¿eso es amor?

CAPITULO 8

En el noveno año ingresé dos semanas después, en esta ocasión no estaba nervioso, no estaba ansioso, quería ver a Alejandra, pero a la vez no lo quería, me daba miedo, pasé todo el tiempo pensando en ella, ahora no sabía cómo iba a reaccionar, me torturaba mi mente con unos cuantos recuerdos, ahora verla, ignorándome y yo cumpliendo esa absurda promesa, María se sentó a mi derecha, Marisol estaba a mi izquierda, me percaté que Alejandra no estaba en el salón, María me dijo que Alejandra se cambió de grupo para no verme, sabía cómo era María y no le creí, esperé a poder hablar con Marisol y para mi pena (o dicha) lo que dijo María era verdad, el día que hicieron los grupos yo ya estaba inscrito y todos estábamos en el mismo grupo, al día siguiente Alejandra se cambió de grupo, aun me odiaba, en el receso pasé con Marisol y no vi a Alejandra por ninguna parte, quería verla y al mismo tiempo no lo quería, sabía lo que me iba a doler, sabía lo que iba a sentir y eso me daba miedo, la conocía tan bien que incluso sabía lo que me podía decir…. Claro que eso solo en caso de que sí me dirigiera la palabra, Marisol parecía saberlo y me mantenía distraído, me tenía lejos de Alejandra, ella lo negaba, pero la conocía lo suficiente como para saber qué hacía y por qué lo hacía, siempre he pensado que ella cuida más de mí que yo mismo, incluso más de lo que se cuida a sí misma, pero claro, para estoy yo, yo cuido más de ella que de mí mismo.

Sin notarlo habían transcurrido dos meses, dos meses en los que Marisol me mantuvo lejos de Alejandra (en definitiva, es mi mejor amiga, como amo a esa pequeña mujer) ya no pensaba tanto en Alejandra, aún me sentía como una basura por lo que hice, pero estaba mucho mejor, aún sentía ese molesto vacío, pero solo de forma ocasional, todo estaba mejorando. Llegó el inevitable día en el que vi a Alejandra, me puse nervioso, mis piernas flaquearon, sentía el palpitar de mi corazón en la cabeza

 - Hola Mari – Alejandra saludó a Marisol que estaba caminando a mi lado como de costumbre

 - Hola Ale – respondió Marisol saludándola de beso en la mejilla

Eso fue todo, quería decir algo, pero dos cosas no me lo permitieron; una era que no me podía ver inferior, ella ni siquiera me miró así que yo tenía que hacer lo mismo, era mi ego y temor uniéndose para actuar juntos y, la segunda era importante, ella me hizo prometer que no le hablaría, ni que me acercaría, era inevitable estar cerca una que otra vez, pero podía no hablarle, seguí cumpliendo mi palabra (aun cuando no quería)

 - ¿Todo bien? – me preguntó Marisol, no sé qué cara tenía para que me preguntara eso

 - Sí, solo me puse un poco nervioso

 - ¿Un poco? Parecía un chihuahua en casa nueva – me dijo soltando una carcajada

 - Llevaba mucho de no verla

 - Ya sé, no importa mejor vamos a comer algo

Después de ese día la empecé a ver más seguido, pero como Marisol siempre estaba conmigo ella me ayudaba a estar tranquilo, sin percatarme de cuando, de cómo o por qué ya no me ponía nervioso con ella, todo se me pasó por completo cuando me llegó el chisme de que ella era novia del hermano de María otra vez (sí, novia del tipo que besó a otra en su cara, yo lo planeé, pero él lo hizo, es tan culpable e incluso más que yo y, ahora estaba con él, todo porque María le inventó que yo hice que él hiciera eso, no sé cómo se creyó esa estupidez, pero sí fue).

Recuerdo un día que teníamos libre, estaba María, Marisol, Gabriel, Brandon y el hermano de María (no recuerdo el nombre de ese, le voy a decir… Shino, no sé por qué ese nombre de naruto, pero sí, así le voy a decir) estábamos contando historias de que cosas que nos sucedían en clase o cualquier cosa que se nos ocurriera, estábamos pasando un buen rato, no sé de donde apareció Alejandra y se sentó en los regazos de Shino, lo besó y después miró directo hacia mí enarcando una ceja, fue muy sutil, pensé que era cosa mía, es decir, se suponía que ella no me quería ni en fotos, pero si hacía eso ¿quería decir que sentía algo? Seguro era cosa mía, todos seguimos hablando hasta que se sonó la campana, teníamos que entrar a clase, me levanté y me fui al aula, Marisol se fue conmigo, los demás llegarían tarde o no llegarían

 - Que incomodo fue eso – dijo Marisol con una sonrisa burlista

 - ¿Qué? – fingí demencia para estar seguro que ella me iba a decir justo lo que yo esperaba que me dijera

Alejandra, después de que le dio el beso a Shino la mirada que hizo

 - No lo noté

 - Claro que sí, de ser así no se reiría como lo está haciendo – me había agarrado en la mentira. – ¿será que solo usa a Shino para desquitarse de lo suyo? – una teoría bastante interesante a mi parecer




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