Espera, ¡este es el Final! [libro #2]

Mensajes de textos.

Capítulo 6.

Cuatro pares de ojos irritados de rabia y desesperación me miran fijamente, me acomodó en el sillón de la sala pensando cómo salir de esta pequeña situación que me metió Ian. Luego de pasar casi dos horas caminando desde el otro lado de la ciudad hasta mi casa. Mis padres no están muy contentos.

─ Bueno - dije con un tono de tranquilidad parándome. ─ como no hay nada de qué hablar... me iré a mi habitación.

─ Tú te sientas - la firmeza de mi madre me hizo sentar como arte de magia. Quedando estática ante ellos.

La mirada de Fred se ponía observar molesta con sus manos alrededor de su pecho parado al lado de mamá con la misma expresión o peor.

─ Dime por qué carajos mi hija salió a las 8:00 de la mañana a sacar la basura y llega a las 3:00 de la tarde. - soltó ella molesta.

─ Me perdí.

Error Jules, mala hora para bromear. Pienso al ver la reacción de los dos que se acercan a mí.

Mi madre nunca me ha puesto la mano encima, pero carajo está vez si me pase en preocuparlos. Mi madre quería jalarme de mi hermoso cabello.

─ Llamamos a la policía Jules - Habló Fred sosteniendo a mamá del brazo para que no se aproximara más a mí. ─ ¿por qué no llamaste?

Suspire un tanto asustada y creo que hare algo al extremo que siempre quise hacer. Miro a Fred

─ Bueno papá - dije con un tono dulce, miro la reacción de Fred que cambia con brusquedad a un Fred feliz. Y si funcionó ─ el celular se me descargo.

Sostengo el teléfono a su vista para que pueda notarlo.

─ ¡Cariño! - Exclamó Fred feliz por mis palabras ─ me llamaste papá.

Sus brazos me envolvieron con emoción, suspiro de alivio tenía que cambiar su reacción. Y esa era la única forma.

─ Está bien - dijo separándose de mi ─ a cualquiera le puede pasar.

Sonrió por sus palabras, pero mi madre está un poco incrédula.

─ Fred - lo llamo mi madre con insistencia y molestia.

El cuerpo de Fred giró lentamente hacia a ella.

─ Cariño... concéntrate - le dijo sacándolo del trance de mis palabras ─ Se escapó. Recuérdalo.

Pongo los ojos en blanco cuando Fred me mira como los ojos abiertos lleno de decepción. Te odio mamá. La traición.

Ambos volvieron a estar en mi contra.

─ ¿Fuiste?

Fue lo único que pregunto Fred y ya sabía el resto de su pregunta.

─ Por Dios- grité haciendo un gran eco en la casa ─ no exageren tanto... sólo salí a caminar. Y no. No fui a buscarlo y tampoco lo buscare. Felices.

La brusquedad de mis palabras hizo enfadar a mi madre. Carajos porque tanta insistencia de que no lo vea. No es Lucifer para corromperme alma. Eso no era necesario.

─ Mamá- me acerco a ella con determinación ─ Solo salí a caminar... de verdad necesitaba despegar mi mente. Y me entretuve demasiado.

Y era cierto, había estado caminado, pero al mismo tiempo quede vagando por varios sitios y la frustración y rabia que tenía desde que había salido del restaurante habían desaparecido poco a poco con la calma de la ciudad.

El disgusto de mi madre podía verse.

Solté un suspiro de frustración ante su mirada de preocupación.

─ No soy una niña mamá... ya no tengo 18 años. Soy una adulta de casi 23 años.

─ Entonces compórtate como una.

Sus palabras eran dagas hacia mi pecho, quedé en silenció por varios segundos.

─Cariño es mejor que subas - murmuró Fred.

Ruedo los ojos. ─ Me iré a mi habitación.

Ninguno protestó y subí rápidamente a mi habitación. Frotó mi rostro y enciendo de inmediato la laptop.

Mientras prende pongo mi teléfono a cargar. Y espero la llamada de Camyl que no tarda más de dos segundos en aparecer en la pantalla de mi laptop.

─ Joder Jules... - empezó hablar con desaprobación.

Me tiro a la cama dándole una mejor visualización de mi rostro. Su rostro estaba pálido con cabellos por todos lados.

─ ¿Adónde carajos estabas?... tu madre no ha dejado de llamarme. Preguntándome si sabía dónde estaba la santa de su hija.

La miro con enojo ante sus palabras que no me detengo en responderle algo que le importo un comino y siguió hablando sin parar.

─ Por cierto - dijo poniendo su rostro cerca de la cámara. Yo solo observaba en silenció. ─ ¿Estabas con Ashton?... ¿qué paso anoche?... ¿si era él?... Contesta mujer.

Carraspeo un poco con la garganta antes de responder tan magnifica pregunta.

─ Camyl - dije sentándome en la cama y poniendo la laptop en mis rodillas. ─ estuve con Ashton.

─ Aja y que te dijo - dijo sin entender la referencia.

─ Camyl estuve con Ashton anoche.

─ Por eso dime que te dijo.

Se embutido de comida quedando como una ardilla con dos cachetes llenos, algo común en ella. Era mi mejor amiga, pero a veces era un poco estúpida

─ Camyl mírame - Su vista se alzó hasta mis ojos. ─ ES-TU-VE CON ASH-TON ANO-CHE - esta vez hice la señal del sexo con mis manos un círculo y un dedo que meto y saco para no sonar tan vulgar.

Su gran boca hizo una gran "O" de sorpresa, asombro escupiendo algunas migajas de comida.

─ Oh por dios tuvieron sexo. Ahhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh.

Su grito se debió escuchar en toda la universidad, cierro la laptop para no escucharla y la abro nuevamente cuando se detiene.

─ Oh... Jules está jugando un juego que no podrás ganar.

La miró un momento con algo de tristeza... aún no le he contado todo y ya sabe que me quemé. Abrí mi boca para decirle todo, pero fue cerrada por el sonido de mis notificaciones.

Sostengo el celular a mi altura quitándole el cargador.

Muchos mensajes de un solo número.

Lo que faltaba ahora... tengo un acosador.

Deslizó mi dedo hasta llegar a los más viejo que eran de hace una hora.

 ¿Cómo te fue en el viaje? - Ian. 
2:01 p.m. enviado.



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En el texto hay: humor, recuentro de amor, risa y comedia

Editado: 28.09.2020

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