Espera, ¡este es el Final! [libro #2]

Última despedida.

Estamos a un capítulo de terminar y no estoy preparada para ello.

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¿Y ustedes?

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No puedo con mis lagrimas de verdad este capítulo saco mi lado sensible.

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Sin más preámbulo pues vayan a leerlo.


Capítulo 39

Ashton.

Verónica me matará tendría que haber llegado antes del anochecer y aquí estoy justo a la hora en que ella se va. Solo espero que su vuelo se retrase un poco.

Visualizó las pocas cuadras que me quedan antes de llegar a casa y el pecho late frenético a tal punto que se quiere salir solo por una razón. Tomó un poco de aire y me mantengo cuerdo.

Prácticamente dos semanas sin verla y espero que sea así.

Dude por un minuto en venir a entregarle las cosas a Verónica, pero Ethan no podía venir y mucho menos Chloe. Mi mente es un mar de emociones y solo espero que haya salido con familia o si está que no salga de su casa.

Por qué no sería lo suficiente fuerte para despedirme por última vez.

Sostengo la vista a mi casa y esto es una maldita broma. Mis nudillos se pegan al volante ambos me miran y no puedo dar la vuelta e irme.

Joder Dios solo pedí una cosa en esta vida y tú me la pones en frente.

La rabia me estaba consumiendo en segundos viendo a Jules en brazos de Ian con sus labios pegados. Me alegro por ellos, pero eso no quiere decir que les voy hacer un altar a la mejor pareja de la historia. Por mí que se vayan y vivían felices con dos hijos, un perro llamado Flopy, un gánster y un gato.

Ambos toman distancia cuando bajo del auto Jules queda pálida al verme, Ian no se impresiona en absoluto. Mi cuerpo esta tenso y aunque muera por irme no les iba a dar el gusto. Necesito mucha fuerza de voluntad para no ir hasta ella y romperle los brazos a Ian por sostenerla.

Su rostro estaba empañado de lágrimas y mi fuerza de voluntad se estaba yendo al carajo.

— ¡Ashton! — gritaron haciéndome caer en cuenta en el error que iba a cometer.

Verónica camina hasta mí con una sonrisa cálida sin pensarlo me abraza con anhelo. Su aroma a canela se funde en mí, cierro los ojos absorbiéndolo. Su cabello revolotea con el viento.

En este momento Verónica podía conquistar a cualquier hombre, pero yo solo podía enfrascarme en el atuendo de bajo presupuesto de Jules. Un buzo que le llegaba hasta las rodillas con un pantalón de yoga morado feo y con su cabello revuelto en un moño alto desordenado. Aun así, es la mujer más hermosa que han visto mis ojos.

— Quiero hablar contigo ven.

La mano de Verónica la une con la mía alejándome de los dos tortolitos que infunde amor por todo el lugar. Yo fui el culpable de que ella corrían a los brazos de Ian. Así que no tengo nada que ver con esos dos.

Aunque no puedo dejarla de mirarla, aunque deseó con todas mis fuerzas no hacerlo ella siempre voltea a mi mirada apenada.

No tengo derecho a reclamar nada de parte de ella, la jodi de la peor forma, la insulte y no me merezco ni que me mire.

— Lo siento — la voz de Verónica me hace girar hacia ella que contenía una que otra lagrima — Lo siento — volvió a repetir en mi pecho — por tu madre, por todo.

La tomo de los brazos separándola de mí. Ella mira mi rostro de confusión. Jamás le dice sobre mamá.

— Jules — dice con dificultad— me dijo lo de tu madre.

La miro un momento que aún sigue hablando con Ian.

Ella lo sabe.

Mi pecho dolía, debe de estar pensándole mucho y no tiene por qué hacerlo.

— Quería ir a verte — Siento su mano en mi rostro y lentamente mueve mi rostro a su posición — pero no iba a estar a donde no me necesitaban, sabía que la persona que querías y necesitabas no era yo, si no ella — lo último lo dice mirando a Jules.

— Si la amas pídele perdón — dijo firme.

Vuelvo a ella.

— Ya lo hice y me perdonó punto final... nuestra historia acabo Verónica — me enfrento a ella - no sé qué quieres lograr haciéndome venir aquí.

— Te dije que necesitaba mis cosas — contraatacó.

— Entonces vamos a buscarlas para yo irme de aquí.

Ni un minuto me quedaré más aquí la historia de Ashton y Jules seguirá siendo aún si no estamos juntos y eso me confrontaba.

—Algunas veces un punto final es el inicio de algo nuevo.

— Y otras veces es el final de una historia — respondí sin ganas.

Verónica sonríe con delicadeza.

— Siempre supe que podías ser un poco terco — menciona divertida.

La detalló un momento, su vestido negro llegaba hasta sus rodillas que hacía juego con un abrigo del mismo color. Ella podía tener ese efecto verse calmada aun estado dolida por dentro y poder dar esa calma a otras personas.

Volvió a lanzarse sobre mí en un abrazo que sentí como una despedida así que no la aparté y me fundí con ella en un abrazo prolongado.

Le iba a dar el final que merece nuestra historia. Verónica lo merecía. Fue hermosa, duradera y gratificante. Me enseño tantas cosas, me salvo de un pozo que jamás pensé que tendría salvación.

Por eso mismo no pienso volver con ella. No le haré más daño con un recuerdo que jamás tendré. Aunque este decidido en olvidar a Jules y cerrar definitivamente ese ciclo. No lo haré con ella. Verónica no me merece.

Mis brazos caen sobre su cintura pegándola más a mí.

— Te quiero Ashton— susurro.

Respire hondo — y yo a ti Verónica.

Besa mi mejilla y dejo que se tomé su tiempo.

Ambos merecemos esto.

Su olor llega por última vez a mis fosas nasales y es un olor que siempre guardaré.

Verónica separa nuestros cuerpos con lentitud y por inercia miro a la pareja de enamorados que se miran como si uno estuviera a punto de morir.



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En el texto hay: humor, recuentro de amor, risa y comedia

Editado: 28.09.2020

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