André | Mundo natural
—¿Lex? —Pregunto, aún cuando se la respuesta, pero es que de todas las personas que esperé me abriera, mi hermana era la última de mis opciones…
—¡And! ¡Eres tú! Demoraste más de lo que papá dijo que demorarías… Y mira que… —No la dejo terminar, pues me abalanzo hacia ella en un fuerte abrazo, puede que la mayoría del tiempo no la soporte, pero estos días sin mi familia han sido difíciles y verla nuevamente trae un poco de calma en mi.
—Calla, ya… —Le digo, mientras permanezco abrazándola, a lo que luego de unos segundos reacciona y me devuelve el gesto, haciendo parecer menos tonto.
Ella se aleja un poco y yo mucho más, carraspeo un poco tratando de fingir que eso jamás pasó y entonces es cuando ella me sonríe un poco, haciéndome saber con su mirada que también me extraño, pero ninguno de los dos está dispuesto a aceptarlo.
—Bien, Lex, ahora… ¿Me podrías explicar qué haces aquí?
—¿Por qué, querido hermano? ¿Acaso no puedo? Pensabas que eras el único que conoce los secretos familiares ¿eh?, pues no, yo también si que los sé —Levanta el mentón orgulloso, y me empiezo a preocupar sobre que ya confirmó que le mentimos, mi frente empieza a salir una capa de absoluto sudor, intento disculparme…
—Escucha, Lex, no quisimos men…
—¡André, ¡qué bueno que llegaste! —Me interrumpe la persona que se suponía iba a ver hoy aquí, el gesto en su cara me pide que silencie cualquier cosa que iba a salir de mi boca — ¿Por qué no pasas dentro? Tu hermana preparó unas galletas y un delicioso café para una pequeña merienda. Pasa, pasa —Me pide mientras cierro la puerta detrás de mí, caminando dudoso detrás de Ariel, con Lexy a mi lado.
—¿Y tú desde cuándo cocinas? —Le susurró a Lexy, pues si de algo se es que ella no sabe ni preparar bien un vaso de agua…
—Desde nunca, pero es divertido ver como finge que todo queda perfecto, a veces siento pena por él.
Ay Dios, yo si que siento pena por él. Ahora también debería tener pena por mí, pues parece que correré la misma suerte.
***
—Déjame ver si entiendo, mi padre dejo a tu cuidado a Lex, pero él se fue junto a mi madre… —Trato de resumir lo que me dice Ariel, pero me resulta tan extraño que mi padre haya accedido a tal cosa, teniendo en cuenta que no hace mucho que lo conocemos. Trato de no desconfiar de las intenciones de Ariel, pues tal parece no ha pasado nada grave, al menos, es lo que parece. Mi hermana está intacta y se ve tranquila—Pero ¿A dónde se fue mi padre?
—Realmente no lo sé, él debe esconderse, corre peligro, y si mis sospechas son ciertas, esas personas no vienen simplemente a llevarlo de vuelta, hay algo detrás de todo esto, algo más siniestro. Deben cuidarse, tu padre se llevó a tu madre consigo, pero incluso ella está en peligro. La parte distorsionada de esto, es que los essen más antiguos, aquellos que conocen la verdadera historia de ambos mundos, que saben que la raza humana y la tierra nunca desaparecieron, son ellos los que no desean que nadie sepa de este mundo, y todo aquel que sepa, morirá o al menos no se sabrá más de ello. —Lo dice con tanta seguridad que le creo, mis vellos se erizan, él tiene razón, si solo viniesen a llevárselo ya hubiesen buscado a Ariel y hasta dónde se eso no ha pasado, ¿Cómo es que solo saben de mi padre? Todo es muy intrigante. Sin embargo, espero que mis padres estén bien, se que si, mi padre podrá con ello. Mi prioridad ahora es mi hermana.
Mi hermana se encuentra en la segunda planta buscando algunas cosas que le pidió Ariel, pues según entendí, mi hermana aún ignora todo, y más allá de su sospecha de la conversación que escuchó de mis padres, no ha pasado nada. Así que puedo respirar tranquilo, ya lidiaré con eso luego.
Ariel me hace saber que no sabe nada, lo único es que cree que entraron algunos ladrones a casa y saquearon todo, buscando algo importante del trabajo de mi padre, sin embargo, no lo encontraron y simplemente huyeron, mi padre sintió que estaban en peligro así que solo recogió nuestras cosas y salieron, dejándola a Lex con un “amigo” de mi padre mientras él solucionaba todo.
Ahora, eso es lo que sabe Lex, la realidad es que essentianos llegaron buscando a mi padre, pues parece que después de tanto tiempo saben que ha estado aquí y quieren llevarlo de vuelta a su mundo.
Lex baja las escaleras, dándole los papeles que mandó a traer Ariel, él le agradece y dice que irá a su estudio y nos deja a solas.
—Lex, ¿Te importa si salimos a dar un paseo?
—¿Qué pasa, hermanito? ¿Me extrañaste?
—Tonta —Le doy un manotazo y nos sonreímos, y le doy un enorme abrazo, ambos sabemos que la respuesta es “Si”, pero ninguno estamos dispuesto a decirlo en voz alta.
—Salgamos a dar ese paseo.
Caminamos un largo rato sin rumbo y en completo silencio, llegamos a una pequeña zona verde de la ciudad, normalmente debería estar plagado de niños, sin embargo, se encuentra algo desolado, pero el viento es agradable dando un ambiente digno de un rato para despejarse.
—¿Cómo has estado, Lex? —Interrogó, después de un rato observando como los autos pasan uno tras otro en la carretera.
Ella baja la cabeza, pero luego su mirada se dirige hacia la nada mientras responde.
—Los primeros días no fueron fáciles, sabes que nunca me he despegado de mamá, papá porque en ocasiones viaja, y es más fácil, pero mamá… Siempre hemos sido ella y yo, la extraño ¿Sabes?, y no tengo amigos, solo conocidos, y mamá siempre ha sido la mejor, mi mejor amiga —Es verdad, Lexy nunca ha tenido realmente amigos, a pesar de lo extrovertida y alegre que puede ser, siempre ha sido muy apegada a mi madre. Y nunca es de salir de fiestas, creo que nunca ha bebido una gota de alcohol en su vida, en eso nos parecemos, ambos somos muy de estar en casa. —, se que es por nuestro bien, tuve que dejar atrás mi celular, y se que… que papá solu-lucionar todo esto, ¿Verdad? — Veo como se le entrecorta la voz al final, y sus ojos escuecen un poco. Mi hermana es muy fuerte — Seremos la familia de siempre.