Capítulo 14
A S H T O N.
La paciencia era una virtud que estaba perdiendo poco a poco. La única persona que me la había dado ahora era la que me la está quitando.
Jules Larson.
Que me hiciste Jules, que me hiciste.
Mi cabeza es un nudo de emociones contraatacando con mi corazón que está lleno de ellos.
Mis nudillos se ponen blancos sobre el volante. Había parado justo enfrente de la casa de Verónica y solo podía pensar en la loca de Jules.
Amaba a Verónica si, después de Jules y Chloe, Verónica es la única mujer que me ha importado de verdad. Ella me salvó cuando estaba en un pozo sin salida, recogió cada parte de mi corazón y las volvió a unir parte por parte. Su constancia conmigo es algo de admirar y la amaba joder la amaba demasiado, pero últimamente Jules se ha colado en mi mente y corazón aunque ella se había salido hace rato de él.
Mientete Ashton... sigue haciéndolo.
Solo dos días, dos días y me iré con Verónica.
Cierro los ojos un momento y me repito esa frase en mi mente, me iría si, y los sentimientos volverían a estar como antes.
Respiró hondo y suelto todo lo que respire abrieron lentamente mis ojos y me dirijo hacia su casa.
Solo había un problema con Verónica, solo uno que a veces no podía con ella y la irritación llegaba a mí cuando lo hacía relucir.
Ian Benson, su hermano.
Y es el mismo que abre la puerta con su cinismo en su rostro.
Su ropa holgada costosa hace que lo odie más, su actitud de niño rico y mirando por debajo del hombro, su padre era un empresario con múltiples empresas y hoteles que cada día hacía que su cuenta bancaria creciera, pero siempre hubo un problema jamás estaba con ellos, jamás le importaron sus hijos es de los tipos que dice.
"El dinero lo arregla todo"
Recuerdo cuando Verónica lo presentó en nuestra tercera cita.
"Vaya hermanita no puedo creer que hayas hecho todo lo que hiciste por este chico bonito que la única cualidad es su rostro de ken pobre"
Fueron sus palabras menos crueles.
Que le ve Jules a este idiota. Pienso recordando todo lo que hizo ella por él y la sangre me hierve, pero no de celos si no de vergüenza por ella.
Me enfocó en su rostro que contenía suciedad.
─ Límpiate - dije demandante señalando mi nariz.
El polvo blanco de su nariz lo limpia con su mano derecha rápido, y su sonrisa cínica se forma al instante cuando termina de hacerlo.
Ruedo los ojos y suspire lentamente.
─ ¿Tu hermana? - pregunté sin ánimo.
─ Aún no está lista.
Su cuerpo se apartó de la puerta haciéndome pasar.
─ Vaya hermano tenemos que mejorar nuestra relación ─ comentó Ian atrás de mi.
Gire hacia él.
─ ¿Por qué lo haríamos?
─ Porque me has dado a la chica de mis sueños.
Resoplo ante sus palabras.
─ Jules jamás será la chica de tu sueños.
─ Eso no lo decides tu... Ella me quiere - soltó Ian con cinismo.
Mi cuerpo se abalanzó hacia él, su camiseta quedó atrapada en mis manos, no estaba razonado en ese momento y tampoco quiero hacerlo.
─ No… No lo hace ─ dije buscando sus ojos, la carcajada de Ian salió y sus manos me quitaron las mías con brusquedad.
─ Y yo la quiero a ella - contradijo Ian.
Mi respiración se aceleró.
─ No se podrá lo de ustedes... ella no merece a alguien como tú.
─ Si los dos nos queremos, siempre se podrá ─ contraatacó Ian.
Sus palabras resonaron en mi cabeza, cada sílaba que pronunció de su boca era un gran ataque de ira que recorría mi cuerpo.
Ashton no eres nadie para interponerte entre ellos.
Tu se lo dijiste a Jules... recuerdalo.
Cada vez la conciencia tenía razón, pero eso no hacía que no me importará Jules.
─ Sabes que puedo partirte la cara si le haces daño...
─ Lo sé muy bien - respondió con burla. ─ Solo me interesa dañarla en mi cuarto, en mi cama yo encima de ella dándole duro contra el mur...
─ Es mejor que te calles Ian ─ reprimí las ganas de golpearlo y las náuseas que sus palabras me provocaron.
Jules jamás se entregaría a él. No, ella no.
─ Solo digo la verdad.
─ Y es mejor que no la digas en mi presencia.
Ian Alzó sus dos manos en señal de paz.
─ ¿Por qué te pones así con alguien que no te agrada?.
Sus curiosidad me estaba matando, así que opté por el silencio y me dirigí hacia la sala sin importarme los pasos de Ian atrás de mi.
Su cuerpo se interpuso en mi camino y estaba aguantando mucho por este idiota.
─ Se lo lo tuyo con Jules.
Quedé inmóvil ante su acusación es posible que Jules le dijera.. ¿pero por qué?... ¿por qué lo hizo?
Mi rostro no demostró emoción alguna no le iba a dar el gusto a Ian de verme conmocionado.
─ ¿Y... que pasa?
Mi pregunta no le hizo gracia a Ian que quedó en silencio y yo seguí hablando.
─ ¿Te lo contó ella? - indague un poco sin sentirme amenazado por él.
─ No - dijo sin apartar la mirada de mi ojos.
─ ¿Cómo lo supiste?
Él sonrió y respondió:
─ Tengo mis trucos... y que además cuando se miran entre ustedes siento la tensión y la historia que han tenido cuando se miran ─ Ian tomó silenció y se acercó un poco a mí ─ Tú cuando la miras es como si ella fuera tu mejor obsequió, pero que has perdido y que jamás podrás tenerlo, pero aún así la deseas y proteges como algo frágil y ella te mira a ti como si una parte de su alma fuera arrancada y que jamás podrá ser pegada con las otras partes.