20 años atrás | Mundo Essential
Hoy es el último día de la semana del renacimiento en el que nace un ser más en la tierra de Essential, el día en el que cada Essen, se prepara para absorber toda la nueva energía y esencia de los nuevos bebés Essen, siempre nacen 5 por cada día de la semana, nunca han sido más o menos.
Para cada nuevo Essen se prepara un árbol especial en el que toda la esencia y poder se desborda desde la raíz hasta cada rama y hoja, las cuáles brillarán y se deshojarán por completo con la energía depositada. Al momento de caer aquellas hojas a la tierra, cada Essentiano será recargado y se le sumarán más años a su vida, los enfermos sanarán dependiendo de la cantidad de poder que el nuevo ser tendrá.
Nunca se sabe en qué momento nacerá un nuevo Essentiano, sólo que al momento de que se junten 5 parejas que posean la esencia compatible, correcta y deseada, tendrán que entregarse y fundir su energía, de esa manera un árbol tomará su Roma y lo fecundará, para que nazca dentro de un año.
Sin embargo, eso terminó hace 500 años, los Essentianos, empezaron a fallecer, a enfermarse sin ningún control y la población se estaba disminuyendo casi en su totalidad, así que los Essentianos mayores decidieron reunir a aquellas esencias que parecían compatibles aun cuando estás no sintieran nada entre sí, esto, con el fin de proteger su mundo, se suponía sólo era por un tiempo mientras se recuperaban en número y fuerza, pero su ambición llegó tan lejos, que cada dos años e incluso menos reunían a 5 parejas que fuesen las más poderosas en esencia y fuerza para mantenerse vivos por mucho tiempo, aun cuando sus energías resultaran inestables por el poco afecto que presentaban los seleccionados.
El último día, cómo hoy, nacería el más fuerte ser essentiano, el que sería seleccionado para fundirse con quién fue el último de la cosecha pasada o en todo caso, con la futura de los próximos años.
Todos se encuentran a la espera de todo el proceso de revitalización y los creadores se encuentran ansiosos, esperando a su hijo, orgullosos de ser conscientes que será el más fuerte entre todos los de esta cosecha.
—¿Has pensado qué nombre tendrá nuestro hijo? –Dice la creadora madre
-—¿Qué te hace pensar que será un niño? Puede ser una niña, me encantaría criar y ver crecer una niña ¿A ti no?
—Eres tan infantil, un niño sería más fuerte, los prefiero, solo espero que no sea como tú, no sé cómo le hiciste para nacer en tu última cosecha, pareces demasiado débil y eres tan iluso cómo para creer que esto es un acto maravilloso, no es más que un negocio de supervivencia, de lo contrario jamás hubiese accedido a procrear una criatura contigo —Dijo fastidiada.
—Eres tan fría… —Dijo él, y se mantuvo en silencio, pensando en que no estaba seguro de si su vida en adelante sería placentera al lado de ese cubo de hielo, que se hace llamar mujer. La idea de criar a su hijo o hija si le daba mucha ilusión y lo amaría, y sería su Roma, aun cuando no lo haya tenido con alguien deseado, nunca le haría falta amor, al menos por su parte.
Ella, la creadora y futura madre, en el fondo, también quería a su nuevo ser, sin embargo, renegaba de ello, por haberlo tenido con alguien que no amaba, tuvo que sacrificarse por su tierra, igual que muchos otros, dejar su amor atrás para la supervivencia de todos, sus padres le prohibieron seguir viéndolo y tuvo que fundirse con ese hombre, que si bien, no era tan malo ni le desagradaba tanto como quería hacer creer, no lo amaba y no podía fingir que lo hacía.
Los dos se encontraban a la expectativa pensando en todo lo que se vendría, pero sus pensamientos se silenciaron cuando un enorme rayo que vino del cielo atravesó el árbol fecundador y empezó a arder en pequeñas llamas antes de que la lluvia, en un instante se desatara y apagase todo lo que tenía fuego, las pocas ramas y hojas que quedaban empezaron a sacudirse y descender hacía la tierra empapada la cuál tembló sin control y en vez del alivio al nacimiento de un nuevo ser, cada habitante en la tierra de Essential cayó al suelo con un profundo ardor en su pecho, sentían dolor y desasosiego, los más elevados en edad y enfermos fallecieron aquél día, aquellos que sobrevivieron a la catástrofe, observaron el árbol destruido casi en su totalidad, como con sus pocas fuerzas algunas ramas sacaban a una pequeña essentiana, envuelta en barro y con una luz brillante que poco a poco se opacaba hasta desaparecer por completo.
El padre a pesar del ardor en su pecho corrió hacia ella y la abrazó con todas sus fuerzas sin entender qué había sucedido, detrás de él se hallaba la madre de la pequeña deseando verla, se acercó y puso una mano en su hombro.
—Es una niña...
—Sí, lo es… ¿La amarás a pesar de todo lo que desató y que es una niña?
—Por supuesto que lo haré, más que nadie. Ella es mi Roma. –Él le sonrío orgulloso, y su pecho se calentó de un buen sentimiento al escucharla.
Pensó que tal vez había esperanza para ellos.
—¿Qué nombré tendrá? –Ella se lo pensó un poco.
—Recuerdas… ¿El nombre de la primera Essentiana Reina?
—¿Zoray? –Asintió –Es un nombre de una mujer fuerte, cómo ella, sobrevivió a esto. Le queda. Zoray será.
La madre se arrodilló y pidió cargarla. Cuando la tuvo en sus brazos, él las abrazó a ambas.
—Eres Zoray, nuestra Roma que sobrevivió al desastre.
…
—No puedo más, no puedo. –Dijo la madre intentando dar a luz a su pequeño
—Tienes que poder cariño, tienes que poder, por favor. Sé fuerte
—No lo entiendes, me duele mucho. Él no quiere salir así, siento que desea algo, algo más, siento cómo me grita en mi cabeza, no sé qué sucede.
El hombre no sabía cómo hacer para calmar a su amada, cómo explicarle que él sabía, que sí la entendía, le dolía hacerle pasar por todo aquello, ya le explicaría en el camino, o tal vez no.