Durante las vacaciones me vi más con Marisol que con mi familia, me encantaba estar con ella, era cariñosa, aunque muchas veces me preguntaba cómo me sentía, sabía que me sentía vacío, un día le dije que no se preocupara tanto por eso, que ya no lo sentía tan fuerte, aunque claro que mentí… a medias, eso me atacaba por ocasiones, pero ya no tan seguido y suponía que era gracias a ella, los ataques eran intensos, mas no tan seguidos. Al iniciar el curso nos tocó casi con los mismos exceptuando por lo que reprobaron el año y fueron sustituidos por los de otro salón, algunos me conocían y me llevaba bien con todos, ese año a Alejandra le tocó en mi salón, su novio había reprobado, pero hasta donde sabía aún seguían juntos, en ese año ocupé ayuda de Marisol con un par de materias, de no ser por ella de seguro reprobaba.
Ese año como de costumbre hicieron un campeonato de futbol, yo era rápido corriendo y pasarla se me daba bien, pero nunca estuve en eso, ese año como de costumbre en mi salón se hizo un equipo, Marisol me insistió para que ingresara al equipo y al final accedí; el día del partido llegamos los 13, teníamos varios de los que estaban con nosotros el año anterior, ingresé con los once titulares, yo iba por la banda izquierda, estaba un tanto nervioso, todos estaban ahí viendo ya que era una buena excusa para no estar en clases, decir que iban a apoyar a su salón y lo que jugábamos salíamos antes para cambiarnos la ropa, no tardábamos ni 10min, pero salíamos dos lecciones antes a cambiarnos con esa excusa
- Vamos Fabián – gritaban mis compañeras y Marisol
Todas nos coreaban, eso me ponía aún más nervioso; el partido inició, movieron los contrincantes que eran de décimo año también, el balón se lo pasaron al que estaba por mi lado, fui a marcarlo, me pasó y corrí a su lado, chocamos hombros, yo me sacudí y él me chocó una vez más, con eso quedé en el suelo de cara, humillado, sucio y era solo la primera jugada, mi primer partido y ya me quería salir solo
- ¡Vamos Fabián! – gritó Marisol
Me levanté molesto, molesto por quedar así de humillado, talvez podría decir algo poético como que ella me dio fuerzas, pero no sería la verdad; el partido continuó, perdía el balón con facilidad, la estaba pasando mal, incluso me ganaban corriendo, al medio tiempo salí y me fui a cambiar molesto conmigo mismo, ganamos 2 -1, pero no me importó, yo jugué del asco, Marisol me consoló y me ayudó a tranquilizarme, me motivó para el siguiente partido.
El partido siguiente era el último de la jornada y yo ni loco iba a ingresar titular otra vez, ingresé en el segundo tiempo, cada tiempo era de 20min, ingresé fresco lleno de oxígeno, descansado, mientras el que estaba por mi lado estaba totalmente agotado, la condición física nunca ha sido lo mío, siempre me canso con mucha facilidad, me repongo rápido, pero para el caso sería cuestión de un par de minutos para estar en igualdad de condiciones con mi contrincante, jugué mucho mejor, podía mantener el balón, corría y creaba oportunidades, escuchaba a Marisol apoyándome desde las gradas, en esta ocasión sí me motivó, no era la única apoyando, pero si la única que me importó escuchar, hice un par de asistencias, me pude lucir un poco con algo de velocidad, al final de encuentro el marcador quedó 4 -1, le ganamos a los de ultimo año bastante bien y en esta ocasión si pude jugar bien, o al menos mejor.
El tercer día de campeonato iniciaban también los encuentros de los equipos femeninos, eran menos equipos por lo que iniciaban después
- Las chicas que van a jugar pueden ir a cambiarse – dijo la profesora
Me sorprendí tanto cuando vi a Marisol ponerse en pie y marcharse con su bolso, por un momento no me lo creí, ella era buena casi en cualquier deporte, pero no imaginé que entraría al equipo, antes de salir se acercó a mi
- Espero que me esté apoyando – me dio un beso y se marchó
Ya era algo normal para ese tiempo por lo que la profesora ni siquiera le dio importancia, no quedó ni una mujer en el salón, al pasar la primera lección la maestra nos dijo que nos podíamos ir a las graderías, no tardamos ni 10seg en abandonar el aula.
El partido de ellas inició, Marisol era delantera, Alejandra jugaba en el centro de la media cancha y pusieron a la fea en la portería (siempre hacían lo mismo y siempre pensé que era porque a ella no le importaba que la golpearan, en nuestro caso poníamos al gordo en la portería, ya era una tradición) Marisol era más fuerte que muchas a pesar de su estatura, tenía las piernas gruesas, siempre me dijo que era por hacer ejercicios y se notaba la diferencia entre ella y las demás, pateaba con mucha fuerza y en balones divididos siempre los ganaba por fuerza, anotó 4 goles que me dedicó
- Ella si puede dedicarle goles, Fabián es tan malo que ni eso puede hacer
Todos empezaron a hacer burlas, pero no me importó, se sintió bien que ella lo hiciera, aunque no sabía cómo se suponía que debía reaccionar, creo que lo más difícil fue soportar las bromas, faltando 20min para el final ya tenían el encuentro ganado, Marisol ya no corría tanto, se notaba cansada, su cabello castaño estaba empapado y alborotado, estaba totalmente bañada en sudor y así se veía de maravilla, su cola estaba casi suelta y se mecía de lado a lado, me fui en mis pensamientos viéndola trotar, secándose el sudor, viendo su cabello que me recordó a Natalia… ¿Cómo estaría ella? ¿aún me recordaría? ¿Qué tanto habría cambiado?... Gabriel me dio un par de golpes disimulados con el codo, lo miré y con un gesto de los ojos y las cejas me señaló la cancha, Marisol agitaba sus brazos, me lanzó un beso un beso y beso un corazón con las manos, yo la imité, pero me costó volver, aún tenía una pequeña parte de mi mente pensando en Natalia. El partido que seguía era de hombres, mientras ellos jugaban nosotros nos fuimos a cambiar para después volver a ir a la cancha, antes de que terminara ese encuentro llegaron las mujeres, Marisol se sentó a mi lado