WENDY
Ya no me era suficiente estar toda mojada y con el pelo todo erizado, —En cualquier momento seré lo más parecido a león del Metro Goldwyn Mayer— que también tenía que quedarme afuera de mi propio apartamento.
De camino hacia el edificio recibí comentarios de todo tipo. Un grupo de niños se rieron de mi cuando camine junto a ellos y notaron que venía completamente mojada y encima vestida. Dos chicas me miraron con cara rara en cuanto vieron que, el poco maquillaje que llevaba en mis ojos se había corrido y por mis mejillas se deslizaban dos líneas negras, además de las manchas que tenía alrededor de los ojos tras haberme frotado con los puños de mi suéter.
Sin contar a unas cuantas personas más qué hicieron algún que otro comentario con respecto a mi aspecto.
—Si sabes que primero debes quitarte la ropa antes de meterte al agua no?—dice el chico desde detrás del mostrador al mismo tiempo que cruzo la puerta.—Que te ha sucedido?—lo miro con cara de pocos amigos
—Un chico, o mejor dicho, un atolondrado venía caminando junto con otro atolondrado, y el primero me empujó desde el muelle donde yo estaba sentada hacia el agua.—tomo un poco de aire, creo que el enojo hizo que se me olvidara respirar.
—Yo siendo tú, lo hubiese lanzado también al agua—ríe
—Ganas no me faltaron—aclaro también riendo. Este chico me cae mejor que el que estaba por la mañana, quien para mi desgracia es el chico del muelle, también llamado a partir de ahora: "el atolondrado"
—¿Tienes otro juego de llaves? Creo que las perdí al caer al agua—rebusco una vez más en mi bolso que también está mojado pero no las encuentro.
—Creo que deberías ser un poco más responsable para la próxima. Deberías ser más cuidadosa en donde dejas tus llaves
Hablando del Rey de Roma....
Giro mi cuerpo de la forma más brusca posible quedando de frente a la puerta principal y allí está él y su acento raro cruzando la puerta.
¿No le alcanzó con haberme arrojado al agua, que también tiene que seguirme? ¿Acaso su horario de trabajo no terminó?
―¡¿Tú de nuevo?!—espeto—¿acaso estas siguiéndome? ¿Y además de torpe también eres comediante?—digo aludiendo a su comentario.
―Creo que la que me está siguiendo eres tú―dice con un tono gracioso―como te habrás dado cuenta hoy, yo trabajo aquí—si, desgraciadamente lo noté, pienso para mis adentros—y vivo en el cuarto piso.
Definitivamente
Hoy
No es mi día.
CHASE
Últimamente mi suerte con las chicas no está teniendo resultado. Primero Brittany, luego la morocha de la playa, y ahora la chica nueva. Y el tener a ésta última parada frente a mi, como vecina y haberla lanzado al agua, claramente lo demuestra.
Está hecha un desastre. Comenzando por su ropa, y ni hablemos de su cabello, parece que una familia de monos hubiese dormido allí.
Y todo por mi culpa.
―¿La conoces?―me pregunta mi tío.
¡Para que preguntaste! me digo mentalmente
Creo que no le va a gustar mucho la idea de tener a dos como yo en la misma habitación que ella, porque tanto Alfred como yo, somos tal para cual.
Mejor le doy la noticia cuando esté un poco menos... ¿mojada? ¿enojada?
Sí, ahora no es buen momento. Lo que menos quiero es que se enoje tres veces más de lo que ya está conmigo
―¿Que si me conoce?―pregunta ella desde la recepción frente a mi tío. Gracias Alfred. Volviste a despertar a la bestia.
―La conocí en el muelle.
―Si a eso le llamas "conocer"―dice haciendo unas comillas con sus dedos―espero no conocer gente como tú todos los días.
―¿Eres el segundo atolondrado?―me pregunta mi tio.
―No, el primero―responde ella
Muy bien, no estaría entendiendo absolutamente nada. ¿atolondrado? ¿segundo? ¿primero? ¿de que me perdí?
―¿Así que yo soy el atolondrado?
―¿Ves a alguien mas que haya empujado a una persona al agua?―señala a su alrededor.
―En serio que eres rencorosa, te pedí disculpas unas diez veces en lo que va del día.
―Sobrino... ahora si que realmente estás frito―dice palmeando mi hombro una vez que me acerco a él.
—Has dicho ¿Sobrino?―ambos asentimos con la cabeza―Genial―dice con ironía―te compadezco por tener un sobrino tan torpe.
―Él y yo somos como una sola persona, eso quiere decir que tanto él como yo somos "atolondrados"―ésta vez soy yo quien utiliza las comillas
―No uses las comillas, porque en verdad lo eres
―Confirmado, eres demasiado rencorosa―digo terminando de ganarme su odio
―¿Así que ambos trabajan acá?―dice obviando mi comentario
―Si—Respondemos al unísono
―No era suficiente verte en el muelle, que tambien tengo que hacerlo todos los días cuando atraviese ésta puerta―señala dicha puerta, al mismo tiempo que rueda sus ojos.
Hace unos días, Alfred me comentó que el apartamento que llevaba vacío hace ya varios meses debía ser limpiado y ordenado. Yo no entendía porqué —hasta ayer por la tarde cuando la vi cargar unas cuantas maletas por el pasillo.—
Si me encontrase en otra situación, me hubiese alegrado enterarme que una chica que supongo debe tener la misma edad que yo venga a vivir al mismo edificio, todas las personas que viven aquí son adultos mayores o adultos de mediana edad.
Jóvenes aquí hay contados con los dedos de una mano.
Pero después de lo sucedido en el muelle y hoy por la mañana dudo que la castaña se alegre de tenerme como vecino, por mi parte, creo que puedo acostumbrarme.
—Aquí tienes—Alfred le extiende un manojo de llaves a la castaña.
—Muchas gracias...—responde ella—Alfred—dice achinando los ojos para poder ver con más claridad el nombre de mi tío que está bordado en su uniforme. Y una vez más me ignora como si no hubiese nadie más aquí.
Mi trato con las chicas es bastante rutinario podría decirse. Ellas se me lanzan a mi intentando seducirme, yo las ignoro, ellas siguen insistiendo hasta que finalmente terminan convenciéndome y ambos nos enrollamos en algún lugar alejado. Todas y cada una de las chicas con las que he estado hacen de sí un títere y de mi un titiritero. Si quiero comenzar tomándolas por la cintura y luego llenarlas de besos, ellas acceden. Si quiero comenzar a levantar sus faldas o bajar sus jeans antes que un beso, también acceden sin problema alguno. Yo tengo el control y ellas me siguen al pie de la letra. Ninguna se opone, ninguna me rechaza. Si en algún momento soy yo quien comienza a seducir, el momento es más rápido, ya que tan solo voy a lo que realmente quiero y luego la alejo. Sé que suena egoísta, pero yo desde un principio aclaro mi punto de vista en cuanto a las relaciones para que no hayan mal entendidos.