La incomodad y la tensión se juntaron en dos personas en este auto. Ashton y yo en el viaje más largo de nuestras vidas. Él iba adelante con Verónica y yo atrás con Ian.
Hay un momento de tu vida si te preguntas si tomaste una buena decisión y piensas que sí, todo es para mejor, pero no. Yo jamás tomaba buenas decisiones y está era una.
Miro mi ropa desgastada y luego a Verónica que traía un pantalón de cuadros escocés con camiseta negra corta y chaqueta de cuero, todo de ella era perfecto. Carajo hasta a mí me fuera gustado.
─ Contigo todo es al revés.
La voz de Ian me sacó de mis pensamientos y me enfocó en él que mantenía su sonrisa.
─ ¿De qué mierda hablas? - pregunté un poco molesta, aunque no lo estaba por el sino por mí, por él. Por Ashton. ¿Porque su maldita actitud después de lo de anoche?
Sus ojos rodaron, pero no perdieron ese brillo juguetón que tenía. Aclaró su garganta y se dirigió hacia mí.
─ Siempre tiendo a tener la cita primero y luego las veo desnudas. - dijo con un tono pícaro acercándose más a mí.
Abro los ojos en señal de sorpresa.
─ Contigo fue al revés... primero te vi desnuda y luego la cita.
No me dio tiempo de responder con la voz de Ashton resuenan el auto.
─ Espera, ¿qué? - dijo incrédulo antes las palabras de Ian.
Si señor esto fue mala idea pienso al ver esta pequeña e incómoda situación. Verónica no disimulo su inconformidad antes las palabras de Ashton. Algo que él solo niega con los hombros y sigue manejado.
Quedé muda antes las acusaciones del maldito de Ian, que lo miró con furia. Verónica se asomó y nos miró juguetón.
─ ¿De qué perdí anoche? - preguntó moviendo sus cejas de arriba abajo.
Trague saliva.
─ Pues... ─ empezó hablar Ian y solo pienso que tengo que detenerlo no puedo decir que me vio entrar preguntar por Ashton y que mágicamente salí después de eso casi desnuda. No... No quiero que me jalen mi hermoso cabello.
─ Nada... - respondí firme e interrumpiendo a Ian.
─ No paso nada. - recalcó esa última parte mirando a Ian. Que lo hago callar con los ojos.
─ Si tú dices que no pasó nada... nada paso. Ante todo, soy un caballero.
Lo miró incrédula, pero él solo me quita la mirada y se enfoca en Verónica que ambos mantienen su sonrisa de idiotas. Mi frustración se vio obligada a salir en un suspiro y hago lo mismo. Mi vista viaja hacia el frente encontrándose con la mirada de Ashton en el espejo retrovisor del auto. Su mirada no se quitaba de la mía, mi corazón empezó a latir demasiado fuerte. Solo necesito dos minutos a solas con él y explicarle todo. Todo lo que sucedió luego del que él se fuera. Todo después de esa llamada que nos hicimos.
─ Cariño - dice Verónica tocando el hombro de Ashton caí en cuenta que estábamos con más gente en el auto, pero solo en segundos se sintió que éramos solo los dos. La vista de Ashton cambia rápido a ella ─ ¿Falta mucho para llegar?
─ No - Respondió él sin ánimos ─ Ya casi llegamos.
Dejo de míralo cuando Verónica me mira y sonríe, rápidamente muevo mi vista hacia la ventana nos encontrábamos muy lejos de la ciudad, miraba el paisaje que dejamos atrás. Muchos árboles, colinas. Luego de cinco años está cuidad no ha cambiado mucho. Sonrió al verlo y creo que es el mismo camino de aquella vez que Ashton me llevó hacia las colinas altas y solo puedo recordar que casi lo hicimos en su auto. Solté una risita que vino acompañada de miradas de parte de los tres.
Me giré hacia ellos.
─ Me acordé de un chiste. ─ me excusó con rapidez.
─ Haber cuéntalo - dice Ian, me detengo en él ─ quiero reírme un rato.
Mi mirada viaja con rapidez a Verónica y luego a Ashton que seguía manejando sin mostrar emoción alguna, será que él piensa lo mismo, quito esos pensamientos rápido de mi cabeza. No él ni siquiera se debe de acordar. Y giró nuevamente hacia Ian que espera mi respuesta.
─ Mmm-ah- solté balbuceando algunas palabras, rápido Jules piensa en un puto chiste.
─ ¿Cómo se dice 'espejo' en chino?
─ Aitoiyo.
Ian soltó una risa fingida sabía que el chiste era malo todos lo sabían inclusive Verónica y Ashton que solo se miraron entre si con pena ajena.
─ ¿De verdad te pareció gracioso? - le pregunté.
─ Si.
─ No te creo. - digo mirándolo, mi rostro formó una sonrisa cerrada.
─ Pues creerlo... sí me gustó. - murmuró.
─ ¿Solo lo hiciste para que me sintiera mejor? - pregunté con curiosidad.
Sus manos nuevamente se encontraban en su chaqueta. El mueve su cabeza en negación.
─ Puede de que si - dijo mirando - ... O puede de que no.
Su tono era suave y dulce que hizo que mi sonrisa cerrada se abriera mostrándole mis dientes.
─ Ahhh - Gritó él ─ te hice sonreír.
Negué con la cabeza y volteó hacia la ventana nuevamente con la sonrisa en mi rostro. No presté mucha atención a los dos pasajeros de adelante que sólo estaban cayados escuchando nuestra conversación.
¿Qué pensará él?... ¿por qué se disgustó por el comentario de Ian?... ¿Celos?... Yo no lo estoy por Verónica.
"Si Jules todos sabemos que eso es mentira"
Porque la voz de tu cabeza, siempre tiene la razón, pero no la escuchas. Nunca la escuchamos. Y yo no iba hacer la excepción a esa regla.
Siento la pesada mirada de alguien al lado de mí. Que giré como la niña del exorcismo.
─ ¿Qué?... ¿tengo algo en mi cabello? - le pregunte ante su mirada de idiota. Él solo negó con los hombros.
─ Sólo me gusta admirar la belleza de la cuidad.
Señaló afuera de la ventana.
─ Hay mucha belleza por allá... aquí adentro no la encontraras.
Su rostro lo arrugo señalando su disgustó hacia mi comentario.
─ Error - dijo él en una sonrisa más grande ─ toda la belleza que quiero ver esta aquí adentro... delante de mis ojos.