Un imbécil a pedido.
Dementes los que creen que había una posibilidad de que subiera a esa camioneta. No hay manera de que eso pudiera suceder, mi madre me enseñó a no ir con extraños, muchos menos si tienen algún resentimiento conmigo como lo tiene Pierce y probablemente Chris y Eric por molestar a su amigo.
Shivangi vino a por mi justo cuando lo necesitaba y fingió obligarme subir al coche frente a los demás, me agrada que me siga el rollo de niño de bien. Condujo durante unos quince minutos, aun no me acostumbro al hecho de vivir fuera del pueblo o de siquiera de vivir en uno.
Mis padres no están separados, pero mi madre es una mujer extraña y de negocios mientras que mi padre uno de ferreterías, nunca tuvo interés por dejar su pueblo aunque ambos estuvieron de acuerdo en que la ciudad podría abrirme más puertas en la vida y por ende viví con mi mamá hasta hace unas semanas. Siendo sincero, nunca tuve mucho contacto con mi padre. No nos llevamos mal ni tenemos una relación nula, de hecho, cuando hablamos nos llevamos muy bien y le tengo mucha confianza. Me refiero a que nunca encontré mucho interés por sus cosas o tenemos una relación padre e hijo muy profunda, no tenemos charlas sobre el amor, la vida y los fracasos como lo tengo con mama, pero es debido a la convivencia. Se que en algún momento sucederá, estoy abierto a eso.
Como decía, es difícil vivir en un pueblo cuando no estás acostumbrado. Todos se conocen entre sí y cuando caminas por la calle y no te conocen te miran como si fueses sospechoso de un delito, te tienen en la mira. También está el hecho de que vivo alejado de ellos, en un recinto cerrado, sin vecinos y sin necesidad de salir de allí porque nunca falta nada en esa casa. Por lo que no conviví mucho con el resto de los habitantes, en mi primer día quería cabecear un balazo por el hecho de no tener a mis amigos junto a mi o a mi ex-novio. No me gusta esa palabra, pero supongo que es la decisión mas correcta al llamar así a alguien en a quien no vas a ver probablemente nunca más en tu maldita vida por culpa de los deseos de tu madre de deshacerse de ti con la excusa de involucrarte más en la vida de tu padre.
Ahora estoy enojado, genial.
Cuando mi chofer abrió mi puerta, baje del vehículo y camine a la puerta de mi casa, solía vivir en un departamento antes, por lo que nunca tuve un patio más grande que una simple terraza o con césped que no sea sintético. Me gusta eso y el hecho de que es como las típicas casas de campo de películas, siendo rústicas por fuera y por dentro por el contacto que tienen con la naturaleza. Siento que vivo con Nick de Juego de Gemelas, me encanta.
—Papa, ya llegue— iba a saludarlo luego de dejar mi mochila en mi habitación pero su voz me detuvo a mitad de las escaleras.
—Llegaste— Él me sonrió mientras se secaba las manos con un trapo de la cocina, inmediatamente le agradecí a mamá en mi cabeza por haberme mandado a vivir con él y me reproché mentalmente por haber creído que era solo para deshacerse de mí. No sabía cuanta falta me hacía tener un papa que me esperara en cuanto llegue a casa. Podría llorar en 0,5 si me pusiera a pensar en la falta que me hizo.—¿Qué tal tu día?
Mama no siempre tiene suficiente tiempo para escuchar como fue mi día.
—Estuvo bien.
—¿Solo bien?— Papá rio un tanto nervioso, me pregunto si habrá leído algo sobre cómo tratarme, porque lo está haciendo muy bien.
—¿Qué apoyas: el capitalismo o el socialismo? Siendo totalmente sincero con tu único hijo.— Él pareció pensarlo unos segundos y luego negó sonriendo como acostumbraba a hacerlo cuando le hablaba.
—Creo que el capitalismo es economía por excelencia y que está bien que la competencia exista, nadie puede superarse a sí mismo si no pone metas en su vida.
—Exacto, es exactamente lo mismo que yo estaba pensando.
—Pero no me parece justo que debamos pisar sobre los demás para poder estar más arriba que unos cuantos, uno puede valerse por sí mismo sin necesidad de bajezas como la manipulación o la agresión física, verbal o psicológica. No somos juguetes, no hay razón por la cual tengamos que utilizarnos entre nosotros.
Mama solía decirme que cuando compartían sus puntos de vistas solían chocar mucho, no lo entendía porque creía que todos pensaban igual hasta que escuche a papá decir que alguien puede llegar a ser algo de distintas formas. No estaba buscando quedar bien sino enseñarme que el mundo no funciona como el entorno me obligo a creer que era.
—Quizás tengas razón— Papa evitó comentar algo sobre lo difícil que me fue darle la razón y solo volvió a la cocina después de pedirme que bajara a comer algo cuando termine de dejar mis cosas.
Compartí la tarde junto a él en el jardín de la casa mientras comíamos tarta de limón hecho por él mismo hasta que fue hora de que se fuera al trabajo. Me dejo escuchar música al volumen que más me placía y pedir comida para la cena puesto que no volvería hasta muy tarde y no habría quien me cocine.
Escuchando Zafar a un volumen en el que mis neuronas iban reventando una a una mientras me duchaba, tome mi teléfono y llamé al único negocio que traía comida a la casa y les pedí dos pizzas casi sin entender lo que me decían por el agua de la ducha y esperando haber dicho bien mi dirección.
Mi piel suele ser muy sensible a los rayos UV, y hoy el clima estaba casi insoportable, por lo que al terminar de vestirme, me coloque una diadema de peluche blanco en la cabeza para apartar los cabellos de mi rostro y comencé a limpiarme debidamente esta y a colocar unos cuantos productos para el cuidado de mi piel. Fue a mitad de mi mascarilla negra cuando oí el timbre en la planta baja. Me apresure a bajar para no ser tan grosero con el empleado y sonreí al atender:
—Hola, disculpe la tardanza.— Saque de mi bolsillo el dinero que papá me había dejado y se lo entregué rápidamente, tomando las dos cajas de pizza con cuidado e intentando cerrar la puerta porque no quería seguir sonriendo.