Ese beso en Paris

27|| Maravilloso

CHASE

15 años atrás

—Tu aún eres pequeño para entender algunas de las situaciones que comenzaras a experimentar en las próximas semanas, meses, años, no lo sé, dentro del tiempo que tu creas. Todo depende de ti, todo depende de lo que esto—señala mi cabeza—quiera sentir y pensar.

—Abuelo, no te comprendo... ¿por qué estamos aquí? ¿que tiene de especial este desolado lugar?

—Aquí cariño, puedes ser libre, puedes ser tu mismo, así como ellos—lleva su vista hacia el gran campo verde que hay detrás de nosotros, lleva uno de sus dedos a su boca y comienza a silbar, luego de ello... ya nada importaba, solo quería estar aquí de por vida, quería tener esta hermosa vista que tengo ahora frente a mis ojos y que nunca desapareciese.

Ahora

—Aquí puedes ser libre, puedes ser tu misma—repito las mismas palabras que una vez me dijo mi abuelo. El rostro de Wendy se vuelve cada vez con más intriga y confusión sin entender ni una sola palabra de lo que vengo diciendo hace varios minutos—así como ellos—digo incorporándome sobre la tabla de madera en la que estaba apoyado y hago algo que hace un tiempo estaba tan acostumbrado a hacer: llevo los dedos a mi boca y comienzo a silbar

WENDY

No tenía palabras para expresar lo que mis ojos estaban viendo y para lo que mis oídos estaban oyendo. En un principio creí que ibamos a permancer en este lugar por varios minutos más, y que no sucedería ni haríamos nada fuera de lo normal, que Chase tan solo querpia salir a caminar y lo haríamos alejados del pueblo,alejados de su trabajo y de sus responsabilidades, que no haríamos absolutamente nada. En un principio la idea me aterró, estar a solas con Chase no parecía una buena idea, no porque no confiase en él, sino teniendo en cuenta mi temor a estar a solas con un chico, pero algo dentro de mi me dijo que aquí podía estar tranquila, que nada malo sucedería, dudé varias veces en si hacerle caso a mi subconsciente o dar marcha atrás y volver a la civilización. Finalmente le crei a mi cerebro y seguí adelante, pero luego de haber estado varios minutos caminando, y Chase hablando estaba comenzando a creer que no haríamos absolutamente nada mas que lo que ya habíamos hecho, por un momento crei que habia desperdiciado mi día estando en este lugar, no podía admitirlo en voz alta, Chase ha estado largo rato hablando y abriendo su corazón hacia mi, haciendo algo que supongo no hace muy seguido a pesar de ser una persona muy extrovertida, habría sido egoista si dejba de escucharlo y solo me centrba en mis problemas, en lo que me sucedia a mi, habrpia sido egoista haberme largado sin dar alguna explicación—a pesar de que lo necesitaba—pero agradezco no haberme ido. De haberlo hecho, no estaría frente a una hermosa imágen que seguramente guardaré para siempre en mi memoria, algo que jamás había visto y jamás volveré a ver en otro lugar que no sea este:

Decenas de animales de diferente clase estpan corriendo por el campo que hace unos segundos atrpas estaba desolado. Elefantes, cebras, caballos, jirafas, ñandúes, monos, un sin fin de animales corren libremente por el cesped. Debajo de mis pies siento un pequeño temblor causado por el repiqueteo de las patas de los animales. Me estremecí al sentir eso y rapidamente dirigí mi vista hacia el suelo, pero la voz de Chase diciendo que ese temblor era normal, que nada sucedería me tranquilizó, por lo que sin pensarlo dos veces volví a llevar mi vista hacia el campo lleno de mamiferos y plumiferos.

—Esto es...—hago el intento de decir algo, de responder a lo que estoy viendo, pero es imposible, la imagen qué hay frente a mi me lo impide. Luego de unos minutos los animales comienzan a deambular lentamente por el campo, y el silencio y la tranquilidad vuelve a decir presente—eso fue...—mis ojos turquesa encuentran los suyos y a través de ellos puedo notar nostalgia—eso fue maravilloso

—¿Lo es no?

—¿Como es que...? ¿Esto...? ¿Desde cuando...?—el rubio ríe y podría jurar que están comenzando a temblarme las piernas, no sé si por lo que acaba de suceder frente a mis ojos, o por esa vibra qué hay entre nosotros, por esa sonrisa sincera que está dedicándome y por esos ojos llenos de nostalgia que están observándome.

—No voy a mentirte—se voltea, coloca su brazo sobre la valla de madera aún con la vista fija en los animales y suspira—no estaba totalmente seguro de si debía traerte aquí, así como no estaba totalmente seguro de si te gustaría

—¿Estas bromeando? Fue maravilloso, jamás imaginé que algo así podía suceder en ningún lugar y mucho menos aquí. Quien diría que a tan solo unos kilómetros del pueblo habría... esto

—Aquí nadie puede juzgarte, aquí puedes ser quien tú quieras, y de la manera que quieras. Puedes ser como ellos, puedes ser libres. Aquí, estás rodeada únicamente de naturaleza pura. ¿Ves ese árbol? Señala uno de los tantos a pocos metros de nosotros—allí solía sentarme durante todas y cada una de las tardes luego de...—da un largo suspiro—luego del... de lo de mis padres...aquí sentía que nadie podía defraudarme, si quería llorar nadie iba a decirme que no era lo correcto, si quería reír, nadie me diría que debería hacerlo menos o más forzado, aquí, podía pensar y sentirme de alguna manera conectado conmigo mismo. La gente suele hablar de ti, o sacar conclusiones de lo que te sucede, dicen conocerte pero en realidad no saben nada de ti, pues aquí nadie puede decirte nada de eso.

—A veces creen que he venido a este pueblo para escapar, que no sé afrontar mis problemas, que suelo huir antes de buscar una solución... pero nadie se ha puesto a pensar que quizás lo he hecho porque quiero saber lo que es vivir de verdad sin tener que estar atada a algo... a alguien. Los últimos años de mi vida han sido... difíciles, por así decirlo, y creo que hoy, por primera vez, alguien por fin me ha comprendido. El que quiera estar sola no me hace ser antisocial, a veces estar sola nos ayuda a resolver problemas que solo nosotros sabemos cómo podemos solucionar. O al menos hacer el intento. Gracias. Gracias por esto. De verdad que lo necesitaba.—le dedico una media sonrisa sincera y ambos mantenemos la vista fija en el otro por varios segundos hasta que el sonido del celular nos sobresalta.




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