Espejos De Blasfemia.

Dos Y Punto Final.

Agosto, 2017.

― Ahí está. En el espejo otra vez.
― Nadie está en el espejo, Hazel, Solo está tu reflejo y el mío ― Dijo la psicóloga tomando mi hombro para intentar darme calma. La respiración comenzaba a agitarse, entonces puse la mirada bien fija en el espejo, mire mi reflejo, era yo, no podía haber nadie más ahí. Levante un brazo, el espejo me siguió, quise guardar calma, pero de pronto mi reflejo macabramente me sonrió. Pegue un grito de terror y di un paso para atrás, me eché al suelo aterrorizada y grite ― ¿La vio? ¿Verdad que lo vio? ¡Ahí esta ella, quiere hacerme daño!
― Ella no va a hacerte daño Hazel, ella eres tú
― ¡No! ― Brame ― ¡Esa no soy yo, ella me dice que haga cosas!
― ¿Qué cosas? ― Pregunto interesada, se acerco a mí y me tomo de los hombros otra vez ― ¿Qué cosas, Hazel?

― ¡Cállate, estúpida!

Entonces por alguna razón deje de gemir y llorar carraspee la garganta y mire a mi doctora llena de pánico con el aliento agitado.

― Ahora levántate y no digas nada.

― Y eso hice; me levante como si nada hubiera pasado. Sacudí mi ropa y me senté en el sofá, mi aliento se calmo y sonreí con sinceridad. ― ¿Puedo irme a casa ya?
― Hazel...― Dijo confundida ― Necesito hablar con tus padres.
― No creo que eso sea posible, ellos trabajan mucho, si quise venir a verla fue precisamente para no preocuparlos
― Aun no me has dicho a quien vez en el espejo ―Trague saliva y mire hacia ambos lados, no podía decirle, ella estaba ahí, estaba cerca de mí. Volvi a tragar saliva ― Escucho voces de vez en cuando, leí en internet que pueden ser por cansancio y realmente así lo creo, la escuela es pesada. Así que creo que fue una pérdida de tiempo venir hasta acá a importunarla. ― Con rapidez me levante del sofá, tome mi mochila y quise salir. La doctora me tomo con delicadeza del brazo y me detuvo ― Ten ― Me ofreció una de sus tarjetas con sus número de teléfono y dirección de su consultorio en casa ― Si vuelves a escuchar voces, llámame ― Entonces la recibí, sonreí forzada y Sali del consultorio hasta el estacionamiento. Subí al auto y suspire, tome la tarjeta en mis manos y me aprendí el numero.
― Vamos, Hazel, rompe eso ― Dijo en el espejo con una sonrisa macabra, salte de pánico y la enfrente
―No ― Dije rotundamente
― ¿Qué dijiste? ―Pregunto ofendida
―Ya no quiero verte Hannah, quiero que te vayas ― Dije con la voz entrecortada
― Eso no lo decides tu ― Sonrió arqueando una ceja ― ¿Crees que seguir viendo a esa estúpida psicóloga vas a librarte de mí? Que ingenua eres, Hazel.
― ¿Por qué estás aquí, Hannah? ―Grite con desesperación ― Quiero que te vayas ¿Qué quieres de mi?
― ¡Quiero que me saques de aquí!
― ¡No puedo! ― Me solté en llanto y deje caer la cabeza en el volante ― No sé cómo ― Ella bufo como toro y revoloteo los ojos ― ¡Por Dios, Hazel! ― Exclamo con fastidio ― Deja de llorar, eres irritante.
― ¡Cállate! ― Grite contra el volante. Ella suspiro.
― Es por eso que debiste morir tu, no yo ― Sentencio con desprecio, levante la cara poco a poco a mirarla en el espejo ― ¿Que? ― Pregunte con la voz quebrada
― Eres débil, llorona e insignificante ― Seguía sonriendo, odiaba que sonriera de esa manera, por que esa era su sonrisa triunfante, otra vez me había hecho sentir una basura ― Si yo estuviera en tu lugar, las cosas serian tan diferentes, Hazel. Pero por alguna razón yo estoy aquí atrapada y tu estas en ese lugar, lugar que estas desperdiciando, lugar que es mío ¡Es mi lugar! ― Escupió con furia.
Yo, más furiosa que ella prendí el auto y arranque con fuerza hasta llegar a casa. Al llegar rápidamente trate de pasar desapercibida hacia mi habitación, al llegar cerré con llave y deje caer de lleno mi cuerpo en la cama
