El reencuentro.

Capítulo 15

Aggggggh...Aggggggh.... Agggggg...

El gritó de emoción que produce Camyl resuena en mis oídos al igual que en los oídos de todos lo que se encontraban en la sala: Mi madre y Gabriel.

─ Aggggggh... ─ gritó como una niñata que acaba de recibir un dulce. Enfrente de ella.

─ Aggggggh.... Aggggggh - está vez ambas gritamos juntas.

Brincaba como una tonta, estaba realmente feliz de verla, Camyl estaba aquí... en carne y huesos.

─ Si vuelven a gritar juro que las hecho a las dos. ─ soltó mamá con firmeza.

Ambas la miramos.

─ Aggggggh... ─ gritamos en su rostro.

Nuestras risas se fundía, Camyl se encontraba aquí. Mamá deja tu amargura, me encantaría decirle, pero ni loca le puedo decir eso... me mataría y luego me hacía revivir para poder hacerlo de nuevo.

─ Porqué no me dijiste que habías llegado, hubiera ido a recogerte en el aeropuerto.

Sostengo sus manos y su sonrisa reluce en su rostro.

─ Quería darte la sorpresa ─ comentó feliz.

─ Y lograste tu cometido.

Estaba realmente aquí, su cabellera castaña lisa estaba más larga, le llegaba hasta la cintura. Era muy poco lo que había cambiando Camyl... seguía siendo ella misma solo con diferente edad.

─ Ahora sí - dijo Gabriel llegando a nosotros. Ambas los miramos curiosas ─ dime hermanita.. ¿quién es la chica bonita?

─ Es alguien muy mayor para ti. - solté de inmediato.

Las mejillas de Camyl ardían por su tono rojizo.

─ Para el amor no hay edad.

Me quede estática escuchando las palabras que salían de la boca de Gabriel.

Este si es mi hermano.

─ Mucho gusto soy Camyl ─ dijo agachada para estrechar la mano de Gabriel.

Él no dudo en sostenerla y juntarlas, y en un movimiento suave, pero rápido estampa sus labios en la mejilla de mi mejor amiga.

─ Eso fue rápido... hermanito.

Veo como Camyl se pone rápidamente de pies y la risa de mamá sale a flote.

Quedó mirando a Gabriel.

─ En la vida hay que ser audaz y cuando veo algo que me gusta lo soy ─ habló como un hombre de 35 años, pero sin los 30 años que le sobran.

─ déjame adivinar ─ digo pensativa ─ ¿otro programa de Tv?...

Él hace que está pensando y sonríe.

─ Una telenovela para ser exacto ─ respondió.

─ Está vez en culpa de mamá ─ digo mirándola con expresión de fastidio pobre de mi hermano criándose en un mundo de Telenovela y series de crimen. Y yo dándole un claro y exclusivo historial de porno en mi computadora debo de borrar eso.

No le doy tiempo de responder a ninguno y tomó a Camyl de brazo y llevándola lejos de mi loco hermano.

─ Hey, ¡esperen! - giramos un momento hacia la voz de mamá.─ ¿No comerán?

─ No mamá tenemos cosas mejores que hacer que comer.

─ Ahora dilo en serio, para poder creerte.

Ruedo los ojos.

─ Bajamos en un momento. ─ jale a Camyl nuevamente hacia arriba..

Me estremeció cuando Gabriel le pica el ojo con seducción, pero no tengo tiempo de apreciar su escena tan tierna. Nos dirigimos hacia mi habitación.

Ya en ella cierro con cuidado y me abalanzó hacia la cama quedando de costado.

─Tu hermano es un mini Jules hombre.

─ Sii... siii..─ digo sentándome sobre la cama ─ ahora hablemos de lo que importa.

Camyl levantó una ceja ─ ¿Sobre tu increíble y apasionado triángulo amoroso? ─ dijo en un tono dramático ─ Upss perdón así no era... es un cuadritangulo amoroso.

Pongo los ojos en blanco.

─ Esa palabra ni siquiera existe, Camyl.

─ Pues ahora si.

Ella camina hasta mi cama sentándose al lado de mí.

─ Si mal no recuerdo hay cuatros personas involucradas en lo que sea que tengas...

─ ¿Y? ... ─ complete su frase.

─ Es un ¡Cuadritangulo!.

Camyl se emocionó saltando de la cama que su pie izquierdo se torció un poco haciendo que su cuerpo cayera al piso.

─ Gracias señor - pongo mis manos en oración ─ porque veo que el Karma existe.

─ Púdrete Jules ─ contestó ella aún en el piso. ─ Y antes que resolvamos tu desorden... - Camyl se pone de pies ─ tenemos que ir a un lugar primero.

Se ha donde iba esto y no, ella vino por mi.

─ No ─ dije con hilo de sorpresa sabiendo ya la pregunta.

─ Necesito ir... lo sabes.

─ ¿Por qué? - pregunté molesta.

─ Cómo tú, también necesito cerrar ciclos.

─ O abrirlos ─ contesté de mala gana.

Los ojitos de perro regañado de Camyl, no me iban a convencer, pero ella necesita verlo. Maldita no ha esperó ni un solo día para ir a verlo.

─ Por favor... shiii ─ dice en un tono convincente.

Suspiró de mala gana y ella sabe que ya me convención ─ Está bien... iremos dónde Taylor.

Ahora tenemos que bajar con rapidez sin que mamá se de cuenta.

Bajamos con cuidado, pero mi madre tiene oídos mágicos.

─ ¿A dónde van? ─ gritó desde la sala.

─ Volvemos en una hora ─ digo saliendo con rapidez de la casa.

Llegamos al auto y subimos rápidamente tomando camino hacia la casa de Taylor.

─ Por cierto - dijo Camyl ─ me quedaré en tu casa estos días... mis padres no se encuentran aquí.

Eso lo sabía y ya estaba preparada para ello, los padres de Camyl se fueron a viajar luego de que su hija se fue a la universidad desde entonces no han parado. Ser hija única tiene sus ventajas.