El mago secreto: Vamos juntos al desfile

Yosef, que se encontraba dando unas vueltas en los alrededores, comprobaba que no ingresara ni una persona sospechosa y que estuviera lo más seguro posible para evitar que algo malo volviera a sucederle a Ema. Mientras se encontraba en esto, vio pasar a un grupo de personas a lo lejos. Sintiendo que no habría problema mientras no se acercaran demasiado, las dejó a un lado y continuó su monitoreo.

Al regresar a la casa, vio que Cori estaba muy entusiasmada, algo que le parecía muy raro, sobre todo cuando se trata de que él regrese. Yosef, entrando, pensó que era mejor no decir nada y dirigirse a su cuarto para no tener que lidiar con ella cuando se pone de mal humor.

Mientras subía hacia el su habitación, de pronto apareció Ema, quien llevaba una cajas. Ema, quien perdió el equilibrio al dar un mal paso mientras bajaba en las gradas, tropezó y cayó. Poniendo sus manos cerca su rostro para evitar que se golpeara demasiado en la cabeza, sólo sintió como fue que Yosef la retuvo y evito que cayera. Yosef, quien termino abrazando a Ema, mientras sostenía las cajas con una mano, aunque en realidad era un hechizo, para evitar cualquier problema, dejó que siguieran cayendo mientras usaba un hechizo de viento para amortiguar un poco la caída pero siempre dejando que sonara como algo real. Soltando por completo las cajas y haciendo que estas cayeran casi al lado de Cori, quien al ver esto inmediatamente dio un paso hacia atrás, él termino sosteniendo bien a Ema y de esta forma evitó que ella se lastimara.

Ema, quien abrió los ojos al sentir que ya todo estaba bien, vio de cerca el rostro de Yosef y, reaccionando rápidamente, dijo un poco alterada – este... e... este... perdóname por esto – y se levantó rápidamente de encima de Yosef mientras también seguía diciendo – ¡No puede ser! De seguro también las cosas se han arruinado, pero... pero... – miraba a Yosef y luego a las cajas, repitiendo esto una y otra vez mientras seguía diciendo – ¡Ah! No puedo con esto, si no traigo algo para ayudar a Yosef, de seguro que seguirá con la herida por haber caído encima de él... pero... pero... las cosas que llevaba en las cajas también debo de verlas... pero... pero... ¡ay! ¿Qué debo de hacer? – entonces Yosef, levantándose y sacudiéndose un poco, dijo – no te preocupes por mí. Como puedes ver, me encuentro bien – Ema – pero no fue demasiado fuerte el cómo caímos – Yosef – no te preocupes por eso. Soy alguien resistente como puedes ver – Ema – pero, debes de estar lastimado o tener algún moretón debido a esto – Cori – No te preocupes Ema. Ya lo escuchaste, él debe de estar bien, además... – con una sonrisa un poco maliciosa – si él no pudiera resistir algo como esto, entonces eso significa que no sirve para nada – Ema – ¡No digas eso! Yosef trata de ayudarnos aquí también – Cori – si... como digas, pero ya deja eso de lado. Ven – extendió su mano – te voy ayudar con estas cajas mientras Yosef regresa a su cuarto ya que – burlescamente – a diferencia de otras personas, yo si soy de ayuda – Yosef, sintiéndose un poco enojado al escuchar estas palabras, pensaba – no te eliminó ni te hago nada sólo porque si lo hago, de seguro que Ema se pone triste. Siéntete feliz de que seas su hermana tan querida, de lo contrario ya serías historia – y con eso se dio la vuelta y subió hacia su habitación mientras refunfuñaba un poco.

Yosef, una vez que estaba en su cuarto, dijo – evita que todos los sonidos salgan de este lugar... ¡Inson! –. Una vez que había lanzado el hechizo, empezó a decir fuertemente - ¡Ay! De verdad... no puedo creer que Cori sea la hermana de Ema. Por lo menos deberías de haber dicho "Estas bien" o un "deberías de ver tus heridas" pero si es demasiado pedir esas palabras, sería mejor que no dijeras nada – empezó a dar vueltas en su cuarto mientras se seguía quejando – Además, creo que sería mejor si parecieras un poco más a Ema, sólo un poco del carácter de ella te vendría muy bien... pero bueno, Ahhhh – dio un pequeño suspiro – ya no importa. Ahora sólo sé que había lago que la tenía muy alegre. Lo que sea, debe de ser algo grande como para que no me haya dicho nada cuando regresé – sentándose en la cama – pero, ahora que lo pienso ¿Qué es lo que Ema llevaba en esas cajas? Será mejor que vea de qué se trata. Pero, bueno, por lo menos utilice justo a tiempo el viento como amortiguador, por lo que no se debió haber dañado nada – se levantó y mejor decidió dejar de pensar en ello y tomar un baño antes de almorzar.

Durante el almuerzo, los tres estaban comiendo cuando Ema dijo alegremente – saben, el día de mañana habrá un gran desfile que se celebra en memoria de cuando nuestro país llego a ser independiente. Es por ello que... – poniéndose un poco nerviosa – que quiero que podamos ir juntos a verlo – Yosef – creo que había escuchado sobre eso. Por cierto – mirando a Ema – ¿Te gustan los desfiles? – Ema, alegremente, respondió – ¡Sí! – Luego Cori dijo – está bien. Creo que nos vendría bien el poder ir a divertirnos un rato mientras miramos el desfile, pero... – dirigió una mirada un poco disgustada hacia Yosef – ¿de verdad lo llevaremos con nosotras? – Ema – ¡Sí! Ya que vamos a ir todos juntos como una familia. Así que pienso que está mal que dejemos fuera a Yosef al ser que él es parte de nuestra familia. Además, no sería lo mismo si hiciera falta alguien – Cori, aunque no le agradaba la idea, respondió – está bien... está bien... iremos todos juntos – luego Ema dirigió una mirada deslumbrante a Yosef, quien, al no poder dejar de verla y sintiendo que sería malo que dijera que no las acompañaría, ya que no quería estar junto a Cori, tuvo que aceptar, por lo que respondió – bien, también iré. Después de todo, debe de ser muy animado el ir a un desfile –.

Ema, quien estaba feliz de que los dos aceptaron ir, empezó a comer rápidamente mientras decía – ahora debemos de apurarnos para hacer todos los arreglos e ir a ver el desfile el día de mañana. No puedo dejar que nada falte, sobre todo al ser que se trata de nuestro primer desfile juntos –.