Espera, ¡este es el Final! [libro #2]

Feliz Cumpleaños.

Capítulo 32
 

Jules

El silenció de parte mía era algo común cuando de Ian se trataba.

No puedo creer que haya hecho todo esto por mí.

Valía para él.

— Bella — dice Juan el estilita mirando hacia el enfrente.

Una sonrisa se pega a mi rostro, bella era corto a lo que me veía. Tenía el cabello lacio peinado hacia atrás, maquillaje de noche que relucían en mis ojos... y labios rojos tirando a carmesí.

El vestido entallado me llega hasta las rodillas los tirantes se pegaron a mis hombros haciendo que mi pecho reluciera.

— Te luciste Juan — dijo Dianna llegando.

—Mis manos son mágicas— Juan les tira besos a sus manos como si fueran arte y así lo eran

Me hizo lucir de vagabunda a mujer empoderada y sexy.

— Te llegó esto — Dianna me entrega un sobre que abro de inmediato.

Las manecillas del reloj giran en torno a tus curvas, mis dedos solo quieren moverme ese reloj a mi antojo...

No me haga esperar mucho.

Mi bella dama.

Les doy a un beso a Juan y a las chicas que lo ayudaron.

Mi teléfono no para de sonar y todas son de mamá salí de casa en la mañana y la hora de la cena se acercaba demasiado solo faltaban 45 minutos para las 8. Tardaría solo treinta minutos, tendríamos el tiempo justo para llegar al restaurante.

Apago el motor del auto, mi corazón se acerca cuando ve su auto.

Su cuerpo está apoyado en la cerca de mi casa. Me acerco con cuidado, los tacones hacen eco en el suelo.

Su vista se enfoca en mí

— Siempre supe que el verde era tu color.

Lo tomó del cuello hundiendo nuestros labios, le tomo un segundo acoplarse a mis movimientos.

No había remordimiento, no había duda, no había otros en mi cabeza, solo estaba él, solo estaba Ian.

— Siempre supe que había que inventar una palabra para describir lo perfecta que eres.

— Gracias — es lo único que digo. Y sin esperar respuesta de él vuelvo a unir nuestros labios.

—Jules — dice despegando nuestros labios — si no paramos aquí créeme que llegaremos tarde.

Maldije hacía mis adentros.

Separó por completo nuestros labios y ahora si lo pude observar mejor.

Su traje era de un azul oscuro que se fundía en su cuerpo, mi debilidad eran los hombres con trajes y este hombre debilitaba todas mis hormonas.

— No puedo creer que hayas hecho todo esto — señalo el collar y la pulsera.

— Y yo no puedo creer que hayas pensando que iba hacer algo menos que eso—se toca el pecho dolido.

Vuelvo a tomar si cuello — Gracias.

Besa la punta de mi nariz.

— La primera vez que nos conocimos y la primera vez que te vi desnuda.

—Solo me viste el trasero.

— Vi más que eso... — dijo sincero — era una pijama muy transparente.

— Eres un idiota — lo beso suave en los labios.

Toma mi mano y las une — Ahora vamos que no quiero hacer esperar a tu familia.

— ¡Espera! — digo haciéndolo parará a mitad del camino — falta una.

Sus cejas se encuentran mostrando esa maldita sonrisa de perversión.

— La dulzura se mezcló con ácido haciendo que todo a su paso se desintegrar.

Era otro acertijo.

— Nuestro primero beso — dije sabiendo a lo que refería.

Nuestro beso fue así... con un toque de dulzura, pero al mismo tiempo lleno de pasión y de ése ácido llamado alcohol.

Ian asiente victorioso.

— Es en mi casa, en mi cuarto y en mi cama.

— Lo dejaste para lo último señor Benson.

— Lo último siempre será lo mejor. — dice con este tono de picardía que lo caracteriza.

— Espero no decepcionarme — comento alejándome... quiero molestarlo un poco.

— Espero que no señorita Larson — beso mi cuello a penas me alcanzó — su cadena en su busto es la mejor vista que tengo.

— Y no es lo único que veraz — abro la puerta — Mis tetas no es el mejor atributo. Esta noche tendremos el mejor sexo del mundo...

— ¡Sorpresa!

Gritaron todos.

Todos saltaron de sus escondiste, las luces se prendieron al mismo tiempo que la música... había amigos de la universidad, de la escuela...

Ian había hecho esto.

O mi familia.

Quedo sorprendida al ver a todos y solo espero que no me hayan oído decir las últimas palabras.

—¿Que es sexo? — la pregunta la tira Gabriel.

Muere cumpleañera el día de su nacimiento... noticia local

— Nadie tendrá sexo esta noche — mamá me mata con la mirada cuando llega a mí.

Todos los invitados saltaron a recibirme cuando paso la vergüenza de mi vida.

— Hablaremos luego — Fred avanza hacia mí besando mi frente.

Esto no puedo ponerse peor....

Solo doy gracias que los invitados no hayan escuchado mis palabras...

Los brazos de Ian me acercan a él — con esto le caeré peor a Fred. — susurró en mi oído.

— La culpa fue tuya. — respondí moviéndome en sus brazos — nunca me dijiste sobre la dichosa fiesta

El niega con esa sonrisa de malicia.

—Te aleje todo el día tu casa, esto era lo de menos que podía hacer por tu familia y que no me odiaran.

— Ellos no te odia Ian.

—Pues tu mamá y abuela no, pero Fred no me quita la mirada de asesino que tiene enfrente a su presa.

—Exageras.

Beso mi hombro desnudo — Jamás exagero.

Y eso se podía ver con todo lo que había gastado y ahora sé que esto lo hizo él.

— Al menos me hubieras dado una pista para no pasar la vergüenza de mi vida.

Me acomodó mejor quedando enfrente de él, sus manos llegaron a mi cintura.

— Ver tus vergüenzas son mis pasatiempos favoritos. — beso mis labios con suavidad. — ¡Feliz cumpleaños!

Alguien toco mi espalda haciendo que me alejara de Ian.

— Te la robare un momento — mi madre le pico el ojo a Ian y el asiente con una sonrisa.



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En el texto hay: humor, recuentro de amor, risa y comedia

Editado: 28.09.2020

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