Esmeralda.
Desde ayer me siento mal. Tengo mareos constantes y ganas de vomitar. Cada vez que salgo a correr mi estómago empieza a dar vueltas y mis ojos se nublan. No tengo ni la más remota idea de porqué será, estoy por ir al médico. Pero creo que no será nada, simples mareos que no causarán nada en mi.
Pero mi estómago se retuerce dentro de mi como sí de una serpiente se tratará. He salido a despejarme un poco por los caminos solitarios, de las afueras de mi pueblo. Nadie pasa por aquí, tampoco hay ni un solo animal y lo agradezco. Camino con cuidado de no caerme, puedo marearme y caer haciéndome daño. Y si eso pasara no me lo perdonaría en la vida, mañana por la tarde harán un concierto de rock aquí y para uno que hacen no me lo pienso perder por nada en el mundo. Nada ni nadie se va a interponer entre el rock y yo.
Mis ojos empiezan a nublarse y mi visión empieza a dar vueltas. Siento un tirón y caigo al suelo solido dándome un buen golpe en la espalda.
-¡Auch!-Me sobo la parte de la espalda que más me duele.
Miro por todos lados buscando al culpable que me ha tirado al suelo, pero no veo a nadie. El camino está distinto, el cielo está nublado, el ambiente oscuro y la tierra del suelo está llena de charcos y de hiervas que están en medio de el.
Me levanto lentamente asimilando esto. Puede que con lo concentrada que estaba pensando mi mal estar no me he dado cuenta de que llovía. Pero el paisaje está cambiado y no siquiera estoy mojada. Tampoco estoy mareada ni con ganas de vomitar. He podido desmallarme y despertar ahora, por eso no he visto como llovía. Pero si fuera así me hubiera mojado y no lo estoy... Espera, ¿que hace una carreta dirigida por un hombre montado en un caballo, viniendo hacia aquí? No puedo creer que estas cosas todavía se utilicen. El hombre está vestido con ropa destrozada y embarrado con lodo. Su cara está manchada de barro y tiene una expresión seria. Calculo que tendrá unos cuarenta y tantos.
Desde cuando vive este señor aquí, nunca en mi vida lo he visto y ni siquiera se de donde viene. Poco a poco él se va acerca a mi, con el ruido de las ruedas de la carreta, dándose una y otra vez con el duro y enchar- cado suelo. Me pongo a un lado de la cuneta. Creo que si no me muevo me atropellara. Pasa lentamente por un charco, lanzando me el agua sucia.
-¡Mierda! - me ha empapado entera.
Él me mira por encima del hombro y estira la cuerda para parar al caballo.
-¡So! -dice con fuerza y determinación.
Miro mi ropa esperando que no se haya mandado mucho, pero las esperanzas se me van a medida que observo mi camisa blanca y mis pantalones embadurnados de fango. Con los dedos rozó lo sucio y lo intento quitar, pero es imposible.
-Señorita. ¿Esta usted bien? -se baja de la carreta y viene hacia mi.
Levanto mi mirada y observo bien sus rasgos, unos que tiene muy similares a mí. Me observa ojea con disgusto y con el ceño fruncido. Observa mi vestuario con sucileza y me mira con sorpresa. No entiendo por qué el va vestido así sus zapatos parecen viejos y sus dedos se Le salen por un hueco que tiene en el.
-Claro que no estoy bien. Me has manchado toda mi ropa con tu mierda y anticuada carreta,o lo que diablos sea eso. -Bramo violenta.
Su nariz de ensancha y no puedo evitar sentir más furia cuando se gira y va hacia su caballo. No puede ser, ¿que clase de modales tiene?
-¿Me piensas dejar así?- pregunto con irritación.
No puedo creerlo. Me mancha con esa cosa y encima se va con este tiempo. Me va a dejar aquí a punto de que una tormenta inicie.
-¿Que quieres que haga? -Se gira rápidamente hacia mi. -Deberias esperar aquí hasta que elapses otra vez. Podrías cambiar el trascurso de la historia si alguien te ve así vestida. En el siglo XVII las doncellas no se visten así, pequeña.
¿Qué?¿Cómo? ¿Que dice esta loco? No he viajado en el tiempo, eso no es posible. Solo pasa en películas o series no en la vida real. Esto es un sueño con demasiada claridad. No, no puede ser posible.
-Elap... ¿Qué? ¿Que estás diciendo? ¿Me estás tomando el pelo o es que esto es una cámara oculta? -Empiezo a mirar a todos lados buscando la cámara y a gente que pueda explicarme lo que está pasando.
Tiene que ser una broma, por que si no es eso... Me muevo por todos lados buscando. El pone una mano en mi brazo haciendo que pare.
-No es ninguna broma. Escúchame bien, tienes que ir a la logia de Saint Laurent.-me mira con dulzura- Allí te ayudarán, no puedes seguir haciendo viajes incontrolados. Podrías hacerte daño o mucho peor, podrías morir.
Cruzo mi ceño.
-No he echo ningún viaje al tiempo. Ni siquiera sabes quién soy. Estas diciendo cosas sin sentido¿Estás loco?-pregunto con coraje.
No soporto más esta situación y quito su mano de mi hombro dándole un manotazo. Me marcho caminando por el lado opuesto por el que vine. No quiero oír más a este loco. ¿Viajes en el tiempo? Por favor, eso ni siquiera existe. Son mitos, leyendas o calumnias que la gente inventa para hacer películas y ganar dineros por ellas. Y ni siquiera se que es una logia, ni Saint Laurent.
-Esmeralda -me paro en seco quedando paralizada, al oír como sabe mi nombre- Tienes que creerme. -Me ladeo para mirarle- Por tú severidad con el tema, deduzco que es tu primer viaje. Aquí puede que no te pase nada, pero no puedes ir así como así viajando sin limite. Tampoco puedes ir así vestida, podrías cambiar el trascurso de la historia, y eso con llevaría que el mundo cambiase y en el peor de los casos no naceras.