Espera, ¡este es el Final! [libro #2]

No pensaré.

Capítulo 18

Jules.

Lo seguí.

Seguí a Ian a donde fuera, no estaba pensando y no quería hacerlo. Él hacía que olvidara muchas cosas que siempre intenté borrar.

Viajamos aproximadamente dos horas sabía a dónde nos dirigimos a Griffin, pero lo que no sabía era que quería mostrarme.

Dejamos atrás, árboles, naturaleza todo un campo verde. Me enfocó en el auto deportivo de Ian que para en seco y me confundo con rapidez.

Estábamos a la deriva en medio de la carretera, confiaba en él. Si, pero no sé qué pensar de esto. 

Ian sale del auto y me hace la señal de que salga, no dude y salí con rapidez dirigiéndome hacia él que tomó mi mano y sin decir ni un palabra. Beso la comisura de mis labios con delicadeza y sonrió cuando los separó.

— Vamos - dijo en un susurro.

No proteste y su mano se entrelazo con la mía. Caminamos colina abajo encontrándome con un hermoso lago.

Lo mire al igual que él y una sonrisa se formó por parte de ambos.

— Es mío - respondió sabiendo mi pregunta.

— ¿Tuyo?

El asintió y me enfoque en una pequeña cabaña que se encontraba enfrente del lago.

— ¿Como puede ser tuyo un lago Ian?

— Pues lo compre, di dinero y me dieron esto — dijo con sarcasmos — creo que a eso se le llama comprar.

— Se lo que es Ian, lo que quiero saber es ¿por qué lo hiciste?

Ambos llegamos a la orilla del lago.

— Me gusta la tranquilidad - sonó inseguro — esto me ayuda a calmarme...

Lo mire confundida, que quiere decir con eso y antes de preguntarle respondió.

— Al igual que tú.

Y sin más volvió a besarme y yo le respondí con más deseo y lujuria.

— Nadamos — dijo cuando nos separamos.

— Estas loco... alguien puede vernos

Sus manos comenzaron a quitarse la ropa.

— Jules es propiedad privada y cabe resaltar que es mio...

Termino de quitarse la ropa y con ello llegó mi calentura, su pecho estaba formado por líneas que marcaban sus pectorales hasta abajo de su entrepierna. Trago grueso viéndolo.

— Ya terminaste de comerme con ojos - dijo con lascivia.

Él buscó mi mirada y se acercó a mi.

— Puedes ahora comerme con tus brazos — los tocó con suavidad me estremecí cuando lo hizo — o con tu boca — miró hacia ella y los tocó con delicadeza.

Los entreabrió con sus dedos, sentí una oleada de lujuria entre ellos.

— Ahora quítate la ropa y nada conmigo un poco — susurró.

— Quitamela - logre decir.

Él sonrió con malicia — quiero que lo hagas tú, y cuando lo hagas quiero que me mires.

Se separó de mí y yo logré respirar un poco.

Malditas hormonas calientes que tengo dentro de mi.

Ian hizo un clavado sumergiéndose al lago, quedé inmóvil luego de lo que sucedió si me meto a nadar con él, no sé si logré escapar ilesa, pero eso quería.

Su rostro salió del agua. — No vienes — dijo en una sonrisa.

No quería pensar, y tampoco lo quería hacer.

Mis manos quitaron con rapidez la blusa holgada que traía con el short corto que cayeron de inmediato en suelo. Ian no me quitaba la mirada y cada vez ponía observar murmuraba algo, pero no logra escucharlo.

Mi bragas y mi bra quedaron expuestas.

— Puede verte mil veces en ropa interior y mil veces me quedo sin habla cuando te admiró.

Sonreí a sus palabras.

— Terminaste de comerme con la mirada — digo utilizando sus mismas palabras.

— Jamás me cansaré de hacerlo - respondió. — ahora ven.

Tomé impulso y caí sobre el agua cálida, que estaba sintiendo en mi cuerpo. Salí a la superficie encontrándome con el rostro de Ian cerca del mío.

— Dime Ian... ¿por qué?

— ¿Qué cosa?

— ¿Por que lo del GPS?... — pregunté, solo quería saber si lado acosador era algo malo.

— Te digo la verdad - mencionó con burla —Jamás lo había hecho, pero quería hacerlo.

— Ian — resople para que fuera al grano.

Él lo entendió.

— No me contestabas Jules, sé lo que hice y no fue mi mejor forma de decirlo por mensaje, debí hablar contigo en persona.

Ian tomó un pequeño silencio, tomando mi cintura y me acercó a él.

— Vi que en la películas lo hacían y luego van a rescatar a la princesa en un bar de un borracho algo cliché, pero funciona. Luego la chica le agradece a su héroe con una hermosa follada.

Ruedo los ojos a lo ultimo que dijo.

— Pues yo no estaba ni en un bar ni en peligro, así que por favor no lo hagas más . — contesté — no soy una princesa que debe ser salvada y muchos menos te voy a agradecer follándote.

— Puede que no seas una princesa, pero lo de la cogida lo podemos arreglar.

Reí soltando una cargada — No estudie leyes, pero los abogados siempre tienen a salirse con suya, yo creo que está vez no será así.

— Podemos averiguarlo... puedo hacer una apelación y conseguir un acuerdo mutuo entre los dos.

— Señor abogado, usted acaba de perder el caso, así que no presione a la víctima si no quiere que lo deje solo en este lago.

Su comisura se alza — bien hecho — dice con un tono sexy —usted acaba de ganar el caso.

— Me parece excelente la decisión del juez — solté con risas. — pero no quiero que lo vuelvas hacer.

El asintió.

— Solo que me ignorabas — contraatacó Ian — y eso dolía, pero te aseguro que no lo haré más.

— Eso me alegra.

— Y a mi que estés aquí.

Su mano rozaba mi trasero que trague saliva como una loca y mi pecho empezó a latir frenético.

— Dilo - habló Ian.

Alzo mi ceja — ¿Qué cosa?

— Lo que me dijiste en mi habitación — rogó diciéndome — dilo.

Su respiración se agitó. — quiero que me lo digas y que lo puedas recordar mañana.

Mi pecho se tensó Ian podía ser un romántico en su forma.



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En el texto hay: humor, recuentro de amor, risa y comedia

Editado: 28.09.2020

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