Esencia

Capítulo 5

Mundo natural

Horas antes del encuentro.

—Te digo que está volviendo a ocurrir, Adrien. Nuestro hijo vuelve a estar en ese estado lamentable, cómo cada año —Aurora le dice a su esposo mientras se levanta de la mullida cama, voltea hacia él nuevamente —. Hace 8 años me dijiste que esto no volvería a suceder, que encontrarías una solución— Le reclama.

—Sé lo que dije, cariño. Es lo que he intentado hacer, sabes que mis viajes y ausencias sólo tienen el propósito de ayudar a André. Igual que tú, sólo quiero lo mejor para él.

—Si quieres lo mejor para él, entonces dile la verdad. ¡Hazlo! —Ella mueve sus manos hacía todos lados en señal de desesperación —Hazlo… Porque si no lo haces, lo haré yo, él merece normalidad en su vida, ¡Merece una vida!

—No es tan fácil como parece, luego de decírselo ¿Qué? —Trata de explicar Adrien, mientras se acerca a su amada esposa, tomando sus mejillas —No puedo sólo llegar y decirle que todo lo que conoce, todo lo que cree que es este mundo, no es lo único que hay. No quiero ir y decirle que es más de lo que cree, que sus malestares, que el peso que lleva es a causa de mí, de mi rebeldía para con mi mundo, que por mi culpa sufre —Adrien deja salir muchos de sus miedos mientras su voz cada vez más se entrecorta, un nudo en la garganta formándose, hasta que su voz se quiebra — No puedo ir y decirle que su padre, el que tanto admira no es de este mundo, que no es humano, y que él tampoco lo es por completo… No-o… No puedo ir y decirle eso, sin antes encontrar la solución para que su dolor deje de persistir.

—Lo sé, pero… —Le mira y a pesar de su miedo y riña, no puede resistirse a ese hombre, que hace tantos años encontró en aquel parque, en el suelo, temblando, con dificultad para respirar. Desde ese momento supo que estaría para él.

Aurora termina por abrazarlo, intentando confiar en su amado, en que él lo solucionará, debe hacerlo. Adrien la envuelve con fuerza en sus brazos, dando gracias a todo por tenerla, a ella, a su hijo, incluso a Lexy, que a pesar de que su sangre no corra por sus venas, también la considera su hija.

Él, trata de no pensar en lo que descubrió esa misma mañana, no quiso preocupar a su esposa con ello, pues, ella no lo entendería, no quería preocuparla con sus conjeturas.

Después de largos años, de búsqueda y miles de intentos por saber más de su mundo en la tierra, al fin, logró contactar con alguien que tenía conocimiento de su propio mundo.

Al principio dudó que fuese así, teniendo en cuenta que en el pasado se topó con muchos que fingían saber lo que él buscaba, pero sólo eran eso, farsantes, que por un fajo de billetes se inventaban historias. Después de muchas situaciones similares, Adrien tuvo que ser más reservado y cuidadoso, su llegada a este mundo que creyó extinto era todavía un misterio.

Dejó atrás todo, no es cómo si le importara demasiado, no tenía mucho, sólo le dolía haber dejado atrás quien creyó era el amor de su vida, su Roma.

Aun la recordaba, era hermosa, especial, pero los separaron, no volvió a acercarse a ella, no luchó, solo huyó.

No tenía más que a su tío, pues sus creadores lo dejaron, ambos nunca desearon tenerlo y cómo era muy común en ese entonces, abandonaron a su pequeño Essen, viajaron hacía el sur dejando el centro de Essential, el espacio en el que nació él y su familia, nadie volvió a saber de ellos, y a sus 10 años pasó a vivir con su tío, un hombre de avanzada edad, que hasta ese entonces no pudo fusionarse con nadie.

Cuando los separaron de la chica que creía sus mejores sueños, dijo que iría en busca de sus padres, su tío no estuvo de acuerdo, pero lo entendió y lo dejó ir.

Lo que nunca creyó es que el viaje en busca de su familia terminaría en él viajando a otro mundo, sin saber cómo y no teniendo la menor idea de cómo regresar.

Había preguntas que aún no conseguía darles respuestas, le costó mucho acostumbrarse a su nueva vida, en su nuevo mundo, investigó y se topó con conocedores de los temas de otros mundos y el universo, pero nada era claro. Encontró miles de registros de personas que afirmaban venir de otros mundos, nada confirmado, pero en cuanto intentaba indagar más sobre aquello, todo se convertía en un callejón sin salida.

Aprendió mucho de este mundo y del suyo, sin querer, había información especial encriptada en algunos libros, al llegar a este mundo perdió sus habilidades naturalistas, pero a cambio, su mente había adoptado un grado de intelecto superior a cualquier humano, sospechaba que aquello era lo mismo que ocurría con su hijo, ese hecho lo hacía sentirse orgulloso, a pesar de todo.

Esa misma semana mientras leía el último libro que pidió, terminó de interpretar la información codificada que había en él, sobre una raza de superdotados, lo gracioso de ello, es que así es cómo le contaron, que comenzaba todo.

En cuanto vio todas las similitudes que había con el origen de su mundo, sintió que al fin había logrado algo más, así que estuvo buscando la manera de encontrar al autor de tal escrito, pero se dio contra la pared al descubrir que dicho escritor, era anónimo, debió imaginarlo.

Toda esa semana se mantuvo ausente, su esposa sospechaba que algo sucedía, pero no confirmó ni desmintió nada, solo le dijo que era importante.

Esa misma mañana al fin había dado con el autor de dicho libro, había agendado una cita con él, haciéndose pasar como un fanático aficionado a la existencia de otros mundos, aprovechó su puesto de empresario para decirle que le tenía una gran propuesta, por tal motivo, accedió a verse con él. Eso es lo que haría en unos minutos.

Salió de aquella habitación dejando a su esposa, en el pasillo se encontró a su otra hija, Lexy, que parecía algo atemorizada por haberla pillado allí, no entendía su expresión así que le preguntó:

—¿Sucede algo, cariño?




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