Espera, ¡este es el Final! [libro #2]

La cita.

Capítulo 21

—No, no... No — la voz de Gabriel resuena en mi habitación. — ¿saldrás con un chico?

— Por favor Gabriel deja de ser tan sobre-protector, solo tienes 5 años. —exclama mamá molesta.

— Para ser exactos tengo 6 mamá. - respondió mirándola.

Ruedo los ojos frente al espejo, mi habitación se había convertido en el espacio de nuestra reunión familiar.

Iba a salir con un chico normal, no con el hijo del presidente. Y todos estaban entusiasmado por la cita, excepto Gabriel que no ha parado de decir que no.

La sonrisa de Fred está en su rostro al igual que la abuela, que me mira mi vestido esmeralda entallado al cuerpo y con un hermoso moño alto, todos creen que esta cita puede ser el milagro que ellos desean.

Que me quede aquí.

Pero no, esa decisión está tomada. Me iría dentro de un mes y no había vuelta atrás.

— Estas hermosa — dijo Camyl llegando hasta mí.

La miro con odió ella es la culpable de que todos estén aquí en mi habitación luego de que soltara la sopa en el almuerzo.

Flashback

 ¡Jules tendrá una cita esta noche!  soltó la boca abierta de Camyl luego de que no pudiera con las preguntas incomodas de Gabriel.

Mi nariz y boca expulsó todo el líquido que había tomado.

 ¿Enserio? - pregunta Fred con entusiasmo.

Camyl asiente y yo me quiero morir en este momento.

Las preguntas eran de esperarse de parte de todos.

¿Quién es?

¿cómo se llama?

¿Dónde lo conociste?

¿qué edad tiene?

¿Es serio?

¿No te acueste con él por el alcohol?

Y efectivamente esa última era de Gabriel.

 Por dios, solo es un chico no es para tanto  digo como si nada.

Miro de reojo a Camyl que está tranquila comiendo, maldita hija de su madre hace todo y se queda como si nada.

 Entonces dinos... ¿quién es? - pregunta Fred.

Trago grueso antes de responderle, yo de él sabía muy poco la verdad. Así que dije lo único que sabía.

 Se llama Ian Benso y es...

 Atractivo, bello, impresionante, alto, con un porte que te quedas si aliento cuando lo vez... y por cierto muy rico.  Completo Camyl. Todos quedamos en un silencio mirándola  No rico que este rico... — Ella reaccionó a su última palabra y como lo había dicho  Bueno rico si está - soltó riéndose.

Señor ya mátala y no hagas que se reproduzca.

Hablo de rico de dinero  dijo está vez mirándome y su cabeza se agacho de inmediato cuando la mate con la mirada.

Las risas no pararon de parte de Fred.

 Vaya entonces es un buen partido  alzó su vaso dándome un brindis imaginario,  pero no por lo rico de dinero... si no por lo otro rico.  está vez Fred lo dijo mirando a Camyl.

Quedó en silenció rotundo Camyl había llegado solo a ocasionarme problemas, la condena esa.

 Quiero saber más de él  dice mi madre, para que hable más de él.

Pero la verdad es que yo sabía muy poco de él.

 Créeme mamá que está noche voy a saber más de él.  respondí con sinceridad.

*****

El timbre me saca de mis pensamientos.

— ¡Es él! — menciona la abuela con sorpresa.

Todos giraron hacía la puerta de mi habitación a ver quién salía primero, todos en una misma posición peleándose por quien iba a abrir.

— Yo iré - comento mamá — soy su madre.

— Y yo su abuela

— Y yo su mejor amiga.

— Y yo su padre - dijo Fred firme — soy el hombre de la casa yo debería ir.

— En ese caso me toca ir a mi — miro a Gabriel el pequeño está discutiendo como un alto en medio de todo el caos — Si es el hombre de la casa... entonces soy yo... Yo debería ir.

Miro la mini discusión de mi familia y no puedo creer lo que está pasando los amo, pero no puedo creer que lo estén haciendo. No soy una niña. Por dios.

Reniego ante tal escena demostrativa de amor, aunque lo sé, solo quieren ver al prototipo de hombre que les pinto Camyl.

Vuelvo a mirarlos y aún están discutiendo sobre la puerta de mi habitación, saco mis conclusiones y miro hacia bajo con una idea loca y tentadora. No lo pienso y me arrodillo quedando en cuatro, camino hasta mi puerta pasando por sus pies hasta que llegó a las escaleras.

— ¡Jules! — gritaron al insomnio cuando me vieron bajar.

No los determinó, así como están son capaces de todo.

Bajo de un tirón hacia abajo escuchando algunos pasos atrás de mi con algunas voces que gritaban.

— Tú no puedes abrir.

— Jules, mujer necesitas hacerte esperar.

Eso de que debemos hacer esperar al chico, créanme que no soy de esas.

— ¡Espera!... Jules no te atrevas a abrir.

Uff, demasiado tarde, abro sin pensarlo con rapidez antes de que ellos bajen completamente.

— Hola.

Quedé helada viendo al monumento que tengo al frente de mí.

Su traje se acomodaba tan perfecto a su cuerpo era semi ajustado de color azul oscuro. Estaba demasiado elegante, y por dios se veía tan bien en traje.

—Tú debes de ser Ian... ¿cierto? - pregunta mamá llegando a nosotros. Él asiente — por favor pasa.

A tónica, muda, impresionada, son las palabras que me definen en estos momentos, me pongo a un lado haciendo pasar a Ian, aún no le había dicho ni "Hola"

Ian pasa con una sonrisa — Me da gusto en conocerlos, Señores Larson — le entrega un ramo de flores a mamá. Y no cualesquiera flores eran tulipanes mis favoritos.

— No son Larson, son Andrews — interrumpió Camyl burlándose.



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En el texto hay: humor, recuentro de amor, risa y comedia

Editado: 28.09.2020

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