Espera, ¡este es el Final! [libro #2]

El plan.

Capítulo 12

 

El plan era sencillamente estúpido e irracional, pero era lo único que tenía.

Nota mental: Dejar de pensar estupideces.

Segunda Nota mental: Dejar de pensar estupideces.

Doble notas mentales, a ver si está la puedo recordar.

Salto nuevamente la cerca del patio trasero que quedaba justo en medio de la casa de Ashton y la mía y me dirijo hacia las escaleras de mi habitación.

Mis padres no sabían con qué ropa había salido la noche anterior y pues mi abuela jamás se daría cuenta, sólo no tengo que dejarme de ver de Gabriel. Ese sí se daría cuenta.

El plan era fácil ir hasta mi habitación en silencio sin que nadie me notara, cambiarme con un vestido cualquiera tampoco tan fachosa y listo, saldría nuevamente por la ventana y tocar el timbre de mi casa.

Nada puede salir mal.

O muchas cosas pueden salir mal.

Pero esta vez no.

Dejó de pelear con mi irritable conciencia algún día le daré un golpe y dejara de pensar.

Si cuando te mueras.

Ruedo los ojos y empiezo a escalar hasta llegar a mi habitación.

Entro con cuidado sin hacer ruido alguno, y sin dudarlo voy directamente hacia mi armario cogiendo el primer vestido de fiesta que encuentre, uno azul oscuro liso que me llegaba hasta las rodillas que me puse de un tirón zapatillas de tacón negras que sostuve en mi manos y recogí mi cabello en un moño alto.

Ahora bajar con vestido corto, y con zapatillas en la mano y ponérmelas y bajar con ellas eso si no era una opción.

Las pongo en mi boca sosteniéndola de la correa y me dispongo a bajar. Solo le daba gracias a dios que viviéramos en un una zona con poca gente chismosa.

Baje con un poco de dificultad, quite las zapatillas de mi boca y me dirigí hacia casa sin problemas.

El plan no resultó tan mal... por inercia mi vista viajo al lado y quedé helada viendo a Ethan en su camioneta mirándome con una sonrisa en su rostro.

Él sonrió a mi, debe de pensar que estoy loca.

Él ya lo sabia.

Niego con lo hombros ante la mirada de acusación de él, pero se mantiene en silencio solo prende su camioneta y se dirige hacia la salida de la ciudad.

Al menos me vio los calzones y es lo más lejos que llegaré con él.

Dejo de pensar tanto y me enfocó en lo siguiente. Entrar al a casa.

Llegó con cuidado hasta la puerta principal que abro con sigilo y entró despacio. No hay muros en la costa que cierro con cuidado.

 Oh cariño ya llegaste - la voz de Fred hace que pegue un brinco pegándome a la puerta de espalda

Todos voltearon hacia mi.

 ¿Como te fue Jules? - grito mi madre desde el comedor.

Voy directamente hacia ellos que se encontraban en el comedor que daba a la puerta principal. Mi abuela enseguida me miro confundida por la ropa, Gabriel tenía su cabeza agachada en el plato y espero salir antes de que me vea.

 Bien mamá todo tranquilo....

Si, claro todo tranquilo.

 No sabía que tenías una amiga de la facultad aquí en la ciudad... parece muy amable. Verónica cierto.

Asentí con rapidez, no quería hablar de Verónica y de lo buena que era.

 Tienes que invitarla a cenar quiero conocerla...

─ Si lo haré... - digo como si nada.

Me muevo rápidamente hacías las escalares cuando la voz de mi madre me detiene.

 Espero no hayas bebido.

Mis ojos brincaron de su órbita, que pare en seco. Me giro lentamente hacía ella con una sonrisa fingida. Todos estaban a merced de mi respuesta.

 No mamá ni una gota de alcohol... tu sabes que no me gusta. ─ Mis palabras sonaban serías.

 Si cariño lo sé, sé que no te gusta, pero nunca se sabe.

Dicen que las madres tienen un sexto sentido cuando haces cosas malas y lo saben si habérselo dicho.

Trago grueso antes de responderle.

 Mamá era una noche de chicas no hubo alcohol.  asegure con firmeza su sonrisa me la muestra y suspiro de alivio.

─ Está bien cariño, Verónica me dijo lo mismo.

─ Ahora subiré a mi habitación.

 ¿No desayunas? ... preguntó.

 No ya comí...

Me alejo lo más rápido antes de que Gabriel saqué algún comentario inapropiado y entro a mi habitación con rapidez.

Respire profundo y solté con alivió al ver de que todo había funcionando con algunos tropiezos, pero funcionó algo nuevo para mí. Tiró mis zapatos al suelo encontrarme con la camiseta de Ian que me había quitado algunos minutos atrás.

Sonrió pensando en su olor y la tomó a mi altura de mi nariz oliendo cada rincón de la camiseta.

Olía a él.

Me tiró a la cama con ella en mis manos y cierro los ojos quedándome profundamente dormida.

 

No sé cuánto tiempo pasó cuando desperté, el ruido de la ventana era un poco insoportable.

¿La estaban golpeando?...

Aún estaba medio dormida, frotó un poco los ojos y me siento sobre la cama. Mirando hacia la ventana.

Abrí los ojos en sorpresa y caí en cuenta de que no había abierto la ventana.

Ashton me matará.

Y no puedo creer que haya dormido tanto y lo que no puedo creer es que mis padres lo hayan aceptado.

Me muevo hacia la ventana como un zombie. Mi vista se enfoca en el cabello alborotado de Ashton y su vista furiosa.

 Abre la maldita ventana Jules - escuché cuando maldecía que se me escapó una pequeña risita haciéndolo enfurecer más.

La abro con cuidado encontrándome con el cuerpo de él en la escalera y sudando como un loco.

─ ¿Hace cuantos esta ahí? - pregunté ayudándolo a entrar.

 Lo suficiente como para morirme de frío - dijo entre dientes.

Su cuerpo cayó al suelo, sus manos contenía una bolsa con mis pertenencias.



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En el texto hay: humor, recuentro de amor, risa y comedia

Editado: 28.09.2020

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