― Durmiendo no vas a lograr nada, vamos holgazana, floja, levántate.
Gire sobre mi cuerpo e hice un gesto en la boca me levante y ahí estaba de nuevo en el espejo, con un vestido rojo pegado y maquillada de una forma diferente ― ¿Qué haces así vestida?
― Vamos a una fiesta, Hazel ― Dijo con seguridad ― No ― Dije con seguridad ― No vamos a ningún lado
― ¿Por qué no? ― Pregunto con delicadeza
― No fui invitada, Hannah.
Ella suspiro ― ¿Lo ves? Nadie quiere invitarte a ningún lado porque eres patética, nadie quiere ser tu amigo, ¡Ah! Si yo estuviera en tu lugar eso no sucedería, Hazel.
― Todos en la escuela son unos idiotas
― Vamos, Hazel. Yo puedo arreglarlo todo, solo déjame salir.
― ¿Arreglar que? ―Pregunte con curiosidad
― Todo, puedo hacer que te lleves mejor con papa y mama, puedo hacer que todos en la escuela te amen, solo sácame de aquí y dame tu lugar.
― ¿Y yo a donde iría? ― Pregunte no tan convencida. ― Si te doy mi lugar, ya no volveré ― Exclame con una lagrima escapando de mi rostro.
― Este lugar está lleno de paz y luz. Eso es lo que te gusta ¿no?
― Si...
― Y yo esperare a que tú me lleves adentro de nuevo, cuando sea el momento, Hazel
― ¿De verdad es así como dices?
― ¡Por supuesto! ― Exclamo ― Aquí adentro es un lugar de esperanzas, sin dolores, con cielos perfectos y sin lluvia, a ti no te gusta la lluvia ¿Verdad? Puedes dejar este lugar cuando tú me lo digas, pero no lo pienses demasiado, porque
te estoy esperando
― Si es así como me lo describes ¿Por qué quieres salir y tomar mi lugar?
― Ya te lo dije, puedo arreglar todo lo que va mal en tu vida. Además, extraño a papa y mama. Quiero hablar con ellos, vamos Hazel, volverás de formas todas.
Entonces fue cuando me cayó el balde de agua fría sobre la cabeza, estaba hablando con un espejo, con mi reflejo, el reflejo de mi no habla por si solo, entonces fue cuando supe que estaba enloqueciendo. Hannah estaba muerta, ya hacía diez años que había muerto en un accidente de auto, murió de un traumatismo cerebral cuando tenía siete años ¿Entonces por que la sigo viendo?― Esto no es real ― Dije dándole la espalda al espejo. ― Tú moriste hace diez años.
― ¿Qué dijiste? ― Pregunto.
― ¡Vete, no eres real, estoy enloqueciendo, anda, lárgate, no voy a hacer nada de lo que me dices!
Ella soltó una carcajada maniaca y levanto una ceja
― Hazel, tu bien sabes que yo no pertenezco aquí, mi lugar es donde estas tu, y el tuyo donde estoy yo. Debemos seguir, Hazel
― ¡Que te vayas te digo! ― Seguido de gritar aquello con fuerza di media vuelta, tome aire y levante la mano, lo siguiente fue estampar mi puño con toda mi fuerza contra el espejo, este cayo a mis pies en pedazos y ella había desaparecido, mi sangre decoraba el suelo de mi habitación. La debilidad me atrapo y caí al suelo mareada.
El sueño fue tan profundo que pareció haber dormido por días, los ojos me dolían y la cabeza me daba vueltas, desperté por fin, creí estar tirada debajo del espejo hecho pedazos, pero no fue así. Levante la cabeza pero mi espejo estaba intacto, mi mano no sangraba y Hannah no estaba. Me levante con los ojos hinchados, eche un vistazo al espejo, pero algo no andaba bien, algo era extraño, por el espejo apareció Hannah y podía verla mirándose en el mismo espejo donde estaba parada, pero ella no podía verme.  Todo en mi habitación estaba diferente, había sido cambiado al lado contrario, como si le hubiesen dado vuelta a la izquierda. Las letras estaba al reves. Frunci el ceño y trate de convencerme que estaba aún soñando.




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