Capítulo 28
Ashton
Los golpes quemaban la parte baja del saco de boxeo, esto es lo único que necesitó ahora. El sudor rueda por mi espalda y abdomen. Golpe tras golpe hacía que mis nudillos se comprimieran de dolor, dolor que quería sentir.
Doy un último golpe con fuerza, sosteniendo el saco de boxeo entre mi cuerpo y lloró como un idiota.
Si esto era lo que ella quería, esto es lo que ella tendrá.
Sé feliz Jules, ya que conmigo no lo hiciste.
Salgo de la pocilga del sótano.
— El famoso Ashton Cranston, ha salido de su madriguera — dijo una voz atrás de mí.
Mi sonrisa se ilumina — ¿Acaso no tienes casa?
— También me da gusta verte — respondió Adam alegre.
Ya no era el típico chico nerd, aunque aún usaba sus lentes. Su cuerpo se agrandó al igual que su estatura. Sus brazos me trajeron hacía él, en un cálido abrazo.
— ¿Dime cuando llegaste? — indague un poco.
Adam se había graduado de Ingeniero, y no lo había visto desde que fue con Chloe a visitarme a la universidad hace dos años.
— Hace tres días... por lo...
El cuerpo de Chloe se abalanza hacia él, Adam no lo dudo y la alzó hundiéndose en un beso.
Chloe no había cambiado absolutamente nada, su cabello seguía igual de largo, su alegría por fin había llegado... después de lo sucedido, él único que se quedó fue Adam para ella y para mí.
— Enserio... ¿aceptas esto? — le pregunte a papá que se dirige hacia la cocina.
Su negación no me molestó para nada, lo que me molesta es que se sigan comiendo a mitad de la sala.
Y la verdad no puedo creer que haya aceptado a esos dos juntos, Adam luchó por ella y ella luchó por él. Tenía que aceptar que se aman y se amarán con locura. Además, que no yo no puedo decir en la vida de Chloe. Ella merece todo lo bueno que hay, y seguramente ese es Adam. Aunque me costó aceptarlo durante tres años, pero lo acepté.
— No seas celoso hermanito, ya llegará alguien para ti — La alegría de Chloe en sus palabras me hacen tener esperanzas de que así será, pero no logro imaginar a alguien que no sea Jules.
Lo intenté con Verónica, pero no puede. Ella aún me hace sentir tan débil, solo con sus presencias, pero Jules acepto a Ian, lo aceptó con sus demonios. Debe amarlo más que a mí.
Creo que no soporte la idea, y que más refugió que la casa de tu padre. Ethan y Chloe vivan a tres horas de la ciudad, cuando llegue hace dos días se sorprendieron, pero ninguno quiso mencionar nada.
— Aquí tienes hijo — mi mirada recae en Ehtan y en el desayuno que posicionó a mi dirección — tus favoritos, panqueques con mora azul.
Una sonrisa cálida se forma en su rostro, al único que no podía mentirle era a él...
— Dime hermanito — Dice Chloe atrayendo mi total atención — no hay una chica en tu vida.
Negué embutiéndome de comida.
— Si... ahora que lo pienso — dijo papá siguiéndole la corriente a Chloe— dijiste que tenías a alguien.
— No hay nadie — digo apenas trague.
— ¿O sí? — papá hace que está pensando, recuerdo que le dije algo de Verónica, pero jamás dije que la podían conocer — algo sobre una chica... cómo se llamaba — dice pensativo.
— No sé de qué estás hablando papá— respondo como si nada.
— Vetunia — tira nombres al azar.
— Veruca.
— Sigo diciendo que no sé de qué hablas.
—Ya sé — se emocionó tanto que dejo caer unos platos — ¡Verica!
— Verónica, Ethan. — corrigió Adam.
Tosi, me ahogué y escupí todo lo que había comido. Adam podía ser mi amigo, pero jamás le conté sobre Verónica.
— Verónica, hermanito — las cejas de Chloe suben y bajan como si estuvieran bailando. — ya era tiempo que dejaras de pensar en ella.
Me sorprendió que la mencionara, para Chloe no ha sido fácil y aunque le dije que todo fue mi culpa, que Jules no tenía nada que ver aún seguía culpándola y eso me dolía.
A Jules nadie la debe de odiar.
Un golpe suave de mi padre me hace reaccionar.
— Porque no la traes... quiero conocerla — miro la barba de mi padre de días y veo como sus ojos verdes buscan algo de complicidad con su hijo.
— Tráela este fin de semana, yo también quiero conocerla — terminó de hablar Chloe con una sonrisa.
— Ya les dije que no hay nadie a quién conozcan — está vez mire a Adam y juró que lo mató. — ¿Y tú como sabes?
— Taylor — dijo como si fuera algo obvió — sabes que si quieres guardar un secreto jamás se lo comentes a la boca suelta de Taylor.
Más tarde me ocuparé de ti Taylor.
Me dirigí hacía ellos — ¿cómo que te lo contó Taylor?... si no se ven hace más de un año.
Él se hecha a reír como si mis palabras fueran un chiste.
— Existe algo llamado Internet, algo llamado redes sociales y algo llamado WhatsApp.
Su teléfono me lo dirige hacía mi rostro mostrándome la pantalla principal.
— Tenemos un grupo.
Y efectivamente tenían un grupo de WhatsApp.
— Los deltas — leí con desagrado era nuestro nombre de grupo en la secundaria, sonreí hacia mis adentro.
Jules nos llamaba los deltas idiotas.
— Nos tenemos informados.
Lo mire con una ceja alzada — tienen un grupo de chisme — dije gracioso — esto lo espere de las chicas, pero de ustedes.
— No te hagas el sorprendido - dijo burlándose —esto era de esperarse entre nosotros.
— Lo sé, eso lo sabía, lo que me sorprende es que me lo hayan ocultado... - solté dramático — yo soy el primero que debe enterarse de los chismes.
Chloe ríe por debajo y no puedo pensar lo que estaba imaginado papá.
— Creíamos que... — él dudó en decirme lo que ya sabía.
— Está Aaron.
Adam asintió.
No había pensado en él desde que fui a la recepción de su boda, nunca hablé con nadie de eso. Solo le conté lo primordial a Jules.