—No están, Alex. Vámonos.
—Alexa, acabamos de tocar. Relájate.
—Papá me va a matar, Alex… —la escucho murmurar con un tono extraño. Cuando volteo a verla, sus ojos están inundados de lágrimas, y no deja de jugar con la botella de ponche que trajo.
Le quito la botella y la dejo junto a la mía en la maceta, solo para tomar sus manos unos segundos.
—A ver, respira profundo. Eso es… conmigo. —Cuando me imita, una lágrima se desliza por su mejilla izquierda. La limpia rápido, aunque otra vuelve a salir.
—Son tus papás, Alexa. Te aman, te perdonarían cualquier cosa. Lo sabes.
Antes de que pueda responder, la puerta se abre de golpe y una voz grita:
—¡Sorpresa!
Entramos… y de inmediato comienza a sonar la marcha nupcial.
Toda la casa —llena de gente, asumo toda su familia— aplaude y lanza confeti al aire mientras gritan.
Miro alrededor, atónito: todo está decorado como si fuera una boda. Incluso hay un pastel.
Volteo hacia Alexa… y la encuentro blanca como el papel.
Mira todo en silencio, luego me mira a mí, murmura algo ininteligible y, en cuestión de segundos, la veo desvanecerse.
Apenas alcanzo a sostenerla del brazo antes de que su cuerpo caiga al suelo, desatando el caos absoluto en esta… numerosa familia.
Hola!
¿Les conte que estamos participando en el concurso de comedia romantica de la plataforma?
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Los quiere,
Eva