Salí corriendo hacia la habitación de Axel donde estaba llorando mientras intentaba comunicarse con su pareja, tenía miedo de que le hicieran algo ya que a pesar de que no se llevaban más que dos años, Axel seguía siendo menor de edad, tenía diesiseis y el otro chico diesiocho.
Al llegar lo mire y lo abracé tan fuerte como pude — tranquilo aquí estoy.
— ellos no quieren que esté con él, quieren mandarme al extranjero — lloraba en mi pecho — no los dejes, Esme, haz algo.
Me rompía el corazón mirarlo llorar de esa forma, nunca lo había visto así, no quería recordárselo pero quería saber — ¿que paso?
— estaba hablando con él afuera, no estábamos haciendo nada, pero — Suspiró y se aferro a mi — pero, me canse de ocultarlo porque yo entendía que eso le dolia a él, besé su mejilla y papá nos vio, hizo que entrara a la fuerza y comenzó a gritarme que me odiaba y no quería saber de mí...
Solto a llorar de nuevo, era algo típico de padres homofobicos.
Lo sente en la cama y saque una mochila guardando sus cosas en ella, me lo llevaría de ahí, sé que eso lastimaría a mi madre, pero no iba a permitir que le pusieran una mano encima a mi hermano, ¿como lo sabía? Aunque no me lo haya contado, su mejilla estaba roja, lo que significaba que le habían golpeado.
Axel me miraba atento pero no me detuvo, tomé su mano al terminar y me lo llevé, Juliet estaba peleando con ellos en la sala, nos miraron.
— ¿ahora que hacen? — grito papá — maldita sea Axel, primero te revuelcas con ese marica y ahora te largas, ¿te gusta que te abran el culo?
— basta — dije protegiendo a mi hermano — no es posible que hables así de tu hijo, nos vamos, me lo llevaré lejos de ustedes y así no lo podrán tocar nunca, no llorará más y no vivirá encerrado nunca.
Me lo llevé y para mí sorpresa su novio estaba ahí.
Axel corrió y lo abrazo tan fuerte como pudo — tenía tanto miedo.
— tranquilo bebé — escuche un poco, es que eran muy lindos juntos — aquí estoy, no podrán alejarnos nunca, te lo aseguro.
Solo asintió y lo besó — ¿nos llevas a casa de Juliet? Ahí la esperaremos — los interrumpi por mucho que no quisiera, él solo asintió y subimos a su auto para irnos —así que mi cuñado peleará por la mano del enano — quería quitar este trago amargo, Axel se sonroja y desvía la mirada.
— claro que sí — dice Abraham su novio — debo hacerlo y así tendremos una hermosa vida juntos.
Axel no podía estar las sonrojado, yo solo me reía de ellos dos.
Al llegar el chico se quedó más tiempo, esperábamos a lo hermana mayor, tenía miedo de que no nos dejarán quedarnos con el enano, ambos se fueron a una de las habitaciones que tenía el departamento, eso me recordaba que no tenía muchas cosas aquí ya que solo me quedaría unos días pero ahora no volvería con mis padres, no al saber como pensaban y que no me dejarían estar con mis hermanos.
Me quede en la sala esperando a Juliet, estaba muy asustada.
Pronto llegó a casa y corrí a abrazarla, ella acarició mi cabeza y la besó — tranquila, ¿donde está Axel? — pregunta y fui por él, ambos salieron y Juliet suspiró — logre hacer que se quedarán aquí, tuve que pelear por ustedes pero lo logré, ahora tengo reglas así que espero que las obedezcan al pie de la letra.
Los tres asentimos obedientes, no fueron reglas que nos tuvieran controlados, eran cosas normales, como no estar tan tarde fuera de casa, si nos quedábamos con amigos o en caso de Axel en casa de su novio siempre avisar para no preocuparla, no podíamos tomar sin que ella no estuviera.
Eran reglas aceptables, íbamos a estar bien, lo sabía y lo esperaba...