Ese fueguito interno

La vengadora de la autoestima

La responsabilidad afectiva

Consiste en no ir por ahí

Haciendo ring raje

En las puertas de algún corazón.

EntocesRosie

 

Cuando la multitatuada mesera de pelo lacio y pelirrojo puso el servilletero en la mesa que preparaba cada quince días llegó el primero, Tomás, siempre un rato antes por si llegaba tarde. Saludó con un beso en el cachete a la empleada y se acomodó en el asiento negro de un cuerpo almohadado pegado a la ventana, su lugar favorito. Al rato llegaron Cami y Flor, puntuales a las 18, como era su costumbre y se sentaron frente al sillón donde estaba Tomás, ya relajado. No tardó en llegar Nahue que se posicionó junto a Tomás y a los minutos hizo acto de presencia Facu que se buscó una silla individual y la ubicó a la cabeza de la mesa. El bar estaba casi vacío, la música de bossa-nova envolvía el ambiente.

- ¿No viene Maca? - Preguntó sorprendido al notar la ausencia de ésta.

- No dijo nada en el grupo- respondió Flor mientras Cami revisaba el celular y negaba con la cabeza.

- Debe estar en alguno de sus asuntos- comentó Nahuel de manera tendenciosa y haciendo ademan de pocos amigos.

- Dejala en paz. Yo le escribo, mientras, charlemos. – dijo Cami.

- ¿Lo de siempre para cada uno, chicos? - preguntó Samy, la mesera, acercándose hasta ellos. Todos afirmaron mientras los que habían llegado últimos la saludaban.

- ¿Cómo va el amor, Samy? - Preguntó Tomás acomodándose los lentes para verla mejor.

- “Mejor no hablar, de ciertas… cosas”- Cantó la aludida, recordando la canción de Sumo, sonrió con decepción y se fue a reclamar el pedido a la barra.

Mientras cada uno esperaba su cerveza, vino, trago o jugo y charlaban de todo un poco, Nahue lo golpeó con el codo a su amigo:

- ¿Nunca le vas a decir nada Tomy?

- ¿De qué hablas?

- ¿Todos en esta mesa sabemos de qué hablo menos vos? - dijo mientras extendía los brazos hacia la mesa, miraba a su alrededor y sus amigos afirmaban con la cabeza.

- No seas tarado, no jodas. - lo cortó y desvió la mirada a la ventana- Che, esta Maca no llega… Son las 18.30 ya, nunca se demora tanto…

- Ya está en camino, dice que la están trayendo…- Respondió Cami agrandando los ojos al terminar la frase.

Efectivamente, mientras el grupo de amigos se ponía al tanto de sus novedades laborales, de estudio o familiares, llegó a la puerta del bar un Renault rojo de vidrios polarizados. Desde la ventana donde se encontraba el grupo podían ver lo que sucedía afuera. Observaron como su amiga se despedía con un beso fugaz del conductor. Se bajó, cerró la puerta y le pidió que bajara la ventanilla para decirle algo. Mientras el auto esperaba fuera, ella ingresó al bar y la miró a Samy que estaba observando la situación con la mano en la boca, Maca giró su cabeza en dirección al auto y le dijo en voz alta:

- Ahí lo tenés al imbécil, me dijo lo mismo que a vos, todo tuyo nena, no te pases que no vale un centavo. - se chocaron los cinco y Samy salió hecha una tromba en dirección al auto.

El conductor al verla trató de cerrar la ventanilla en vez de apretar el acelerador, y fue tarde, ya tenía a Samy con mitad del torso dentro del auto gritándole palabras que no llegaba a oír el grupo, pero a decir por la cara del hombre sentado delante del volante y los ademanes de ella, no eran declaraciones de amor.

- ¿Qué hiciste Maca? - se horrorizó Facu cuando ella se sentó al lado de Nahue con mucha calma.

- Lo que me corresponde, como siempre. – Se limitó a decir, estiro el cuello para ver lo que ocurría fuera, comprobó que la chica estaba saliendo del auto y le pegaba una patada a la puerta y éste salía a toda velocidad de la entrada del bar. - Si, no valía mucho más que ese tiempo. - dijo en voz alta.

La mesa se había quedado en silencio, el grupo miraba a Maca y ésta tecleaba en el celular distraída.

- Gracias Maca- dijo la voz gastada de una Samy transpirada y con el cuello rojo por el reciente esfuerzo.

- No es nada, una pena la verdad, desearía que los tipos no se manejen así, pero bueno…- dijo con franco dolor en la voz acariciándole la espalda a Samy, mientras los ojos de ésta se empezaban a humedecer.

- ¡Ey! No somos todos iguales Macarena, ¿qué pasó esta vez? - exclamó Tomás mirando la escena. Nahue levantó las cejas y miró a su tímido amigo.

- Conocí a este flaco por una aplicación, salimos un par de meses, era demasiado perfecto para ser real- se secó los ojos delineados- me dijo que había borrado su perfil de la aplicación porque quería conocerme sólo a mi… Me sonó raro eso tan pronto, yo no le había pedido nada… Yo que sé, algo me pintó a chamuyo, lo hablé con Maca y ella me contó su idea, acepté y acá estamos, confirmando la hipótesis. - llorozó finalmente la mesera.

- ¿Saliste con ese chabón para sacarle la ficha de su chamuyo? - concluyó Facu mirando sorprendido a Maca.

- No solo para eso, la idea era que Samy pudiera hacer un cierre como corresponde, porque si te chamuyan desde el principio imaginate después, ni aparecen. Así que más vale un cierre pronto que un ghosteo sorpresivo. - concluyó con suficiencia la aludida mientras le sonreía con dulzura a su compañera que ya se estaba recuperando.




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