Esencia-"Nosotros"

#28- "El cuarto del conserje"

Caminamos todos juntos hacia la última clase y el profesor Peterson cada vez que me veía a mi o a Matthew no paraba de agradecernos.

Luego de la clase salimos del salón y Valerie junto con Lauren y Amice se acercaron a mi.

— Ten cuidado Sum llámanos si ocurre algo —dijo Valerio tomando mis manos.

— Va acompañada de Matthew —comento Amice— podrá ser algo grosero pero no creo que permita que ese sujeto se sobrepase.

Moví mis labios hacia un lado al recordar lo insensible que había sido conmigo.

— ¡Adiós! —me despedí de ella y empecé a caminar rumbo a los laboratorios.

Hasta que llegué a esa parte silenciosa sentía mis manos sudorosas. Unos pasos empecé a escuchar detrás mío.

Inflé mis mejillas y me detuve.

<< Se defenderme >>

— Zopenca ¿Te duele algo o qué? —pregunto Matt pasando por mi lado.

Abrí mis ojos y fruncí el ceño para luego seguirlo. Él se detuvo y yo me escondí detrás de él.

— Creo que ese hombre no vino —dijo mirando hacia adentro del salón.

Todas las cosas estaban desordenadas pero no había rastros del profesor.

Entramos y sin dirigirle la palabra empecé a acomodar los bancos y las cosas.

No podía quedarme sin hacer nada. Ahora lo del trozo de hoja que había encontrado tenía más razón.

Mire hacia un punto fijo y sentí miedo, el miedo que estaba siendo parte de mi vida.

— Oye… —hablo Matt.

— Debo ir allí —dije recordando la biblioteca.

Pruebas, necesitaba las pruebas y las pruebas de que ese señor podía tener algo que ver estaban en la biblioteca.

Ya estaba todo ordenado pero no podía concentrarme en la investigación que siempre solíamos hacer, tome mi mochila y sin mirar a Matthew.

— ¿A dónde vas? —pregunto el a mis espaldas.

No respondí y Sali del salón hacia la biblioteca que se encontraba en el piso de arriba.

— Estas loca y no le encuentro otra explicación a tu comportamiento —dijo Matt llegando a mi lado.

Puse mis ojos en blanco y me detuve antes de entrar a la biblioteca.

— No pedí que me siguieras —fruncí el ceño y el enarco una ceja.

— ¿Después de lo que paso de verdad te sientes tan valiente de andar por ahí? —preguntó el cruzándose de brazos.

— Si ¿Por qué sabes qué? Prefiero arriesgarme antes que deberte un favor a ti esa es la maldita diferencia entre tu y yo —aprete mis labios tratando de contenerme— porque tú nunca cambiaras y serás esa…

El dejo de mirarme y miro a mis espaldas, me giro y cubrió con su mano mi boca.

Estaba a punto de morderlo cuando me di cuenta porque había hecho eso.

Una mujer acababa de entrar a la biblioteca.

— Debemos ir —dije hablando en voz baja.

— ¿Y cómo nos defenderemos? Solo tengo esto —dijo el señalando sus bíceps.

— ¡No van a atacarnos ridículo! —exclame sin levantar la voz.

Caminamos y entramos a la biblioteca, todo estaba igual que siempre con la luz tenue.

Casi agachados cruzamos hacia las filas de estantes.

Me detuve de repente y Matt choco conmigo, había escuchado unos murmullos.

Seguimos caminando hasta que mi gruñón acompañante me agarro de la cintura pegándome a él.

<< ¿Qué rayos? >>

Lo mire y vi que había una luz, el lugar al ser tan oscuro mi sombra se vería.

Mire a Matt al tenerlo tan cerca parpadee varias veces al ver su rostro y sus ojos observándome.

Los dos fruncimos el ceño al escuchar las voces que pertenecían a un hombre y a una mujer.

Me separe de el y con cuidado asome mi cabeza, él se cruzó para esconderse del otro lado.

<< Maldita perra >>

Era una mujer de cabellos rubios lacio y largo, era imposible olvidarse del rostro como gomita de Cloe.

— No puedo seguir arriesgándome es tan complicado… con la otra fue más fácil —decía ella.

— Se me escapo pero no pudo ser ella sola… —dijo el hombre.

El sujeto se movió entonces volví a esconderme aguantando la respiración. Se escuchaban los pasos acercándose, mire a Matt que hacía señas que cruzara hacia donde estaba el.

Entonces me cruce y los dos nos escondimos detrás de un estante.

— Están del otro lado —dije señalando hacia el otro pasillo.

Matt llevo un dedo a sus labios y me hizo señas que hiciera silencio.

— ¿Cómo haremos? ellos regresaran necesito ese dinero no podemos fallar —dijo el hombre.

Me di la vuelta para poder salir pero mis pies me fallaron y tropecé. Agradecí que Matt estuviese allí. El me tenía abrazada con todas sus fuerzas.

Mi cuerpo estaba estilizado solo quizás mis piernas y mis glúteos estaban de un mayor tamaño pero no pesaba demasiado.

— ¿Oíste eso? —dijo la mujer.

Cerré mis ojos con fuerza y me reincorpore, el tenía el ceño fruncido con su cara podía decir lo que estaba pensando pero tomo mi mano y cruzamos corriendo hacia el otro pasillo.

 Pudimos salir corriendo de la biblioteca sin mirar hacia atrás empezamos a correr como locos.

Y nos metimos en uno de los salones que estaba a oscuras.

— Están cerradas —dijo Matt al ver que las ventanas estaban trabadas.

Salimos de allí y vimos que la puerta del conserje estaba abierta, sin pensarlo nos metimos allí.

Nos escondimos debajo de un estante y detrás de los carros.

Pero de repente se escucharon unos pasos y la puerta se cerró. Me levanté y quise abrir la puerta.

— Nos encerraron —dije mirando a Matt.

— ¿Qué? —me hice a un lado y el intento abrir la puerta.

No sabía que era peor si quedarnos allí encerrados o que nos descubrieran.

— ¿Y ahora? —pregunte llevando mis dos manos a mis cabellos.

Empecé a caminar de un lado a otro.

— Debió ser el conserje —el suspiro— ¡Mierda!

Me senté en el suelo y abracé mi mochila.




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