Los rayos de sol que entraban por el pasillo alumbraban con su luz natural.
— ¿Estas seguro? —volví a preguntar por tercera vez.
Matt se detuvo para mirarme con seriedad.
— ¿Por qué eres tan insoportable? —dijo el para luego seguir caminando.
Los dos nos dirigimos hacia la sala donde nos habían reunido. Entramos al salón donde habían otros alumnos que no conocía.
— Bienvenidos alumnos —dijo el profesor Gardens.
El tomo asiento en uno de los primeros lugares y ya que no conocía a nadie solamente a él me senté a su lado.
— Los hemos reunido aquí para darles un comunicado importante —dijo mirando a los diez alumnos que estábamos presentes— a finales de este año se realizara una exposición de proyectos y estudiantes de otras universidades vendrán a competir y los jueces internacionales que son profesionales serán los que evaluaran sus proyectos.
Abrí mis ojos sorprendida. ¿Una competencia de proyectos?
— En este caso hemos elegido a los mejores promedios de cada generación —dijo el profesor.
— ¿En que se basaran los proyectos? —pregunto Matt con seriedad.
— Estamos en el área de salud por eso cada uno de ustedes se encargará de elegir una situación especifica para tratar desde el lado científico y como afecta en si a la persona —explicó el profesor.
— ¿Problemas sociales? —pregunto una chica.
— Algo así como una intervención social... desde un punto de vista para concientizar sobre la situación —termino de decir— tienen tiempo de organizarse queríamos avisarles con tiempo aunque aun faltan unos meses para finalizar este año.
Salimos del salón y caminamos por los pasillos para salir afuera del edificio.
— ¿Qué temas trataremos? —dije al ver la seriedad de Matt.
— No me agrada de tener que trabajar contigo —dijo a lo que yo lo mire boquiabierta.
— ¿Por qué eres tan hiriente? —pregunte a lo que el me ignoro.
Mi teléfono comenzó a sonar al ver la pantalla me sorprendí.
— ¿Nathan?
— He descubierto algo importante... —dijo el hablando con rapidez— Kory consiguió a alguien que nos llevara al pueblo.
— ¿Al pueblo?
— Si dime donde estas pasaremos por ti.
— Estoy en frente del estacionamiento —dije mirando a mi alrededor.
Me detuve mirando confundida mi móvil.
— Okey —dije mirando como Matt se iba alejando— ¡Oye espera!
Avance hacia el corriendo y parándome en frente de el.
— Creo que deberías venir —el levanto una ceja.
— ¿De que hablas? —el sonido de una bocina y auto algo viejo llamo mi atención.
El auto se detuvo a nuestro lado, un sujeto iba manejando y Kory iba a su lado.
Mire a Nathan con una sonrisa y el me miro de la misma manera.
— Ven con nosotros Matthew —invito Kory.
A lo que yo observe a Matt que miro con desconfianza.
— No creo... —y antes que terminara lo interrumpí.
— Vamos no ceo que hayas dejado algo pendiente para mañana —dije con una sonrisa— vamos gruñoncito.
— No me llames así zopenca —el avanzo acercándose al auto.
Por algún motivo me sentía feliz que el nos acompañara, sentía que el necesitaba despejarse de muchas cosas.
Me subí quedando entre medio de Nathan y Matt pero me percate que ninguno de los dos se había dirigido la palabra.
— ¿Y a donde iremos? —pregunte mirando con intriga a Nathan.
El me miro con una sonrisa y con los auriculares colgando en su cuello, saco unas hojas de su mochila.
— Encontré información importante de que era lo que hacían Malorie y Mauris —dijo el mostrándome unas imágenes de sitios webs.
De repente sentí mi estomago crujir y para mi suerte llevaba un paquete de snacks en mi mochila.
Saque la bolsa y las abrí, respire y pase la lengua por mis labios.
— ¡Ahg! Huelen horrible esas cosas —se quejó Matt que había abierto la ventanilla.
— ¿Quieres? —dije extendiendo el paquete en frente de el.
— ¡Aleja esas cosas de mi! —el hizo cara de asco.
Puse mis ojos en blanco y miré a Nathan que con una sonrisa negó.
— ¿Quieres...? —dije extendiendo la bolsa hacia el frente.
— Peter, y no quiero gracias —dijo el mirándome por el vidrio retrovisor con una sonrisa.
Kory se giró y sonrío mirando como si fuese la salvación aquella bolsa de snacks.
— ¡Amo estos! —dijo el metiendo su mano y sacando una bolita con sabor a queso.
— ¿De verdad no quieren nada? —insistí mirando a Nathan y luego a Matt— porque creo...
Tome mi mochila empezando a revolver todo lo que había dentro.
— Quiero que solo hagas silencio y trates de no... —y uno de los paquetes de galletas que estaba abierto salió volando de mi mochila— ¡Sabia que iba a suceder esto maldita sea!
Mire el pantalón y toda su ropa repleta de migas, el agarro uno de los pedazos y sus dedos estaban pegoteados.
— ¿Qué mierda? —dijo mirando con desagrado la pegajosidad en sus dedos.
— Me gusta comerlas con miel —dije sonriendo con nerviosismo— lo siento...
El me miro con el ceño fruncido el enojo en el era bastante evidente.
— ¿Comes galletas con miel? —preguntó Nathan a mi otro lado.
— Solo cuando estoy ansiosa o estresada... o —Matt soltó un suspiro.
— Solo es miel con migajas tampoco es que te arruino tu ropa —dijo Nathan sin mirar a Matt.
Yo reí del nerviosismo recordando que si lo había hecho en una oportunidad.
— ¿Solo miel! ¡Me seguirán las moscas! Imbécil —dijo mirando hacia otro lado.
El resto del viaje fue en silencio excepto por el escuchar como masticaba mis snacks.
Aun el sol estaba en su esplendor, la época que se aproximaba el verano se iba de a poco comenzaba a sentirse el frio invierno.
Nos detuvimos en frente de un sitio que parecía ser una casa remodelada, afuera un cartel que decía
"refugio de niños salvados"
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Editado: 15.11.2021