Espera, ¡esto es Guerra!

Nunca hubo una tregua

Capítulo 5

─ Jules, me ha contado tu madre que volviste a meterte en problemas ─ dijo Camyl llegando a la mesa.

Respiro hondo antes de responder, mi cabeza se encontraba agachada.

─ Si enviarle lencería femenina al director de parte mía es un problema, entonces estamos mal. Estoy muerta.

La risa de Camyl llegó a mis oídos. ─Creo que Ashton está llegando muy lejos.

─Dímelo a mí.

─Aun no has aceptado pelear con él ¿Por qué?

─ Le pagare pronto… Y esto acabara.

─Sigues diciéndote eso, siempre eres una persona fuerte Jules, pero con Ashton no ¿por qué?

La voz de Camyl hace que levante mi cabeza de la mesa, la mirada de odio recibida por parte mía hace que se le escape una sonrisa de burla.

─ Con esa cara viniste a la escuela.

" Las ojeras de mi cara eran tan negras como el alma de Hardin Scott, ¿y por qué?, porque anoche no dormí nada y levantarme temprano no es mi fuerte"

Le sostengo la mirada a Camyl, los lentes oscuros que traía encima de mi cabeza los bajo y los pongo sobre mi rostro cubriéndome los ojos.

─ O me levanto temprano o me levanto amable. No puedo con todo Camyl.

─ ¿Otra vez Ashton?... que hizo esta vez.

─ Que no hizo el delta idiota ese, pues que su diminuto amiguito anoche tuvo una gran fiesta y la verdad que sus gritos no me dejaron dormir.

La risa de Camyl sale fastidiosa, todas personas que se encontraban en la cafetería se enfocan en nosotras.

─ ¡Tuvo sexo anoche! ─ dice en tono burlón ─ y no puedo creer que tú lo hayas visto.

─ No lo vi ─ habló a la defensiva ─ lo escuché, que es diferente.

─ ¿Y te gusto lo que escuchaste?

Hago una **O** en mi boca en señal de odio, y pongo mis lentes de nuevo arriba de mi cabeza.

─ Si escuchar a un elefante gimiendo es atractivo, no estuviera con estas ojeras que tengo ─ dije señalándolas.

─ Tengo curiosidad cómo suena un Elefante gimiendo.

─ ¡Prraaaaaaaaaaahhhh!, ¡Prraaaaaaaaaaahhhh!, ─ Grito alocadamente y las miradas no se hicieron esperar. volteo hacia la mesa de al lado, veo a un chico promedio viéndome como si estuviera una loca ─ Es mi grito de excitación, ─ dije seriamente ─ si te gusto lo que escuchaste llámame.

Mi mirada viaja hacia Camyl que no puede con la risa.

─ Nadie de verdad escucho al elefante excitado.

─ Nadie...

─ Mi mamá piensa que es buen chico.

─ Créeme tu mamá es igual a Dora la explotadora.

Miro confundida a Camyl.

─ Es exploradora, y créeme que mi madre es aún peor, ella es la mamá de Phineas y Ferb, más ciega a no más poder y yo soy Candace queriendo acusarlo, pero, él como Phineas y Ferb hace desaparecer todo a su paso. Cómo compito con eso si soy la loca de Candace.

─ El director piensa que tu fuiste el cerebro de la broma. ─ dice Camyl abriendo los ojos cafés que tiene.

─ Si - respondo derrotada con la cabeza agachada entre mis brazos.

─ Tengo que irme.

No me dio tiempo de alzar la cabeza cuando veo que Camyl se levanta y sale disparada saliendo de la cafetería, al menos tendré tiempo de dormir.

─ La suerte siempre está de mi lado ─ levanta tres dedos y silban como Katniss Everdeen en los Juegos del Hambre.

─ Hay pero que idiota ─ escucho la voz irritante de la persona que más odio en este mundo entero. Volteo poco a poco encontrándome con el pelo de estropajo de Ashton con los brazos cruzados.

─ Mi querida amiga Jules - abre lo brazos para darme un abrazo.

─ Wow...wow...wow, amigos nunca ─ lo alejo de mi cuerpo.

─ Pero qué osada me salió. ... ¿Pero por qué no amigos? - se pone al lado mío y pone un brazo alrededor de mis hombros.

─ Porque eres demasiado confianzudo ─ quitó su brazo de mis hombros y me alejo lo posible de él.

Ashton me sostiene nuevamente y bebe de mi Té.

─ Te traje esto – dice.

Lo miro asqueada y la caja que puso delante de la mesa siento que es una bomba.

─ No lo quiero.

Tiro de la caja y se la ambiento haciendo que Ashton la tome sin problemas. La sonrisa retorcida de Ashton se asoma.

─ Tómalo - tira la caja y la pone nuevamente de mi ─ es mi regalo de tregua.

Toso sarcásticamente ─ ¿tregua? - pregunto curiosa ─ nunca la hubo de tu parte Ashton.

─ Bueno si me hubieras pagado no estaríamos en estas -

─ Te dije que te pagaré - respondo entre dientes.

─ Te di tres días, no tres semanas.

Me pongo en frente de él con la sonrisa más hermosa que puedo tener.

─ No soy rica.

─ Ni yo tampoco - dijo tocándome la punta de la nariz. -

Suspire derrotada ─ solo me faltan 300 dólares cuando los tengas te los doy para poner fin a esto.

─ ¿YYYY?... ─ dice él.

─ ¿Y QUE?

─ No me lo recibirás - dice alzando la caja.

─ No.

Quito la mirada y siento que Ashton se para rápidamente

─ Ya que no la quieres abrir - habla detrás de mí ─ yo lo haré por ti.

Cientos de arañas salieron de esa maldita caja cayendo en mi cuerpo y ocultándose en los lugares más oscuro de el. Grito. Grito hasta quedar sin voz y vuelvo a gritar, me paro rápidamente sacudiéndome toda, odio las Arañas, no las odio. Soy aracnofobica.

Escucho las risas de todos los que estaban a mi alrededor empezando por la de Ashton, hacen que el miedo que sentía fuera de odio y rabia, me sacudo por toda la cafetería. El buzo que lleva puesto lo quitó rápidamente quedando en camisilla blanca transparente, mal día para no traer sujetador, pero eso era lo de menos, las 8 patas de cada araña las sintió como mil piedras.

Lloraba y pataleaba. Ashton había Cruzado una línea inmensa, me caigo de espalda haciendo que las burlas fueran más, veo cada araña que sale disparada hacia el suelo, me paró inmediatamente y salgo de la cafetería sin mirar a nadie.




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