Era mi primer día de clase en la primaria, estaba nervioso, yo era muy tímido y regordete, sin contar con que me vestían como Mr. Bean, el mismo peinado y una horrible coincidencia de colores en mi uniforme, dale eso a un niño y me obtienes a mí, en esa época de mis 7 años tenía muchas inseguridades y todo comenzaba con mi apariencia, es de esas cosas que cambiaría si pudiese volver en el tiempo. En el primer día todos ingresábamos en un gran salón de la institución, lo usaban para las actividades cívicas y “actividades especiales” (basura aburrida si me lo preguntan) una vez ahí el director presentaba a los profesores uno por uno y seguido iba nombrando sus estudiantes, al finalizar el grupo el profesor se marchaba a su salón con todos los niños siguiéndoles, llamaron a la profesora María Trejos (nombre que nunca voy a olvidar) el director fue llamando a los alumnos uno por uno, todos eran más altos que yo, tenían cara de asesinos en serie, las mujeres también en su mayoría eran más altas, pero lo peor fue cuando vi que entre ellos todos se hablaban, ¡yo era el niño nuevo! ¡el nuevo gordo tímido! Mi destino ya estaba sellado, aunque en ese entonces ni siquiera podía imaginar lo que sucedería, pero ya no había nada que hacer, ese era mi grupo. Fuimos al salón donde la profesora se presentó más formalmente y nos dio una charla incentivando el estudio, salir adelante, que fuésemos una familia… tanta saliva desperdiciada, debí imaginar qué clase de compañeros de clase tenía, pero no fue así, la profesora escribió su nombre, las materias que impartiría… ¡ah sí! y los colores en lo que había que forrar los cuadernos de cada materia, cuando terminé de escribir me percaté que era el único hombre que estaba escribiendo todo, incluso con colores. El día finalizó con eso, mi mamá Alicia llegó por mí, me fui con ella a casa (no voy a indagar mucho en eso, no es importante y no recuerdo tanto de mi pasado, más adelante hablaré de eso, si es que es necesario).
Mi segundo día no tuvo gran diferencia, estuve en silencio todo el tiempo, escribí todo lo que profesora apuntaba en la pizarra, pero para mi suerte los hombres ignoraron mi existencia, aunque también las mujeres ahora que lo recuerdo, mi tercer y cuarto día fueron iguales, hasta que al quinto día me enviaron un recado en el cuaderno “trabajo incompleto” fue el inicio de algo bueno, sé que no lo parece, en especial porque me pegaron unas buenas nalgadas por eso, pero así fue, después de ese día copié todo y una de las mi salón me invitó a jugar con ellas, eran todas las mujeres de mi salón (5 o 6) y un par de otro salón, una de las del otro salón se llamaba Alejandra, desde que la vi me pareció que era la más linda de todas (sí ya sé que suena súper cursi, pero así fue) al pasar un par de meses yo día de por medio tenía en mi cuaderno un recado con “trabajo incompleto” claro un día mi papá Javier me calentaba las nalgas y al día siguiente escribía hasta de más, pero al siguiente ya se me pasaba, durante ese tiempo seguí jugando con ellas, incluso le llegué a gustar a dos de ellas, pero no a Alejandra y si no era ella yo no quería nada ( a esa edad ser novios para mí era muy distinto a como es ahora) eso hizo que tuviera problemas con el más gordo del salón, para mi él era un criminal, empezó a decirme cosas, gordo enano, narizón y no recuerdo que más, pero yo le tenía miedo, era más alto y gordo, en una pelea nuca le ganaría sin contar con su grupo de amigos, todos molestándome por igual, mis días ya no eran tan “bonitos” día de por medio un recado de trabajo incompleto, el gordo y los suyos molestándome, ya incluso me daba miedo salir al receso, pero cuando salía ellos me correteaban por todas partes, nunca me agarraron y la verdad nunca quise saber que hubiese sucedido si me agarraban, así pasó un tiempo ( no sé cuánto exactamente, pero para mí fue una eternidad ) hasta que llegó el día, el clímax de esta parte y sí estoy metiendo palabras para aumentar la tensión o al menos generarla, exploté contra uno de los amigos del gordo, me molestó y yo lo empujé, ya después de eso no hay marcha atrás, pero yo estaba tan enojado, tan frustrado que no me importó, él me empujó de vuelta y se me acercó de forma intimidante
- ¿Quiere pelea maricón? – me dijo, eso solo me molestó más
Él me tomó por el cuello, pero con una fuerza que no tengo idea de donde salió lo elevé con mis brazos tomándole las piernas y la espalda luego lo dejé caer al suelo, supongo que veía mucho la WWE en ese entonces, cuando el calló giró adolorido y yo me puse sobre él, le rodeé el cuello con mi brazo derecho y con el izquierdo me ayudaba a hacer presión, estaba fuera de mí, empecé a hacer presión y mo la disminuí, aunque sabía que él no podía respirar, seguía presionando y presionando, aún hoy ese recuerdo es borroso hay muchas lagunas, pero recuerdo que le vi el rostro completamente rojo