Un viernes, 4 de Julio, antes de quedar en el mismo lugar de siempre a la misma hora.
Mientras tanto, en la casa de Seungmin, el se despide de sus padres antes de salir al descampado.
¡Adiós, papá, mamá!
Sus padres responden con un adiós desde otro lado de la casa.
Seungmin sale y se dirige al descampado. Deja algo tirado en el suelo, corre hacia una carretera a unos metros de allí, esa carretera ya no pertenece a la ciudad.
Bangchan llega al descampado, está vez no ve a Seungmin, si no una carta en el suelo. Tiene lágrimas secas.
Bangchan comienza a leerla.
"Channie, lo siento... No he podido más.
Lo siento tanto... Prometo que te cuidaré...
Te cuidaré más que una madre a su hijo.
Pero te pido perdón por qué está tarde no me he podido quedar más rato. Tengo prisa, iré a un universo mejor donde no me hagan bullying. Prometo cuidarte con toda mi alma.
Perdóname Channie...."
"No, no, no. ¡No! ¡Esto no es verdad!"
Sus lagrimas se mezclan con las de Seungmin en el papel.
Bangchan corre hacia las afueras de la ciudad. Se encuentra con el cuerpo muerto de Seungmin, un charco de sangre al rededor. Se ha clavado una navaja en el pecho, en la parte del corazón.
Bangchan llora en silencio. Sus manos tiemblan, toca la navaja clavada. La retira cuidadosamente, haciendo que la sangre de Seungmin brote aún más, aún que esté muerto. Bangchan se acerca la navaja al pecho, en la parte del corazón. Sus manos siguen temblando violentamente.
"Espérame, Minnie..."
Bangchan cae al lado de Seungmin.
Sus manos tocándose levemente, aún que sus cuerpos estén muertos sus almas seguirán unidas para siempre.