—¿De verdad tenemos que tomarnos fotos? Siempre salgo con cara de zombie que no durmió en dos semanas.
Olivia, a su lado, esbozo una sonrisa.
—Hay amiga, para ello están los filtros — expresó.
—Pero ni esos me funcionan. Una vez intente usar un filtro de perrito en una foto, y termine colocándome bigote de Mario Bros — dijo Clarisa sonriendo.
Olivia, echo una carcajada, mientras Gustavo se cubrió el rostro con sus manos y Alejandro aguantaba la risa. Pamela, que no perdía detalle, esbozó una ligera sonrisa, al tiempo que posó su mirada en la castaña.
—Está claro que Clari es quién más necesita aprender de redes, pero considero que Oli, tampoco las usa tan bien. Así que ambas requieren mi ayuda. No basta con coquetear en persona; en la era digital, las redes sociales pueden ser nuestra catapulta… o un campo minado. Por ejemplo: un buen selfie les abre muchas oportunidades para empezar a tratar con más chicos. El amor, entra por los ojos, no lo olviden — añadió Pamela.
Gustavo y Alejandro intercambiaron miradas. Cuando Pamela se giró hacia ellos con expresión triunfal, comprendieron que estaban perdidos.
—A ver, ustedes dos. Tomen los celulares y colaboren.
—¿Nosotros? —preguntó Gustavo, arqueando una ceja, como si la idea de convertirse en fotógrafo personal fuera lo más extraño del mundo.
—¿Quién más va a tomarles fotos? ¿Un fantasma? —contestó Pamela, dándoles los teléfonos en la mano sin aceptar protesta. Alejandro hoy trabajaras con Olivia y Gustavo lo hará con Clarisa.
—Eso no…
—No quiero protestas chicas. Es solo práctica. Además, no es bueno que practiquen con un solo chico — dijo Pamela, con una sonrisa maliciosa.
—Ello es cierto — contestaron Alejandro y Gustavo, con amplias sonrisas.
Olivia y Clarisa se miraron resignadas antes de caminar junto a su chico de prueba.
—Bien, así me gusta, obediencia — expresó Pamela, conteniendo la risa.
—¿Qué tenemos que hacer? — preguntaron las muchachas.
—Empezaremos con algo sencillo. fotos para postear en Instagram. Fotógrafos…digo chicos, empecemos — ordenó Pamela.
Clarisa y Olivia se colocaron frente a ellos.
—¿Qué hago? — dijo Clarisa, mirando a Gustavo.
—Solo sé tú — contestó con calidez, enfocándola con la cámara de su celular.
—¿Es en serio? ¿Tengo que aprender a posar para un celular sola? ¡Ay no! ello es imposible…Yo ni siquiera sé cuál ángulo me favorece.
—Tienes el perfil izquierdo decente, aunque si giras mucho la cabeza, parece que buscaras señal de wifi — soltó Gustavo.
Alejandro y Olivia que estaban a unos metros de ellos, soltaron la risa, mientras Clarisa hinchaba las mejillas del coraje.
—Esa es la actitud — rió Gustavo disparando la cámara.
—¿Pero qué has hecho? — dijo ella, con las manos en la cintura.
—Una foto natural. Eso siempre encanta en las redes. ¿No es así, Pame? — comentó, mirando a la rubia. La castaña desvío la mirada.
—Así es. Eso es justo lo que busco: naturalidad. Y si falla, ¡mejor! Da risa, y la risa enamora — afirmó Pamela segura de sí misma.
—Bueno… si tu lo dices — respondió Clarisa con pesar.
Pamela, sonrió mientras anotaba en su libreta.
—Ahora es tu turno Olivia.
—Si sensei — contestó ella, muy dispuesta, posando cual modelo frente al celular de Alejandro.
—¿Podrías no moverte tanto? Así no puedo tomarte ni una sola foto — expresó el joven tratando de mostrarse calmado.
—No pensé que fueras tan lento.
—Yo no soy lento. Lo que pasa es que tú te mueves peor que mi mascota.
—¿Qué has dicho?
—¡Calma, calma! — intervino Pamela, aplaudiendo —. Mejor pasemos al siguiente punto: los selfie. Un selfie puede ser mejor oportunidad para acercarse al chico que te gusta.
—Eso es cierto — dijo Olivia emocionada, mientras Alejandro la miraba con intensidad.
—Bien, empecemos con ustedes — indicó Pamela.
Olivia se acomodó junto a Alejandro, que nervioso se tocaba el cabello una y otra vez.