Sacudí una vez más mi pantalón revisando que no hubiese quedado alguna migaja de galleta.
Mal comienzo para ser el primer día en un sitio nuevo y que ese sitio sea el lugar que ibas a asistir por unos cuantos años.
— ¡Hija olvidas tu mochila! —exclamo mi madre desde el auto.
<< Torpe, torpe >>
Sonreí mostrando todos mis dientes y me volví a buscar mi mochila. ¿Por qué mamá seguía acompañándome?
Tenia que decirle que era el momento que comenzara a independizarme y eso sería mudarme al complejo de estudiantes de la universidad.
Me despedí de ella y continué el camino. Abrí mi mochila para buscar el papel donde tenía anotado las materias y los salones.
Mi teléfono en el bolsillo trasero de mi pantalón empezó a vibrar.
Llamada entrante de Leia<3
— Y... ¿Ya estás ahí? —exclamo mi amiga desde preparatoria.
— Si aún no sé dónde debo ir... estoy un poco perdida —dije mirando al edificio y todas las personas que iban y venían.
— Desearía estar ahí contigo... debimos inscribirnos en la misma universidad —levante mi mirada y un pasillo extenso apareció en frente mío.
— ¡Debo irme Lei! Te quiero —conteste para luego finalizar la llamada.
Caminé hasta que vi un grupo de jóvenes que se veían tan perdidos como yo.
— ¡Jóvenes bienvenidos a ciencias de la salud! —exclamo una mujer con una sonrisa en su rostro— es un gusto poder enseñarles y formar profesionales para el futuro.
Mire a mi alrededor y otra vez la emoción apareció al recordar la elección de mi carrera.
— Al ser un grupo numeroso de alumnos cada uno de ustedes en su boletín tienen un número y una letra eso indica a que grupo pertenecen y para aclarar los horarios de los grupos no son los mismos —termino de decir la mujer.
Busqué de nuevo en mi mochila y encontré el papel que me habían dado.
AB9 sonreí al haberlo encontrado.
— ¡Grupo AB9! —exclamaron y varios avanzaron.
La carpeta que tenía en mis manos se cayó al suelo probando que los papeles se esparcieran por el.
— ¡Ay no! —suspire al ver los papeles.
Inmediatamente me tire al suelo de rodillas y el pasillo ya estaba casi despejado. Iba a quedar al último si no me apresuraba así que tome las hojas doblando algunas, acto que me molesto.
Me levante y camine con la mirada en mi mochila que estaba trabada por las hojas.
<< ¡No podía pasarme algo así en el primer día! >>
Hasta que choqué con algo duro y fue donde me di cuenta de mi torpeza que era bastante incontrolable.
Levanté la mirada y me di cuenta del sujeto en frente mío con la mochila colgando en uno de sus hombros y su ceño fruncido mirándome con desagrado.
— Lo-lo siento... —dije acomodando mis cabellos que estaban cubriendo mi rostro.
El sin relajar el ceño y sin decir una palabra se giró dándome la espalda.
La primera persona con la que hacía algún tipo de interacción y que no era nada agradable. Ese definitivamente no había sido el mejor comienzo.
Acomodé mi cabello y seguí a la multitud, hasta que el grupo se redujo y entramos a un salón.
El mismo tipo con el que me había chocado paso por delante mío y me tiro la puerta encima.
Definitivamente no era alguien que me caía bien y era molesto para ser mi primer día.
El profesor estaba de pie enfrente a una pizarra blanca. Los bancos eran individuales y la sala era bastante extensa para el grupo numeroso.
Tome asiento en los primeros lugares ya que la mayoría había optado por los últimos asientos.
Algo que me parecía bastante patético se supone que íbamos allí a aprender.
— Déjenme presentarme soy en profesor Peterson y soy el responsable de enseñarles sobre la anatomía del cuerpo humano —el profesor era delgado y alto con cabello negro y anteojos.
La emoción que sentía no podía explicarse. Quería comenzar a ver los temas ya que para el examen de ingreso no había sido tan complicado o por lo menos para mí.
Todos mis sentidos estaban sobre lo que decía el profesor hasta que la clase finalizo.
No era la única clase habían más pero había un receso.
Sali del salón y empecé a caminar por los pasillos observando cada detalle, el piso típico de lugar de aprendizaje, unas ventanas con estilo antiguo que daban al exterior, el césped y los árboles.
Mi mirada quedo en el cuadro con varias hojas incrustadas. Folletos de todo tipo, aquella universidad era de gran prestigio y los que lograban ingresar eran considerados afortunados.
¿Talleres extra? Ayudante en laboratorio... puntos extras.
<< ¡Claro que quería puntos extras! >>
Tomé mi mochila y recordé el desorden de hojas.
— ¿Quieres un bolígrafo? —una chica con una gran sonrisa y cabello castaño y un flequillo estaba de pie a mi lado.
— ¡Si! Gracias... —dije mostrando una sonrisa.
— ¿De qué grupo eres? —dijo la chica a su lado una morena con pelo rizado.
Anote mi nombre en la planilla debajo de otra persona que al parecer era la única interesada.
<< ¿Por qué nadie quería ser ayudante en el laboratorio? >>
— ¿Por qué esta tan vacío? —pregunté mirando a las dos chicas.
— Quizás porque nadie quiere acomodar el desorden de otras personas aunque si es por los puntos extras... no la verdad es que no —dijo la chica que me ofreció el bolígrafo— por cierto soy Valerie y ella Lauren.
Volví a sonreír quizás había sido una agradable coincidencia al menos unas personas sonrientes.
— Summer y soy del grupo AB9 —dije sin borrar mi sonrisa.
— ¡Nosotras también! —dijo Valerie que se veía más animada que la otra chica— ¿Vives aquí? No te hemos visto antes.
A mi mente vino mi madre y su tonta excusa para no dejarme quedar allí.
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Editado: 15.11.2021