El sándwich con jamón estaba delicioso pero mi apetito estaba casi nulo.
— No es un mismo tejido mira —dijo Valerie señalando la imagen en su libro.
— ¿Qué capa es esa? —señaló Lauren.
No me sentía con ánimos para hablar el día anterior se podía sentir la tensión en el aire y era algo que no había pasado desapercibido.
Mire a Kory que me esperaba afuera del salón.
— ¿Qué dices si vamos a la biblioteca? —pregunto el sonriente.
— Me parece buena idea —respondí.
Los dos caminamos hacia la biblioteca donde no había ido en toda mi estadía.
Una pesada puerta de madera apareció en frente mío, el silencio y el olor a madera.
— Amo este lugar —comento el pelirrojo.
— Hay poca luz —dije al ver la luz tenue que alumbraba poco.
Los dos caminamos hasta una de las mesas, habían uno que otros alumnos.
— ¿Nunca viniste? —pregunto el curioso.
— No, siempre que necesitamos algo de aquí Cloe nos consigue... —dije recordando la vez que quería un atlas.
— Cloe no es como las demás —mire a Kory por su comentario.
Hice una pausa esperando a que continuará.
— Este tema es el que más se me dificulta —dijo enseñando la página.
Era pan comido para mi y la explicación me servía para repasar el tema.
— ¡Excelente entendiste todo! —dije cerrando el libro.
— Ten cuidado —dijo el mirando el libro.
Volví a mirar y en mi dedo sentí la textura de la página.
— Es algo antiguo... —asentí quedando pensativa.
Los dos salimos de la biblioteca y caminamos por los pasillos donde aún transcurrían personas.
— Perdón se que no somos amigos aun, pero puedo preguntarte ¿te sientes bien? —dijo Kory mientras caminábamos hacia mi residencia.
Su pregunta fue algo imprevista, pero Kory no era alguien malo.
— Crisis existenciales —dije pasando las dos manos por mi alborotado cabello.
— ¡Tengo una idea! —dijo el con una sonrisa.
Nos dirigimos hacia la parada de autobuses y nos fuimos camino al pueblo, al llegar nos bajamos caminando por las calles.
— Mi hermana mayor cuando le sucede eso siempre se hace algo nuevo en el cabello —mire a donde el señalaba.
La peluquería... hacia demasiado tiempo que no iba a un lugar de esos.
— Yo no creo...
—¡Vamos Summer! —Kory avanzó y entramos al lugar.
Tome asiento en una de las sillas y una chica se paró a mi lado.
— Quiero hacerme un corte algo nuevo —fije tratando de sonar alegre.
— Mmm ¡Ya se tengo una idea! —dijo ella y así empezó.
Mechones de cabellos y corte por aquí y por allá. Me lavo el cabello y lo seco.
— ¿Estas lista? —dijo ella a lo que solo asentí.
Mi boca se abrió dramáticamente. No podía creer lo que veía en el espejo.
— Ahora si olvidas peinarte no habrá problema te quedará divino de todas formas... eso sí debes cuidártelo y ya no deberás preocuparte por el frizz —dijo ella.
Lleve una mano a mi boca no podía creer lo hermosa que me veía había pasado de tener 14 a tener 20 años.
— Quedaste hermosa Sum —dijo Kory mirándome con una sonrisa.
El también se había recortado el cabello, mi cabello ya no tenía todo ese volumen espantoso y tenía mis ondas naturales perfectamente peinados.
Mire hacia el cielo y no podía creerlo.
— Mira abuela —mis ojos se pusieron borrosos.
Los dos caminamos hasta llegar a un camión que vendían Hot dos.
— ¡Oh la hora! Cloe me matará — dije al ver la hora en mi teléfono.
Nos subimos al autobús y ya era de noche. La batería se acabó y mi teléfono se apagó.
Aun quedaban quince minutos de viaje.
— Cloe es una coordinadora especial... es distinta a alas demás.
—¿Por qué lo dices?
—Todos dicen lo mismo por eso prefieren estar en otras residencias... ella cree que los estudiantes son sus hijos y además eso de las fiestas ella no los deja participar...
—Mmm si es demasiado estricta
— Controladora, pero la verdad es que su deber es otro y es manejar lo administrativo de los estudiantes papeles y encargarse que vivan en óptimas condiciones de ahí en más es cosa de ella... —el hizo una pausa— los antiguos chicos empezaron a desconfiar de ella cuando fue la desaparición de Malorie ya que ella prácticamente tenía que encargarse de avisar la desaparición y nunca lo hizo.
Miré a Kory y volví la mirada al camino. Quizás había algún motivo por el que Cloe se comportaba de esa manera.
Nos bajamos del autobús y nos despedimos. Entre a la casa y vi como en cuestión de segundos Cloe estaba en frente mío.
— ¡¿Dónde estabas Summer?! ¿Cómo te atreves a aparecer a estas horas? —mire hacia sus espaldas y no había nadie.
Todos parecían que estaban en sus cuartos.
— ¿Tienes idea lo preocupada que estaba por ti?
No dije nada solo hice silencio pensando en lo que Kory había dicho. ¿Y si en las otras residencias no era así?
Tampoco quería quedar mal con ella.
— Lo siento estuve ayudando a alguien —bajé la mirada al suelo.
— ¿Ayudando a alguien a estas horas? —ella soltó una risa sarcástica— encima te atreves a mentirme en la cara... ¿tu sabes lo que le paso a Malorie? ¿Quietes que te ocurra lo mismo?
Me quedé inmóvil ante su acotación.
— Solo has lo que quieras... —dicho eso salió de la casa echando llave.
Miré hacia el patio y salí la alberca estaba vacía árboles y arbustos que separaban de la otra casa.
Me senté en el césped y miré hacia el cielo.
<< Abuela llévame contigo >>
Los sentimientos de tristeza y el estrés que sentía. ¿Por qué no podía vivir en paz?
Quizás debía haberme quedado en casa.
No pude evitar llorar desconsoladamente. ¿Se había hecho una costumbre?
Solo era el cambio y por dentro maldecía a mis padres por no decirme de la gente mala que había y que era tan cruel que con simples palabras podrían hacerte daño.
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Editado: 15.11.2021