Suerte o mala suerte.

Próximo capitulo con +18, lean con un adulto acompañado sin son menores de edad.

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Ahhhh, se las creyeron.

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No, pero si recomiendo que un adulto los acompañe.

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Si no lo tiene, yo les doy permiso. Vayan a leerlo.

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Capítulo 3 

Me abalanzó hacia él sin pensarlo tomando su rostro y uniendo nuestros labios, él solo estaba estático a mi impulsó, mis sentimientos se apodaron de mi cuerpo. Lo besó como siempre había imaginó sus manos dudaron al igual que sus labios en seguir mi ritmo, pero no lo pudo soportar más y siguió conmigo, sus manos se posicionaron en mi cintura pegándome a su cuerpo, la sensación que produce su cuerpo era de tranquilidad, deseo y lujuria.

Cogió mi rostro entre sus manos y se inclinó un poco, con esto pudo visualizar por medio de mi escote que no traía brassier, me besó con tanta pasión como si no hubiese un mañana, siempre supe que uno de mis mayores placeres eran los mordiscos suaves, eso hizo… ese beso significó subir las escalinatas con dirección al paraíso y conversar con San Pedro…tomó mis manos con las suyas y las ubicó en mis senos, siguió apoyando sus manos en mis piernas y empezó a hacer movimientos de atrás hacia adelante, siempre rozando su miembro en mi zona, no pude contenerse y metió sus manos entre mi escote, acaricio mis senos firmes y redondos, en segundos tenía los pezones erectos siempre prestos a dar y recibir placer.

Su aliento a alcohol con menta se fundió con el mío, me besaba frenético como si él también hubiera deseado esto, las manos de él me toman por sorpresa levantándome. Por inercia mis pies se enrollan en su cintura haciendo que su miembro rozaba con mi parte íntima, su camiseta negra la estaba arrugándola por los movimientos repetitivos que hacía. Subía y bajaba. Su pantalón no logro disimular su erección.

─ Jules ─dijo despegando sus labios de los míos.

─ No Ashton ─ dije pegando mi frente contra suya ─ No me digas que pare, por favor no lo digas.  Use las mismas palabras que él uso conmigo, ambos queríamos esto.

Acerco sus labios a los míos, los rozo, y comencé a besarlo lentamente, sus labios eran suaves estaban húmedos, fui poco a poco más rápido, y con más pasión. Me acomodé mejor, me senté, frente a él, con mis piernas abiertas y seguí besándolo. El recorría mi cuerpo con sus manos, al igual que yo. Pasaba sus manos por mi espalda, mi cintura, y mis nalgas apretándolas muy fuerte. Seguía besándolo, mis bragas ya estaban súper húmeda, inclusive moje un poco su pantalón, él sabía que ya estaba lista, me levanto entre sus brazos y me llevo a la cama, me empujó sobre ella, se abalanzo sobre mi comenzó a besarme lentamente, el cuello, paso sus manos a través de mi pijama y fue subiéndolo lentamente hasta el punto de quitármelo, dejando mis pechos al descubierto su vista se posicionó en ellos su mirada subió lentamente a mis ojos pidiéndome permiso sonreí invitándolo a seguir.

Él siguió besándome todo el cuerpo lentamente sus labios eran húmedos, nuestra respiración era calurosa, me excitaba mucho más le pedí que se quietara la camisa no protestó y se la quito de un tiro. Mis manos tocan su cuerpo era caliente, sentía sus músculos, entre mis dedos, él besaba mis pezones, los chupa lentamente, hacia círculos con su lengua, para levantarlos.

El agarro sus manos y las dirige hacia abajo de mi cintura quitándome la única prenda que traía, despojo mis bragas de mi cuerpo dejando desnuda a su disposición, su cuerpo cayo contra el mío. Mis manos se dirigen hacia su pantalón, pero él las detiene y las pone en su pecho sin apartarme la mirada, mis ojos están en sus manos que las lleva directamente hasta su bolsillo de atrás sacando una bolsita plateada y la ubica al lado de mí.

Se desabrocho el pantalón, agarro tanto su bóxer, como su pantalón y los bajo ambos de golpe dejando ver su por completo su desnudez. Me tomó de la mano y me puso en pie, nos besamos como nunca, mis manos esta vez estaban en su rostro que las baje lentamente hasta su cuerpo, es un paraíso, una escultura, si supiera cuanto me excita. Había hecho un poca mas de ejercicio lo note por sus duros pectorales, nuestras partes rozándose cada vez más húmedos por la excitación producida por el roce de ambos. No aguanté más al igual que él que sostuvo el empaque y abrió con impaciencia poniéndoselo al mismo tiempo que lo tomó y me siento sobre el haciendo que introdujera su miembro en mi zona, me sostuvo por la cintura mientras yo hacía movimientos de arriba abajo, empezó a lamer mis senos y mis pezones erectos fueron víctimas de pequeños mordiscos, pero me defendí clavando mis uñas en su espalda, sentí como rasgaba su piel y sentía dolor por sus gemidos, pero que rápidamente convirtió en gemidos de placer.