Especiales 2

Kir Refder: Un día normal

Mientras esperaba todos los días en poder disfrutar de un momento de paz, al ser que habían estado en muchas dificultades últimamente. Ese por ello que, mientras se encontraban corriendo para escapar de unas personas que los perseguían sin descanso, Guk pensaba- no puedo dejar de pensar que todo esto ha sucedido desde aquel día en que deje aquel lugar pero, por alguna razón es mucho más divertido – y, viendo delante de ella a Kir, sonrió y dijo – no dejes que nos alcancen esta vez. Así que será mejor que aumentemos nuestra velocidad – a lo cual Kir respondió – claro, pero esta vez no soy yo quien está retrasando las cosas – y se rió.

Al ver un gran barranco, los dos se vieron mutuamente y, con una sonrisa dibujada en sus rostros, se lomaron de las manos para luego lanzarse en este sin temor a nada. Mientras caían en el barranco, los que los perseguían sólo podían mirar este acto suicida y, el que los lideraba, dijo – creo que esta vez sí que pudieron escaparse, pero, si es que sobreviven de esta caída, los estaremos esperando abajo – y se retiraron.

Mientras seguían cayendo, Guk y Kir se apoyaron el uno contra el otro y, mientras aprovechaban la velocidad de la ciada empezaron a dar vueltas en el aire hasta llegar a formare un gran remolino el cual evito que ellos tocaran el suelo de forma peligra y fuera mucho más fácil el poder quedar de pie como si no hubiese sido nada.

Al estar ya en tierra, por supuesto, sin no antes haber dejado una gran explosión tras su caída, los dos decidieron que iban a caminar un poco y buscar algo para comer. En estos momentos no podían quedarse sin alimentos al ser que todavía eran reconocidos como muy peligrosos y no en todos lados podían verlos sin tener temor que algo pasara. Pero, por suerte para ellos, ya estaban por cambiar su forma de vivir, ya que todo estaba por quedar en el olvido o por lo menos podían contar con la suerte de que todavía no habían sido descubiertos por completo. Lo más que habían visto de ellos era aún como una simple ráfaga de viento del cual no podían confirmar por completo sus identidades. Esto iba de la mano al ser que los pocos que tuvieron la oportunidad de verlos directamente mientras destruían todo a su paso, ya estaban muertos y no quedo ni un testigo sobre ello.

Mientras caminaban entre el bosque, podían escuchar como los monstruos luchaban con personas que se habían adentrado en su territorio. Pero, como lo menos que deseaban era llamar más la atención de lo que habían hecho, decidieron que era mejor evitar toparse con ellos y el ignorarlos era la mejor solución en estos momentos.

Kir y Guk, recolectando las frutas que habían conseguido durante el camino, trataban de disfrutar de su comida sin preocuparse por lo que irá a suceder en el futuro. En un lugar que los dos consideraron que era bueno para pasar la noche, encendieron la fogata y, aprovechando que había un rio cerca, Kir pesco algunos peces mientras Guk empezó a preparar todo el lugar para descansare y saco una olla para cocinar la cena.

Todo parecía estar tranquilo y sin ni un tipo de problema. Guk, que estaba viendo el fuego, empezó a sentir como una ráfaga de viento soplaba y con ello también el atardecer demostraba que el día estaba por terminar. Sin saber qué hacer con todo lo que sucedió durante el día, no podía sentirse aliviada. Peor sería si tuvieran que estar luchando incluso durante la noche, por lo que en esta ocasión se podía considerar que era totalmente pacifico.

Kir, regresando con todo lo que había pescado, lo pudieron en unas varillas para poder asarlos y, como Kir todavía contaba con un poco de sal y otros condimentos, sazonaron el toda la cena y disfrutaron de una gran comida. El comer los dos juntos, ya no era algo tan incómodo como lo fue al principio. Por otra parte, la comida que preparaba Guk era deliciosa, por lo que Kir no quería dejar de comerlo y, algunos de los aperitivos que hacia Kir, era lo que esperaba Guk cada vez que encontraban y lograban reunir cada uno de los ingredientes.

Después de cenar, viendo la estrellada noche era suficiente para poder tener en cuenta que todo el día al fin había terminado. La próxima ciudad, que se encontraba a unos días más era lo que mantenía animada las esperanzas de lograr conseguir esconderse de sus perseguidores. Apagando la fogata, Kir y Guk decidieron dormir y dejar de lado todo lo que había ocurrido durante el día.

Mientras dormían tranquilamente, había una manada de lobos que se acercaban donde ellos se encontraban acampando. Estos habían sido atraídos por el aroma de la comida y, aunque estaban lejos, su olfato fue lo suficientemente potente como para poder ser capaz de percibirlo. Estos, sin siquiera dejar una abertura donde pudieran escapar, los rodearon por completo y se acercaron de forma sigilosa para evitar el llamar la atención de ellos. Mientras los miraban desde los arbustos, los lobos se prepararon para atacar. Y, en cuanto el líder aulló, todos los demás se lanzaron al ataque.

Guk, al sentir el peligro, se despertó inmediatamente para ver como los lobos iban tras ellos. Ella, sin perder el tiempo, empezó a atacarlos a todos. Pero, como eran bastantes, no era capaz de mantenerlos a todos bajo control. Kir, que se despertó debido al escándalo que se estaba provocando. Él, al abrir sus ojos y ver a Guk peleando contra los lobos, se levantó rápidamente, justo a tiempo como para poder esquivar un ataque por detrás de él.

Kir, poniéndose en espalda con Guk, dijo – no puedo creer que estos lobos hayan sido tan tontos como para querer atacarnos – Guk – eso es cierto – Kir – por cierto, creo que ya tardaste demasiado en ocuparte de este problema – Guk – eso no hubiera sucedido si no fuera porque no quería tener que despertar a cierta persona que descansaba muy tranquilamente mientras somos invadidos por estas criaturas – Kir – no es necesario decir eso, si me quedo durmiendo muy profundamente, incluso en una situación como esta, es porque creo en que eres capaz de solucionarlo – Guk – muy bien, creo que es tiempo de terminar esta lucha y regresar a dormir – Kir – tienes razón, así que vamos – y ambos atacaron a los lobos hasta que ni uno de estos quedo alrededor.



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En el texto hay: recuerdos

Editado: 22.06.2021

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